sábado, 16 de junio de 2012

Reseña: Anna vestida de sangre

Anna vestida de sangre.

Kendare Blake.

Reseña de: Jamie M.

Alfaguara. Madrid, 2012. Título original: Anna Dressed in Blood. Traducción: Montserrat Nieto. 333 páginas.

Es esta una novela de terror destinada, en principio, a un público juvenil, de esos lectores pertenecientes a ese cajón de sastre al que se ha dado en colocar la etiqueta de adultos-jóvenes, aunque lo cierto es que puede ser disfrutada plenamente por cualquier tipo de lector al que le atraiga el género de fantasmas y casas encantadas. Pudiendo colgarle de cierta manera la denominación de romántica paranormal (más paranormal que romántica, también hay que decirlo), de hecho, se narran a lo largo del relato una buena cantidad de situaciones violentas e impactantes, que no suelen ser lo habitual en aquel tipo de propuestas y que marcan distancias con otras obras que podrían considerarse más "light". A un mismo tiempo, la autora incluye en su prosa junto a sangrientas descripciones ciertos pasajes que se cubren de un bello lirismo muy de agradecer. Anna vestida de sangre es una trágica historia de fantasmas, llena de tensión y de muerte que, sin embargo, habla del amor a la vida. Una historia cargada de acción y de misterio, con muertes brutales y duras revelaciones.

El joven Teseo Casio Lowood, quien prefiere el nombre de “Cas” a secas, "heredó" con tan solo 10 años una peculiar ocupación de su difunto padre (asesinado en el cumplimiento de su "deber"): se dedica a matar fantasmas o a hacer que los muertos permanezcan muertos. Ahora, siete años después, armado con su áthame, un muy especial cuchillo cargado de energía sobrenatural, recorre el país en compañía de su madre, una bruja blanca, en pos de las leyendas urbanas o los rumores de apariciones maliciosas para erradicarlas de la existencia. Tras su último trabajo, ambos se dirigen a Thunder Bay, Ontario, siguiendo la pista de un espectro al que los lugareños llaman "Anna vestida de sangre". Brutalmente asesinada en 1958 cuando acudía al baile del instituto, el espíritu de la joven permanece "encantando" la que fuera su casa, llevando todavía el mismo vestido blanco, chorreante de sangre ahora, que vestía entonces y asesinando a todo aquel que traspase su puerta. Sin embargo, inexplicablemente, cuando Cas se vea "obligado" a entrar en sus dominios, ella le perdona la vida. A partir de ese momento, el joven deberá enfrentarse a algo que nunca habría imaginado a pesar de toda su experiencia previa, debiendo investigar las circunstancias del antiguo crimen y aceptando, por primera vez en su solitaria carrera, ayuda externa para poder poner fin al problema.

Antes de profundizar en más temas,  cabe decir que, aunque los fantasmas presentados en muchas ocasiones sean bastante "corpóreos" y pueden interactuar con los vivos, o con algunos de los vivos, lo cierto es que no dejan de ser espíritus o poltergeist, y no hay cuerpos resucitados ni zombies en la novela.

El elenco de personajes, no demasiado extenso, está muy bien trabajado; recayendo el protagonismo principal, como no podría ser de otra forma, en los jóvenes, tanto en Cas como sus nuevos "amigos" Carmel y Thomas, pero añadiendo también a unos adultos de respaldo que traspasan el habitual papel de meras comparsas para tener una participación activa e inteligente. Cierto es que no dejan de ser realmente peculiares: la madre de Cas es una bruja que a pesar de haber perdido a su marido a manos de un espíritu sigue apoyando a su hijo en la misma carrera, aunque nunca en busca de venganza o provecho propio; y el abuelo de Thomas, Morfran, es un vejete resabiado que practica el vudú y sabe muchas más cosas de las que parece dispuesto a reconocer.

Cas, narrador de la historia en primera persona, con lo que el lector va a saber en todo momento lo que está pensando, sufriendo y sintiendo, se muestra como un joven atormentado. Curado de espanto por todo lo que ha tenido que ver en el desarrollo de su labor, vive por un lado con el temor a la criatura que asesinó a su padre al tiempo que busca la forma de enfrentarse a ella en busca de justa retribución. Es una especie de "cazafantasmas", aunque no es un calificativo que le agrade y reniegue de las películas de Ghostbusters (y es que su tarea va más en la línea de los Winchester de Sobrenatural). El protagonista va a tener que lidiar, además, con ciertos problemas planteados por alguno de sus compañeros de instituto, mientras busca la mejor manera de erradicar a la fantasma.

Anna va a romper todos sus esquemas, todas las ideas preconcebidas, todo lo que la experiencia acumulada le había ido transmitiendo sobre el mundo de los espíritus y sus actuaciones. Va a tener que "cambiar" el chip e improvisar sobre la marcha. Es un tipo de fantasma que no había encontrado nunca. Enormemente poderosa, violenta y furiosa, con imparables deseos de venganza sobre cualquier mortal que ose adentrarse en sus dominios. con una especie de compleja doble personalidad que se muestra en las diferentes apariciones con su figura de antes y después de su asesinato. Víctima y verdugo a un tiempo. Inquietante como poco.

De los compañeros más cercanos, Carmel consigue trascender su inicial papel de típica "animadora", la chica guapa y popular del instituto, para revelarse como una joven con personalidad propia, que toma sus decisiones y se atiene a las consecuencias. El solitario, y un tanto disfuncional, Thomas, dotado de ciertos dones sobrenaturales que le hacen muy especial, es sin embargo un joven que se encuentra un tanto perdido, aislado y en busca de apoyo, y que a lo largo de la aventura se va a convertir en imprescindible por méritos propios.

La autora, con una prosa de características muy visuales, mezcla de forma hábil con la abundante acción ciertas pinceladas de humor negro, sangriento gore y tenso romance, manifestando los sentimientos a flor de piel. Conforme más investigue y más datos vaya descubriendo sobre el trágico destino de la joven, más fascinación va ir sintiendo Cas por el brutal espectro en que ha llegado a convertirse la antaño inocente muchacha. Hay momentos de tensión palpable, sobre todo cada vez que alguien del grupo entre en la casa y se encuentre no solo con Anna, sino con otra serie de sorpresas que sus muros ocultan.

Con un final totalmente cerrado que, no obstante, deja abierto un pequeño resquicio en la puerta, Blake, en efecto, se encuentra trabajando en la secuela, Girl of Nightmares, anunciada para el segundo semestre de este mismo 2012. No sé si realmente sería necesaria, ya que la resolución, trágica, es perfecta tal cual, pero sin duda no me importará leerla. Tensión e intriga, más que terror puro, a través de una trama que, aún a pesar de estar supuestamente destinada a un público joven, la autora no se ha encargado de dulcificar en absoluto.

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