VV.AA. Ed. y Sel. Mariano Villarreal.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Sportula. Col. Nova Fantástica. Gijón, 2017. Edición digital (ePub). Traducción: Pilar San Román, Ramón Peña, Manuel de los Reyes, Manu Viciano, Alexander Páez, Pilar Ramírez Tello, Arrate Hidalgo y Maielis González, David Tejera, Mariano Villarreal, Carlos Pavón. 342 páginas.
La más reciente antología de Nova Fantástica, como es habitual con Mariano Villarreal al cargo de la selección y edición, reúne dieciséis relatos —más un extra en exclusiva de recompensa a los mecenas que han participado en la financiación previa del volumen— que sumergen al lector en historias de Fantasía Oscura. De hecho, el volumen se divide en dos partes tituladas Dark Fantasies la primera, dedicada a traducciones de punteros autores extranjeros con traductores también punteros; y Oscuras Fantasías la segunda, donde el lector se va a encontrar con seis propuestas escritas originalmente en español. La selección recoge obras de algunos autores multipremiados y muy de actualidad, tanto jóvenes firmas emergentes como otras ya consagradas, con propuestas francamente interesantes y atractivas. Un volumen cuidado al detalle, desde la espectacular portada del artista de origen brasileño Tullius Heuer hasta el firme compromiso con ofrecer las mejores traslaciones posibles a nuestro idioma. Fantasía oscura, entonces: terror, horror, fantasmas, espíritus, criaturas malignas, amor trágico, mentes maléficas, mundos decadentes, atmósferas inquietantes… Y, sobre todo, calidad y variedad.
Tras la habitual Presentación de mano de Mariano Villarreal explicando la génesis e intenciones tras el volumen, el mismo lo abre Hijas hambrientas de madres famélicas, de Alyssa Wong (con traducción de Arrate Hidalgo Sánchez). Un relato que recibiera los premios Nebula y World Fantasy Award —además de otro buen número de nominaciones— se abre con una escena que se podría tildar de lo más cotidiana: una joven acude a una cita, una cena, concertada por las redes sociales, en Tindr. Un cita, no obstante, que no va a terminar precisamente según los deseos, bastante poco inocentes, de su partenaire. Porque Jen es una joven muy especial, con un don y un hambre muy diferentes a las de todas las personas que conoce, salvo su madre, por supuesto. Wong ofrece un brutal relato de anhelo, de soledad, de culpa, de retorcida perversión, de amor verdadero, de auténtico deseo y simple compulsión. Un relato donde el papel de víctima y verdugo cambia varias veces de perspectiva, haciendo también cuestionarse la visión del lector sobre esos papeles. Extraordinario.
De deseo y rencor versa también La hija del fabricante de ataúdes, de Angela Slatter (traducción de Alexander Páez) en el que Hepsibah Ballantyne ha heredado el negocio familiar a la muerte, quizá no del todo natural, de su padre, quien desde entonces le acompaña en todo momento en forma fantasmal. Ella es la única fabricante de ataúdes de la ciudad, una tarea que requiere de especial dedicación y rituales para que los difuntos no vuelvan a atormentar a sus familiares vivos. Ahora acude a la mansión D’Aguillar, cuyo cabeza de familia acaba de fallecer. Allí la reciben la viuda y la hija, Lucette, quienes necesitan del arte de Hepsibah, y están dispuestas a pagar lo que les pida. Una peculiar historia de fantasmas y de los ritos funerarios necesarios para evitar su presencia, de atracción irreprimible, de rencor y venganza, de belleza insospechada y pensamientos sombrios, de almas atormentadas —y no precisamente las de los muertos—.
A continuación Cuando termina, él la coge, de Eugie Foster (traducción de Pilar Ramírez Tello) encierra una triste historia de amor en tiempos difíciles, con un toque oscuro y terrible, pero sobre todo con mucha delicadeza y melancolía. Aisa baila en solitario, sobre un escenario decrépito y de memoria, El lamento del junco. Echa intensamente de menos a su compañero Balege, desaparecido en las revueltas y protestas que siguieron al cierre ordenado por el juez de los teatros y escenarios. Ella se refugió allí, encontrando su único solaz y descanso en bailar el dueto como si se tratara de un solo. Entonces, al acabar, escucha un aplauso y el corazón de Aisa brinca sobresaltado. Un delicado relato sobre pérdida irreparable, melancolía y horror.
Cántame tus cicatrices, de Damien Angelica Walters (traducción de David Tejera) es una angustiosa historia frankensteiniana. Kimberly se siente extraña consigo misma, tiene un cuerpo completo pero no lo siente como propio. De hecho, cada una de sus partes —piernas, brazos, manos, caderas, pechos— hablan con ella con una identidad propia, conforme a quienes fueran antaño. Además, se encuentra encerrada y anhela escapar. Un relato sórdido y grotesco, y a la vez cargado de un descorazonador lirismo. La fuerza de una mujer que quiere saborear la libertad sin cortapisas, por mucho que le cueste, frente al patetismo de un hombre que se cree con derecho a esclavizarla. Impactante. Un relato que consigue arañar el alma por todo lo que encierra.
Hermoso y triste, El mar de árboles, de Rachel Swirsky (con traducción de Pilar San Román) es mucho más que una trágica historia de amor. Comienza en un bosque: «A este lugar se le puede llamar Aokigahara o se le puede llamar Jukal, el mar de los árboles». También es el lugar elegido por muchos suicidas para quitarse la vida, así que está poblado de yurei, los espíritus que han dejado atrás. Nao, una mujer con heridas que no se encuentran a la vista, hace tiempo que se vio arrastrada allí, pero no para quitarse la vida, así que vive de lo que puede rapiñar de los cadáveres. Cuando la desvalida Melon le pide su ayuda, ofreciéndole un buen pago, no puede negarse. Pero entonces la cosa empieza a ponerse más oscura de lo habitual. Amor, desamor, soledad, abandono… La necesidad de afrontar el pasado, de perdonarse a uno mismo y soltar amarras, de no arrastrar pesos que no nos corresponden. Muy hermoso, lírico y terrible, hace virtud de una atmósfera opresiva, y atracción del horror de muertes sin sentido.
La novia de Frankenstein, de Mike Resnick (traducción de Ramón peña) es una divertida, que a la vez encierra una muy seria reflexión, revisión de la historia de Mary Shelley Frankenstein, a modo de diario y desde la óptica de la esposa de Víctor, en un matrimonio que parece que no comportaba demasiado amor: «hicimos el trato de costumbre: él recibió mi dinero y mi cuerpo y yo, su título.» Es magnífico observar cómo Resnick va mostrando el paulatino cambio de parecer de la narradora, como el «monstruo» influye en la forma de pensar, de ver el mundo que la rodea. ¿Tienen las historias de amor un final feliz? La Historia de la Literatura parecería indicar que no: Cumbres borrascosas, Anna Karenina, Lo que el viento se llevó, Romeo y Julieta… Así que quizá sea mejor no esperar otra cosa.
Premiado con el Bram Stoker de 2012 Magdala Amygdala, de Lucy A. Snyder (traducción de Manuel de los Reyes) versa sobre un virus que está transformando desde su raíz a la humanidad. Pero incluso entre el dolor de la voracidad forzada o de los retortijones de un hambre insaciable, se puede encontrar quien muestre compasión y una necesidad a la altura de la propia. Entre la crítica al sistema sanitario estadounidense, donde recibe mejor atención quien puede pagársela o tiene una póliza privada, y la búsqueda de cuidados paliativos allá donde haya que buscarlos, este relato es como una de esas heridas que no puedes dejar de hurgar aunque te duela —o precisamente por eso—, un relato que tiene algo de repulsivo, de gore, pero al que es imposible dejar a un lado, tal es su poder de fascinación.
En el finalista de los Nebula 2013 Dale miel cuando la oigas gritar, de Maria Dahvana Headley (traducción de Manu Viciano), las relaciones sentimentales son como laberintos, y ya se sabe que cualquier laberinto que se precie debe encerrar un monstruo en su interior. El amor surge entre dos personas, amor a primera vista, arrebatador, ciego, que no deja sitio a ninguna consideración. El problema es que ambos están casados y que sus respectivas parejas, un mago y una bruja, van a reaccionar de forma un tanto desairada al abandono. Un relato que trae a la palestra la vieja pregunta tras los cuentos clásicos: ¿Existen de verdad los «para siempre» o los «Y Fueron Felices Por Siempre»? Amor, desamor y venganza esconden la respuesta.
A través de todo un ejercicio de escritura creativa Tu suffering nos protegerá, de Mercurio D. Rivera (con traducción de Arrate Hidalgo Sánchez y Maielis González) traslada al lector a un futuro muy poco halagüeño. Los inmigrantes y refugiados siempre lo tienen un poco difícil para encajar en la sociedad a la que han ido a parar. Ahora y en el futuro. Edgar, un dominicano que escapó de su país hacia los EE.UU. empujado por el conflicto bélico, se va a ver envuelto en una trama que él no ha buscado. Y todo por ver una escalera que no debería estar ahí que baja hacia un sótano que ni siquiera debiera existir. Cuando la magia irrumpe en su vida, aunque ni siquiera crea realmente en ella, no puede sino dejarse arrastrar, sobre todo cuando la protección de los suyos está en juego. Una maravilla de escritura, y de traducción, que transporta al lugar y los personajes con esa mezcla de spanglish y latino, que plantea un tema recurrente, pero no menos interesante por ello: ¿Está el bien de muchos por encima del mal cometido sobre uno? ¿Merece la pena tal sacrificio? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar una persona para mantener a salvo a los demás? Impactante.
Corriente y remanso, de Caroline M Yoachim (traducción de Mariano Villarreal y María Pilar San Román) es un tan breve y como hermoso relato de amor en el tiempo. Intenso y un tanto triste. Una mujer del remanso que se enamora de un hombre de la corriente, un amor imposible. Un relato que es pura imaginería, que habla al corazón mucho más allá del alcance de las palabras. Que nadie se engañe por su brevedad, pues es pura literatura destilada.
Llegando al final de esta primera parte, la edición exclusiva para mecenas se ve complementada con un relato extra, El naturalista, de Maureen F. McHugh (con traducción de Carlos Pavón), que viene a premiar el compromiso de aquellos que han apoyado el proyecto financiando previamente el volumen. Gerrold Cahill vive en los Flats, en Cleveland, convertidos en una reserva-presidio. En medio del abandono, los «residentes» han creado una sociedad libertaria que lucha por sobrevivir, achendo de menos todas las comodidades que han dejado atrás. Su mayor preocupación es la de tropezarse con un zombi, pero quizá debiera preocuparse mejor de los vivos. Aún tratándose de un relato de supervivencia, de hacer lo que debe hacerse y de ver el mundo con la óptica del otro trasciende la etiqueta de mero relato de muertos vivientes para explorar otros territorios.
La Segunda Parte: Oscuras Fantasías empieza con Antemusa Bar & Club, de Víctor Selles, una historia de olvido y retribución. La prostitución de sirenas se considera una actividad, como poco, alegal en Tailandia. Pocas de ellas quedan ya en libertad, así que la cría destinada a los prostíbulos, las piscifactorías, de cara a satisfacer a los turistas, se encuentra en auge. El protagonista-narrador desea documentar el negocio, así que se sumergirá en un sórdido mundillo revestido de lujo. Tirando de mitología Selles habla de dos problemas enormes, de la prostitución forzada generada por el turismo sexual y del robo de la identidad histórica, de la rebaja que fuerza a olvidar lo que uno fue.
En Profundo, profundo en la roca, de Ferran Varela, cuando la aldea se ve amenazada, Osa, avisada por sus espíritus protectores, advierte a los pobladores de antemano de que no pueden hacer nada más que huir, pues el mar ha venido a reclamar la costa. Pero ellos no pueden resignarse y Bure, uno de los ancianos, se acerca a su cueva con una propuesta. Una que ella no puede aceptar. De nuevo surge el tema de si es aceptable y es posible llevar a cabo el sacrificio de uno por las vidas de muchos, sobre todo si conoces a ese uno y los otros los sientes muy lejanos. Varela plantea la exigencia de quien se cree con derecho a pedir algo que entra en conflicto con los principios del cuestionado. La falta de empatía con el «otro». Un hermoso cuento que habla de sacrificio y de intentar mantener incólume el alma frente a los desafíos del mundo.
Cuchara de plata, de Alfredo Álamo, es un cuento de magia antigua en el mundo moderno. De honor en los tratos, de justiprecio. Carlos es el rey del barrio del Cabanyal, elegido por las ratas. Las calles son suyas, pero incluso para él hay sitios a los que no le «apetece» acercarse demasiado. A su lado está Vicky. «Juntos los dos parecían la noche y el día, si la noche y el día se escondieran entre los callejones para darse un morreo y meterse mano.» Su mundo es un lugar donde un trato es algo inquebrantable, y donde el rey no puede negar favores, siempre que su petición venga acompañada de las fórmulas adecuadas. Así que cuando un extraño le pide que le lleve una caja a su hermano a uno de esos sitios a los que incluso Carlos no quiere ir, no puede sino aceptarlo. Un relato muy al estilo de Gaiman, con ciudades secretas debajo de las ciudades físicas, con magias de la tierra, con brutal poesía en cada párrafo. Y dónde los supuestos débiles, los que una caballerosidad mal entendida deja atrás, son los que puedan salvar el día.
En Humo y espejos, de Elia Barceló, Luis y Mara, una pareja de recién casados, el de 40 años, ella de 25, de viaje de bodas en París, ganan una entrada conjunta para un selecto y de muy límitado aforo espectáculo de magia.. El espectáculo resulta fascinante, pero no termina como ninguno de ellos esperaba. Precioso, terrorífico por la facilidad en que Barceló consigue poner al lector en el lugar del protagonista, de hacerle sentir sus miedos y angustias, y un tanto desolador por todo lo que implica.
Los reyes muertos, de Teresa P. Mira de Echeverría, es un relato cargado de simbolismo, en que cada elemento oculta su significado real. Una tiranía gobernada por tres reyes muertos, donde se castiga la posesión de ciertos documentos y libros, donde las desapariciones están a la orden del día, donde los niños son entregados a otros… Muy fantasioso, piensa el narrador cuando el «abuelo» le entrega la burbuja que encierra esa historia. Otra más entre sus cuentos de brujas y relatos de miedo. Así que, más preocupado por mostrar las marcas de sus ropas, sus bebidas y complementos, no va a dar demasiado crédito a lo que la burbuja encierra. Pero quizá debiera haberlo hecho. La realidad convertida en dolorosa fantasía, los fantasmas del pasado intentados exorcizar mediante un brillante ejercicio literario, un tema doloroso que todavía busca respuestas.
Cierra la selección Habba Habé, de Ludo Bermejo, una novela corta cuya acción se sitúa en Casa paredes, una plantación de cacao semiabandonada en Fernando Poo, Guinea, a la que la protagonista vuelve pasados largos años de ausencia tras haber vivido allí en su niñez, donde se reencontrará con Alicia, su amiga de la infancia. Todo y nada es como se esperaba. Los lugareños siguen llamando al sitio «Habba Habé»: Lugar maldito. Los recuerdos y el choque cultural van aflorando mientras se acomoda en la plantación, pero hay muchas cosas que no son como debieran, y los fantasmas del pasado acosan su memoria. Unos fantasmas que harán surgir a la superficie antiguas historias, antiguos secretos, antiguos reproches, antiguas traiciones y nuevos silencios. Un relato hermoso y nostálgico, con una atmósfera subyugante, que atrapa y lleva al lector donde quiere.
Dark Fantasies es una antología «diferente» dentro de lo que Mariano Villarreal ha venido ofreciendo a los lectores. Sin apartarse del género fantástico, el recurrir a la senda de la literatura oscura en sus más diversas facetas, alejándose un tanto de la ciencia ficción que hasta ahora predominaba en sus selecciones, abre un amplio abanico temático dentro de los relatos aquí recogidos, con gran variedad de enfoques y estilos, primando la calidad literaria sobre casi cualquier otra consideración, pero sin olvidar en momento alguno que sin una buena trama todo el conjunto cojea. Una acertada selección de autores que, como ya es habitual en las antologías de Nova Fantástica, invita a seguir de cerca sus carreras y a desear que sus obras fueran publicadas con mayor frecuencia en nuestro terruño.
Dark Fantasies es una antología «diferente» dentro de lo que Mariano Villarreal ha venido ofreciendo a los lectores. Sin apartarse del género fantástico, el recurrir a la senda de la literatura oscura en sus más diversas facetas, alejándose un tanto de la ciencia ficción que hasta ahora predominaba en sus selecciones, abre un amplio abanico temático dentro de los relatos aquí recogidos, con gran variedad de enfoques y estilos, primando la calidad literaria sobre casi cualquier otra consideración, pero sin olvidar en momento alguno que sin una buena trama todo el conjunto cojea. Una acertada selección de autores que, como ya es habitual en las antologías de Nova Fantástica, invita a seguir de cerca sus carreras y a desear que sus obras fueran publicadas con mayor frecuencia en nuestro terruño.
Todo el mundo habla bien de esta recopilación, así que al final me obligareis a que la lea XD.
ResponderEliminarSaludos y muy buena reseña.
Hola :) estoy en ello, llevo unos cuatro relatos leídos y me esta pareciendo muy buena selección, diferente a lo habitual como dices, pero muy solida con lo que busca. Un abrazo^^
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