lunes, 12 de enero de 2015

Reseña: Loner. Paleo, Historias del Cretácico tardío

Loner.
Paleo, historias del Cretácico tardío.

Guión y dibujo: Jim Lawson.

Reseña de: Jamie M.

Tyrannosaurus Books. Barcelona, 2014. Título original: Paleo, Tales of the Late Cretaceus: Loner. Traducción: Marc Gras. 78 páginas. B/N.

Durante un dilatado periodo Jim Lawson, dibujante de largo recorrido en las Tortugas Ninja creadas por Kevin Eastman y Peter Laird, dedicó también sus esfuerzos a una serie de ocho comics narrando historias protagonizadas por diferentes dinosaurios y situadas en el Cretácico tardío que llevaría por título Paleo. Posteriormente, dentro del mismo escenario, el guionista y dibujante auto editó digitalmente en la red en formato webcomic su última creación para tal aventura, Loner, una historia totalmente independiente y autoconclusiva que narra las vivencias de un solitario Tiranosaurio Rex, centradas sobre todo en el duro esfuerzo invertido en la pura supervivencia, retratando un mundo tan fascinante como hostil, tan peligroso como atractivo.


De forma brutal y sangrienta, no exenta de cierto lirismo casi épico, Lawson refleja la dureza de un periodo de extremo salvajismo, donde la supervivencia tan sólo es cuestión de matar o morir siempre en el filo de pasar de cazador a presa. Loner es la historia de un T-Rex que, rechazado por su madre, debe abrirse camino y sobrevivir en solitario en un mundo de dureza insospechada, luchando por la comida y por el territorio. Y la forma de conseguirlo es abrirse camino hasta la cima de la cadena alimentaria, ganándose el respeto de sus congéneres mediante el simple miedo, de forma violentamente sangrienta.

Sin caer en  ningún momento en el relato fantástico, el autor dota de singular verismo a la historia, echando mano del máximo realismo posible dentro de los más recientes estudios disponibles sobre el Cretácico tardío. De esta manera, Lawson no busca una historia de de dinosaurios antropomorfizados. El autor no humaniza a sus “protagonistas”, no los hace hablar (no hay ningún diálogo en absoluto, sólo textos de apoyo por parte de un narrador omnisciente), no los hace participar ni los dota de reacciones o comportamientos humanos que pudieran crear una empatía del lector con el protagonista, sino que se limita retratar lo que bien pudiera haber sido el día a día de un dinosaurio solitario en busca de su sustento.

De hecho, el autor imbuye a todo el relato de una sensación de docu-drama, matizando, e interpretando, las imágenes con la “voz en off” de un narrador que adquiere el papel de observador distante de las acciones haciendo testigos a los lectores de las vicisitudes de la vida del “protagonista”, Loner, pero sin participar ni interferir en ellas de manera alguna. El autor refleja con intensidad casi poética el bestial drama en el que tan sólo el espectador puede proyectar lecturas diferentes de la simple violencia de un mundo donde la supervivencia tan solo depende de cazar o ser cazado. Lo cierto es que de alguna manera se siente que la fuerza de las imágenes, la emoción que transmiten, casi hacen superfluos e innecesarios muchos de los bocadillos de apoyo narrativo.

La estructura elegida para cada página, que va de las espectaculares splash pages a una distribución de dos a cuatro viñetas, se demuestra una acertada elección que dota de enorme espectacularidad y rapidez al relato, para reflejar la emoción de las situaciones planteadas sin perderse en un exceso de exactitud. Lawson ofrece un dibujo muy expresivo, en un riguroso blanco y negro, potenciado por un acertado uso de las las sombras, que prima la espectacularidad sobre el detallismo. Un dibujo, al contrario que la historia en sí, que no busca tanto un fiel realismo, una verosimilitud o un reflejo exacto de los dinosaurios retratados, sino un acercamiento a su, posible, comportamiento con una agilidad sorprendente. Un tipo de ilustración que se acerca bastante a un estilo cartoon, pero que acompaña a la perfección a la historia y que, no obstante, no rebaja en absoluto su valor como reflejo de la época en que se desarrolla la aventura, algo de lo que da buena cuenta el entusiasmo de Alba Fernández Caballé (directora de la revista Pangea, dedicada precisamente a la paleontología) en su introducción a la edición española.

Una historia de intención realista, ágil, diferente de lo más habitual cuando de dinosaurios se trata, amena e intensa, de rápido consumo y que, por eso mismo, termina sabiendo a poco. Y, para quien pudiera preguntárselo, con las suficientes virtudes como para interesar y atraer a un público más amplio que el obvio de los amantes de y expertos en paleontología.

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