Lily Blake, según el guión de Evan Daugherty, John Lee Hancock y Hossein Amini.
Reseña de: Jamie M.
Alfaguara. Madrid, 2012. Título original: Snow White and the Huntsman. Traducción: Montserrat Nieto. 261 páginas.
Vaya por delante que no he visto la película en cuyo guión se ha basado Lily Blake para escribir esta novela, una renovada versión del cuento clásico de Blancanieves
desde una visión mucho menos bucólica y “disneyana” y mucho más
guerrera y combativa. Así que no puedo comparar la “bondad” de una sobre
la otra o lo acertado o fallido de la adaptación.
Desde luego, leyendo
la novela se puede intuir a la perfección por dónde han de ir los tiros
de la película, con multitud de escenas de acción que pueden quedar
realmente espectaculares trasladadas a la pantalla grande, con
escenarios que se intuyen espectaculares y con un ritmo rápido que no da
descanso (ni tiempo para reflexionar) saltando de una frenética
situación a la siguiente casi sin transición, de un riesgo a otro, de
una lucha a la siguiente sin apenas un respiro para aposentar lo leído ni profundizar en los personajes y sus circunstancias.
Partiendo de un inicio similar al cuento de hadas, con algún “homenaje” incluido a la propia versión de Disney
(como la escena que muestra a Blancanieves entrando por primera vez en
el Bosque Oscuro), pronto el lector se va a dar cuenta de que los
tiempos modernos requieren una “princesa” que tome por los cuernos todo
lo que se le viene encima y empiece a resolver el conflicto por sí misma
en vez de esperar a que venga el príncipe azul a sacarla del atolladero.
Aquí la joven no es en absoluto la típica damisela en apuros, sino una
decidida y valiente muchacha que se salva a sí misma en cuanto puede,
aunque no dude de aceptar ayuda cuando la situación, o el número de
enemigos intentando capturarla, la supere ampliamente.
Pero
que nadie se preocupe, que todos los detalles básicos del cuento
también están aquí: la madastra malvada, el espejo mágico (¿por qué ese
empeño en traducirlo “espejito” rebajando así su inquietante poder
evocativo?), el Bosque Oscuro, el cazador, los “enanitos” (aunque no
sean para nada tan “encantadores” como se suele pintarlos), la manzana y
el beso.
Después de enamorar al rey Magnus, el padre viudo de Blancanieves, una niña de diez años por entonces, y contraer nupcias con él, Ravenna
le asesina en la noche de bodas y en su propio lecho para hacerse con
el trono encerrando a la princesa en una mazmorra del castillo. La nueva
reina y su desequilibrado hermano Finn,
su campeón y su brazo armado, a través de un hechizo legado por su
madre, posee una enorme belleza que le mantiene siempre joven ella y
una gran fuerza él. Pero el hechizo tiene sus contrapartidas y debe ser
mantenido mediante ciertos sacrificios.
Cuando
siete años después, el antaño pujante reino se encuentre en sus horas
más bajas, con los campos agotados y moribundos, y el poder de Ravenna
da muestras de estar menguando, el espejo mágico va a revelarle que
únicamente comiéndose el corazón puro de la hermosa Blancanieves podrá
ella adquirir no solo su belleza sino también la inmortalidad.
Pero,
desde luego, las cosas se le van a complicar cuando la joven consiga
huir al Bosque Oscuro por lo que la Reina enviará tras ella a Eric, un
doliente cazador amargado por la violenta muerte de su esposa, y de
quien se dice que es el único humano que ha conseguido entrar en el
bosque y salir vivo y cuerdo. Sin duda es esta parte central, con las
aventuras en el bosque, lo mejor de la novela.
Lejos
de un cuento edulcorado, hay en el relato un buen montón de violencia,
de sangre, de muertes, de traiciones y de magia negra como para marcar
las diferencias con anteriores versiones de la historia. En un
interesante giro a la tradición, la madastra no es malvada porque sí,
sino que es tanto víctima como verdugo. Toda la historia tiene su origen
en una brutal matanza, el exterminio de todo un pueblo (menos dos
hermanos) acusado de brujería por parte de las tropas del rey Magnus que
daría lugar a una largamente gestada venganza. No la justifica ni la
redime, pero sí da una explicación a su inquina.
El
libro, es cierto, se lee en un suspiro. Algo a lo que sin duda
contribuyen las “engañosas” 260 páginas, ya que si se quitan páginas en
blanco, de transición y de entrada de capítulos lo cierto es que se
quedan en bastante menos; lo que unido a un tamaño de letra y unos
márgenes generosos hacen de Blancanieves y la leyenda del Cazador una novela tirando a breve.
Esta
brevedad conlleva también que los personajes estén apenas esbozados,
teniendo alguno de ellos muy poca profundidad y antojándose que hubieran
podido dar mucho más de sí, como el amigo de la juventud de
Blancanieves, William, mera comparsa que no termina de encontrar su sitio pese a la importancia que debería adquirir por lo poco narrado. Asimismo, Eric el cazador
no termina de definirse; golpeado por la tragedia, por la muerte
violenta de su esposa que no puede aceptar, es tan solo una sombra de lo
que podría haber sido.
Blancanieves
es la única protagonista con un poquito de fondo. Una princesa que no
se resigna al papel que la reina le ha reservado y lucha por volver a
poner en pie el reino que ella le quitara. Valiente y con un gran
corazón, no dudará en hacer todo lo que esté en su mano para ayudar a
sus “súbditos” (unos súbditos que hace siete años que no la ven, ni saben cómo es, pero sin embargo siguen amándola y sacrificándose por ella).
A fuerza de rapidez, de hacer avanzar la historia de forma muy acelerada, las emociones, las introspecciones, los pensamientos, los sentimientos... están apenas trabajados, casi dejados de lado. La autora se dedica casi en exclusiva a relatar los hechos, sin profundizar en el trasfondo ni en las personalidades de los implicados. Así, el entrenamiento bélico de la princesa es demasiado celérico. El cazador le enseña apenas un par de movimientos y ya parece toda una experta. Y lo mismo se puede decir del camino que lleva a la batalla final, que a fuerza de estar apenas esbozado se antoja demasiado sencillo y simple, pese a todas las calamidades que tiene que afrontar la joven princesa.
Aquellos
que hayan disfrutado de la película pueden disfrutar, sin duda, del
libro de cara a reforzar alguna escena o recordar ciertos detalles (la
edición incluso incluye un mini poster desplegable y a todo color con el
cartel y varios de los protagonistas). A los que no les haya gustado
aquella, difícilmente lo hará el libro. Y a aquellos que no la hayan
visto y tengan una tarde perdida y el libro a mano, pueden ponerse a
leerlo con la certeza de que no están ante una lectura que vaya a
sacudirles la conciencia ni a resolverles grandes cuestiones
filosóficas, pero que cumple sin problemas con el entretemiento y se
pasa volando.
Con aventura, acción, drama, luchas y romance Blancanieves y la leyenda del cazador
es una fantasía destinada a un público adolescente que se deje
arrastrar por la historia sin cuestionar su profundidad. Una lectura muy
ligera, rápida y, por partes, entretenida, donde es más importante lo
que está sucediendo que quien lo está viviendo. Para fans.
Por
otra parte, ya se ha anunciado una segunda película, así que supongo
que también habrá una segunda novela en la que sinceramente espero que
se trabaje un poquito más el tema de la personalidad y profundidad de
los personajes.
Se ve como comentas: novela ligerita y sin muchas pretensiones.
ResponderEliminar¿La película es adaptación de esta novela (versión a su vez del cuento clásico)? ¿O es la película la que ha inspirado que se escribiese un libro sobre la misma?
Hola.
ResponderEliminarLa novela entiendo que es adaptación de la película al venir acreditado que la autora se ha basado en el guión de la misma para escribirla.
Y sí, ligerita ligerita ;-)
BLANCANIEVES ES MI PRINCESA FAVORITA!
ResponderEliminarYO CONOZCO ESTAS BLANCANIEVES Y ESTAS MALVADAS MADRASTRAS DE BLANCANIEVES:
ResponderEliminarTARYN DAVIS,MONICA KEENA Y SIGOURNEY WEAVER(1997).
KRISTEN STEWART Y CHARLIZE THERON(2012).
LILY COLLINS Y JULIA ROBERTS(2012).
ELIZABETH MCGOVERN Y VANESSA REDGRAVE(1984).
KRISTIN KREUK Y MIRANDA RICHARDSON(2001).
DIANA RIGG,NICOLA STAPLETON Y SARAH PATTERSON(1987).
DISNEY(1937).
JETLAG PRODUCTIONS Y GOODTIMES ENTERTAINMENT(1995).