Tim Powers.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Gigamesh. Col. Gigamesh breve # 4. Barcelona, 2014. Títulos originales: Where They Are Hid / Soul in a Bottle / The Way Down the Hill / The Bible Repairman / Salvage and Demolition / A Time to Cast Away Stones.Traducción: Natalia Cervera / Adela Padín / Ana Quijada. 203 páginas.
En 2009, con motivo de la celebración del día del libro, la editorial Gigamesh publicó El reparador de biblias, una edición no venal con la traducción de cuatro cuentos de Powers. Sobre la base de esta, en este volumen se suman a aquellos dos nuevos relatos largos —uno de ellos casi novela corta— para conformar una antología realmente recomendable, aunque para los que ya tengan aquella edición promocional surge el «handicap» de enfrentarse a tan sólo dos obras inéditas, algo que sin duda «sabe a poco». En todo caso, para el lector neófito el presente volumen presenta seis atractivas y recomendables historias que recogen algunas de las constantes de la obra del autor —viajes en el tiempo, criaturas sobrenaturales, contactos con el mundo de los espíritus, muchos enigmas, un cierto sabor histórico, poetas malditos, amor por los libros y la Literatura, tramas imaginativas, el elemento fantástico introducido entre los resquicios de nuestra realidad…—, a la par que el formato más breve le permite dar rienda suelta a su imaginación con una contención de la que, quizá, adolecen sus novelas. ¿La mejor introducción al autor? Posiblemente, aunque con algún limitado «pero», sobre todo en relación con el último relato, hermanado de forma indisoluble con dos títulos de la obra novelística de Powers, algo que hace su lectura más adecuada para los ya «iniciados».
Abre la antología Dondequiera que se oculten, la historia de dos hombres; uno que, gracias a su inexplicable, y algo limitada, capacidad de saltar en el tiempo, intenta cambiar la reciente Historia norteamericana, borrando alguno de sus sucesos más reprobables y oscuros, consiguiendo, sin embargo, efectos inesperados; y el segundo, un pobre desgraciado perseguido por una serie de «alucinaciones» que complican sobremanera su existencia. Cargada de ironía y cierto humor extraño, la confusión narrativa inicial se va disipando mientras las piezas van lentamente encajando hasta conformar una historia sin fisuras realmente sorprendente. Si el viaje en el tiempo es un tema recurrente en la ciencia ficción, es la forma de enfrentarlo, el dominio de la técnica y la ambientación histórica, donde destaca el autor.
Le sigue Un alma embotellada, con una curiosa declaración de amor a las estrellas del cine clásico, a la Literatura —la poesía en concreto—, y al poder de la palabra escrita para conjurar y mantener atada a la existencia a un alma después de la muerte. Una historia de fantasmas diferente y tierna, hermosa, llena de una poderosa imaginería —esos tres centavos…—. Un solitario buscador de libros antiguos encontrará en uno de ellos algo que no esperaba y su vida dará un vuelco.
En El camino de bajada la llegada del narrador en primera persona a una peculiar reunión que tiene lugar cada cinco años muestra a una serie de personajes que parecen ocultar más de lo que sus fisonomías muestran. A través de pequeños detalles, de indirectas y nombres cuyo género no casa con el de la persona a la que se le otorga, el lector pronto comprende que comparten una extraña naturaleza y una existencia a través del tiempo que algunos quieren mantener inmutable y otros cambiar. La lucha de facciones cogerá en medio al protagonista, quien deberá elegir un camino entre las escasas opciones que parece tener. La inmortalidad no siempre da la felicidad, y la rivalidad a lo largo de las eras puede ser de lo más destructiva. Impactante y con un toque de ciencia ficción que le otorga un agradecido giro.
El último de los cuatro cuentos publicados anteriormente, El reparador de biblias, es un desgarrador relato de caída y redención, con la historia de un recuperador de almas que cree haberlo perdido todo y tendrá, no obstante, una última oportunidad. Un hombre que, gracias a su corrupta, y por ello valiosa, sangre, puede «atrapar» espíritus en objetos, dotándolo además de una curiosa «magia» que le permite «censurar» a gusto de sus clientes versículos concretos de sus biblias erradicando de ese modo pecados y pasajes molestos para su vida y vicios diarios. Un oscuro cuento de hadas que esconde una triste y emotiva crítica de la variable e inconstante moralidad actual que lleva a acomodar la ética a los deseos del interesado y no al revés. Powers muestra cómo cada acción tiene su reacción y que la justa retribución a veces llega desde direcciones inesperadas.
Uno de los puntos álgidos de la antología es, muy posiblemente, Salvación y destrucción De nuevo el amor por los libros lleva a Powers a ofrecer la historia de un hombre que se dedica, como el protagonista de Un alma embotellada, a la compra-venta de libros antiguos o «raros», rastreándolos en librerías de segunda mano, mercadillos de ocasión, tiendas de antigüedades, fideicomisos, fondos de universidades…, que en unas cajas recientemente recibidas, parte del legado de una poco conocida poetisa, Sophie Greenwald, tras cuyo suicidio su albacea literaria se negó a que se reeditase su obra, va a encontrarse con un misterio con reminiscencias cuasi lovecraftianas. Dentro de las cajas, entre ciertos objetos algo incoherentes, el protagonista encontrará un manuscrito de la poetisa que parece ser una traducción de un texto muy antiguo, un manuscrito que cierta organización desea conseguir sin importar el precio. Viajes en el tiempo, poetas beatniks, misterios sumerios, el poder de las palabras… y la traducción de un poema que podría cambiar el mundo. Powers convierte el viajar en el tiempo en algo tan sencillo y paradójico como meticulosamente meditado haciendo que cada detalle encaje dentro de lo narrado. Imprescindible.
El relato que cierra y da título al volumen: Tiempo de sembrar piedras, es a un tiempo uno de los platos fuertes para los seguidores de la obra de Powers y quizá el menos satisfactorio para los neófitos que busquen aquí una obra independiente como las anteriores, pues se trata de una historia «puente» entre La fuerza de su mirada y Escóndeme entre las tumbas, con las que comparte «universo», criaturas y algún personaje: Protagonizado por el aventurero Edward John Trelawney, refleja lo sucedido en el tiempo en que acompañó a Lord Byron en su «viaje» por Grecia entre los años 1824 y 1825, en plena guerra por la independencia del país, donde su destino se cruzará con el de una feroz criatura sobrenatural, una nefilim que desea cambiar el orden establecido tras los sucesos finales narrados en La fuerza de su mirada. Unos hechos que tendrán importantes y obvias repercusiones casi cinco décadas después, tal y como se puede leer en Escóndeme entre las tumbas, siendo narrados de nuevo allí en forma mucho más breve —a modo más bien de recordatorio—. Como ente independiente, es bastante seguro afirmar que es un relato que puede ser leído sin haber hecho lo propio con las dos novelas citadas, pero que será mucho —mucho— más disfrutado por quien sí lo haya hecho, encajando ciertas piezas que de otra manera quizá carezcan de sentido. Y es que el devenir de los acontecimientos, la presencia de ciertos entes sobrenaturales y alguna críptica referencia a Byron o, sobre todo, Shelley, pueden llegar a desconcertar al lector desprevenido si no se poseen los referentes necesarios.
En definitiva, seis relatos de un autor imprescindible, peculiar y diferente, en las letras fantásticas actuales. Lecturas absorbentes, ágiles, sorprendentes, enigmáticas, de esas que se paladean tiempo después de terminadas. Una buena forma de iniciarse con Powers —aunque precisamente por lo comentado antes Tiempo de sembrar piedras puede no ser la más indicada al conllevar conocer detalles relevantes de La fuerza de su mirada que seguramente sería mejor no poseer de antemano si se tiene intención de leerla—. Una lectura recomendable que se hace corta.
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Reseña de otras obras del autor:
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