Vivencias de una eternidad.
Carlos Sisí.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Cazador de Ratas Editorial. Cádiz, 2017. 245 páginas.
En el acervo del aficionado a la Literatura Fantástica se suele asociar a Carlos Sisí con la idea de fantasía oscura o de terror, más en concreto en torno al fenómeno zombie, gracias sobre todo a su serie de Los caminantes, pero también a novelas tan destacables como La Hora del Mar o Panteón —que le supuso el galardón en el Premio Minotauro 2013—. Sus libros suelen traer a la mente la idea de gore, vísceras, sangre, violencia, seres sobrenaturales y demás parafernalia aterradora. Pero los fieles seguidores, y más los de su cuenta de Facebook, saben que posee una faceta muy diferente a esa vertiente sangrienta en la que demuestra que el mundo sobrenatural, o al menos el suyo, también puede estar lleno de humor, ternura y cariño, no exento eso sí de algo de mala leche y crítica social. A raíz de la publicación y las presentaciones de su novela sobre experiencias sobrenaturales Alma el autor comenzó a guionizar y dibujar una serie de tiras humorísticas, publicadas como webcomic, protagonizadas de inicio por dos almas recién fallecidas y que poco a poco va añadiendo nuevos protagonistas que aportan gran dimensión mientras van acostumbrándose a su nueva condición y particular existencia. Más de doscientas entregas ahora recopiladas por Cazador de Ratas en un precioso volumen de muy agradable lectura. Una lectura divertida que además invita a ser mejor persona.
Sisí echa mano de un humor, salvo en pocas y contadas ocasiones donde aparece la vena más crítica del autor, muy blanco, pero que a la vez suele invitar a la reflexión amable sobre nuestro día a día y todo aquello que nos rodea. Junto a tiras con una historia de lo más cercano e intrascendente hay otras a las que no es posible dejar de dar vueltas. A los iniciales fantasmas inexpertos, Mike y Bryan, que tienen que ir descubriendo poco a poco su nueva condición, aprendiendo a inquietar a los vivos —sin demasiado resultado— o probando los límites de su mundo, tira a tira, Sisí va añadiendo nuevos personajes ampliando la profundidad de este mundo de ultratumba, descubriendo que hay más de un tipo de almas o muertos en el más allá —incluso tendrán una plaga de zombies— y consiguiendo que el lector se implique con cada uno de ellos.
Personajes como el experimentado y bastante bordecillo Max, el Bola o el esqueleto ingenuo y con poca suerte Bony van a ser recurrentes junto a otros como Joe —el jefe del cotarro, la personificación de La Muerte— o el veterano Amancio, siempre deseoso de contar sus batallitas. Aunque sin duda la adición más tierna es la de la abuela de Mike, con el dolor de haber perdido a alguien tan joven, o la dulce niña, Norah, que con los ojos limpios de la infancia es capaz de ver a los fantasmas, pero ya es consciente que mejor los hace pasar por amigos imaginarios ante la ceguera de los mayores.
El autor presenta a unos fantasmas que se gastan bromas, que se irritan y se sienten tristes, que se enamoran, se frustran ante su condición o echan en falta cosas tan naturales cuando estaban vivos como es el placer de comer…, mediante unas tiras humorísticas autoconclusivas, aunque con cierta continuidad, que pasan de una sencillez absoluta, desarmante y cálida, muy amable, a una profundidad insospechada, proyectando una mirada tan pronto dulce y llena de ternura como de repente crítica o reflexiva, tan gamberra como concienciada, tan inteligente como, a veces, demoledora.
Personajes como el experimentado y bastante bordecillo Max, el Bola o el esqueleto ingenuo y con poca suerte Bony van a ser recurrentes junto a otros como Joe —el jefe del cotarro, la personificación de La Muerte— o el veterano Amancio, siempre deseoso de contar sus batallitas. Aunque sin duda la adición más tierna es la de la abuela de Mike, con el dolor de haber perdido a alguien tan joven, o la dulce niña, Norah, que con los ojos limpios de la infancia es capaz de ver a los fantasmas, pero ya es consciente que mejor los hace pasar por amigos imaginarios ante la ceguera de los mayores.
El autor presenta a unos fantasmas que se gastan bromas, que se irritan y se sienten tristes, que se enamoran, se frustran ante su condición o echan en falta cosas tan naturales cuando estaban vivos como es el placer de comer…, mediante unas tiras humorísticas autoconclusivas, aunque con cierta continuidad, que pasan de una sencillez absoluta, desarmante y cálida, muy amable, a una profundidad insospechada, proyectando una mirada tan pronto dulce y llena de ternura como de repente crítica o reflexiva, tan gamberra como concienciada, tan inteligente como, a veces, demoledora.
Junto al día a día en la »vida» de ultratumba de los fantasmas y los muertos, con gags y chistes tan divertidos como intrascendentes se cuelan de manera absolutamente puntual situaciones más peliagudas que denuncian la discriminación a la que se somete al que es diferente, el maltrato o el sexismo que no deben ser tolerados, las consecuencias que la marginación juvenil pueden tener en el adulto del futuro, el absurdo de dotar de una terrible importancia a algunas necesidades modernas que realmente no lo son tanto o la relatividad del valor de las cosas según la óptica desde la que se mira. Pero que nadie se lleve a engaño, son las menos y el autor siempre mantiene en mente el objetivo de divertir.
Con un trazo suelto, sencillo, casi esquemático en su economía de líneas, pero enormemente fresco y expresivo, cada tira —o la gran mayoría de ellas, pues es normal en este tipo de producción que no todas estén a la misma altura— de estas Historias con alma capturan la atención por el mensaje y los pequeños detalles, por la magnífica síntesis realizada que con un dibujo muy simple consigue transmitir gran cantidad de emociones. El volumen se complementa con unas tiras adicionales protagonizadas por unos aliens que habían aparecido previamente y cada página se ve coronada por un pequeño dibujo que ayuda a la belleza de esta edición. Una vez que se empieza la lectura es difícil dejarla, encadenando tira tras tira, y quedando al final una sonrisa de lo más satisfecha y una mirada diferente.
Perfecta descripcion.. verdaderamente así es Historias con Alma.. qué grande Carlos Sisí
ResponderEliminarLectura altamente recomendada para alegrar ratos.. recordar batallas abiertas y cuestiones de conciencia siempre pendientes
¡Que divertido! Desconocía totalmente esta faceta suya, como bien dices, es conocido por novelas más oscuras o de estilo zombie. Me ha gustado mucho la propuesta, me la apunto. Un abrazo^^
ResponderEliminarEs una lectura muy recomendable y, en efecto, muy alejada de lo que la mayoría de los lectores piensan que el estilo del autor. Un humor amable y agradable que además de vez en cuando invita a pensar y a ser mejor persona. Ideal para desengrasar la mente.
ResponderEliminarSaludos.