Brian Bendis / Charlie Huston / David Slade.
Reseña de: Alb Oliver.
Circle of Confusion / Sony Pictures Television / PlayStation Networks. USA, 2015. Título original: Powers (TV Series).
Cada vez que me entero de una serie de televisión basada en un cómic que he leído, tiemblo. Acostumbrado, no me hago expectativas, tengo el sentido común de intuir que seguirá unas líneas pero irá por su lado, que al final posiblemente será más cercana al cómic como tributo a los fans.
Pasó con Smallville, por ejemplo, a pesar de que la serie incluía muchas variantes, el final podría continuar tranquilamente con las historias en papel de toda la vida. Flash, Arrow, o Constantine, poco a poco han introducido elementos que con mayor o menor acierto, hacen que seguidores de los personajes se alegren, y muchas veces piensen “¿Pero qué han hecho?
Ésto me lleva a una situación curiosa, basándome en los tipos de gente. Los que no conocían los cómics, y ven una serie o película, se quedan impresionados e inmediatamente asumen que la historia es tal cual la han visto en pantalla. El problema viene con los que sí son seguidores. Si la historia es un calco del cómic, algunos comentan: “Para eso no pago, ya leí el cómic”. Mientras que si la historia difiere hasta tal punto que solo tienen en común los nombres de los personajes, dicha obra será criticada, y bastante.
Con Powers, he de decir, seguramente vaya a ser así.
A día de hoy, he podido ver unos cinco capítulos, siendo el arranque no me veo capaz de hacer un juicio justo de la serie en sí, para mí flojea, pero se está introduciendo la trama, por lo que quizás más adelante mi impresión cambie. Sí puedo comentar todo lo que me está resultando raro.
El cómic de Powers, (ojo, seguramente muchas cosas os resulten spoiler, pero con la cantidad de números publicados evitaré comentar cosas que creo relevantes) viene a ser una sociedad realísta, con la diferencia de que existe gente con poderes. Christian Walker y Deena Pilgrim son dos detectives del departamento Powers, una unidad que se dedica a resolver asesinatos en los que se ve involucrado alguien con poderes. Christian mismo fue antes uno de ellos, pero en una batalla sus habilidades le fueron arrebatadas y en su afán por seguir ayudando al mundo, vio que su salida idónea era entrar en las fuerzas de seguridad.
En el apartado visual, la primera impresión que se puede llevar quien conoce el cómic de Brian Michael Bendis, puede ser que han fallado en la elección de actores, y en su caracterización. Mientras que el Walker original es un hombre bastante fornido y pulcro, el televisivo no se le asemeja demasiado. Tenemos un Walker “tirillas” en comparación, faltándole corpulencia para asemejarse al previo, y su caracterización deja bastante que desear. Vemos un Walker bastante desaliñado, que a mí me recuerda a la versión televisiva de Constantine; pelo bastante descuidado, barba de un par de días, cuando esperas a un personaje repeinado y de afeitado perfecto.
La decepción me llegó cuando vi las características que le dieron los guionistas. Si bien el Walker de la viñeta era un hombre tranquilo, que sabe lo que hace, y en un pequeño grado añora el poder que tuvo, el televisivo parece que llore por las esquinas por ser un simple mortal, cometiendo acciones arriesgadas poniéndose en riesgo como si ello le devolviera sus habilidades.
Deena Pilgrim pasa a ser uno más de los casos de cambio de raza que se llevan tiempo viendo, pasando de ser un arquetipo de adolescente rebelde, pelo corto, rubia, varias perforaciones en las orejas, a una agente del FBI televisiva tipo, sin ningún rasgo a destacar. El hecho de pasar de ser caucásica a afroamericana, es algo irrelevante, pero sí el de su actitud, que venía a crear química siendo el contrapunto fresco a la sobriedad de Walker. Deena era un personaje curtido, que sabía luchar sus guerras y se expresaba en un 70% con expresiones malsonantes, reflejando así sus reacciones, mientras que ahora da la impresión de ser una novata con una personalidad bastante calmada, que solo aspira a hacer cumplir las normas.
Gráficamente, el cómic nos presentaba una ciudad oscura, con un grafismo grueso, muy de cómic independiente, mientras que ahora tenemos una ciudad soleada en su mayor parte, y de la que apenas se saca partido de las escenas penitenciarias, que para mi aportaban encanto, así como de humor.
Hablando de los secundarios, pues hay de todo. Empezando por los superhéroes, para mí, disgusto. Los trajes no se asemejan a las versiones que conocemos, podrían argumentar lo de siempre, que resultan ridículos en la vida real, pero otras versiones se han hecho, y resultan aceptables. Aquí, me recuerdan bastante a los de las series japonesas en las que los protagonistas se transforman y luchan contra monstruos de goma. Podemos hablar de Retro Girl, cuya edad es más avanzada que en el cómic, es morena, y lleva una especie de uniforme de látex rojo, en contra de la joven chica rubita con un uniforme algo más sexy, o de Triphammer, que ve su sobria armadura roja sustituida por una creación verde que parece pegada a partes de su cuerpo. Zora, pasa de ser una mujer adulta, veterana, a una adolescente que inicia su carrera superheróica.
El villano principal, parece ser Johnny Royale, recurrente a lo largo de lo poco que he visto, y cuya historia conocerán los que han leído el primer arco... Tomando aquí mucho más protagonismo.
Se han cambiado igualmente sus orígenes, podemos ver a Walker con 19 años, cosa que sabemos no resultaría posible si recordamos los cómics, y la relación que tenía con Royale y Wolfe, otro enemigo que pasa a ser la antítesis de Walker a su mentor... Decisión que considero le quita bastante peso en la historia, aunque lo intente ganar.
Creo que he mencionado bastante la palabra “superpoderes” entonces, siendo televisión, tendremos que comentar efectos especiales. Si bien es cierto que por norma general no se usan efectos muy destacados, los de la presente serie me parecen inferiores a otras del mismo género.
El argumento, de nuevo apenas tiene que ver con lo que se conoce. Vemos personajes conocidos en situaciones nuevas, aunque se van dando algunos guiños de lo que ocurre en alguna saga suelta del cómic.
Cuando el compañero de Walker fallece, se le asigna una agente novata. En las calles aparece un Power muerto, que parece haber usado una nueva droga de diseño que estimula los poderes. Si a ello sumamos el regreso de Johnny Royale, teletransportador y amigo de la infancia de Walker a la ciudad, ya tenemos la línea a seguir. En la línea de investigación, tendremos los cruces con el resto de personajes conocidos, bastante sacados de contexto, como Calista, a los que algunos conocemos como la testigo del crimen del primer cómic y secundario posteriormente, a la que nos cuesta reconocer.
Mientras ocurren las diferentes tramas argumentales, vemos una historia secundaria, de un joven que no comprende cómo los Powers no pagan por los daños colaterales de sus combates, en los que muere gente, y crea un graffiti curioso, uno que dice “Kaotic Chic”.
Me gusta la forma en la que están anticipando eventos, con cruces de personajes en las diferentes ramas de la historia, distanciándose de la línea del cómic de “un tomo, una historia”.
Parece que todo lo que tengo que decir sobre ella, sean cosas malas, pero realmente solo comento las grandes diferencias que he visto en algo que en principio me resultaría atractivo. Tras cinco capítulos, sigo con intención de seguirla, pues tienen bases para que la trama llegue a algo más, y logre asentarse.
Lo mejor y lo peor de la serie, es la misma cosa, que no es una adaptación. Te presenta una nueva versión de algo que conoces, lo que provocará que te guste, o no.
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