Paco Roca.
Reseña de: FJ Arcos Serrano.
Astiberri. Col. Sillón orejero. Bilbao, 2020. Cartoné. Apaisado. 176 páginas. Color.
A partir de una foto familiar de 1946 en la antigua playa de Nazaret de la capital valenciana, Paco Roca dibuja un fresco sobre la España de la posguerra a través de una de aquellas familias humildes con serios problemas para acceder al sustento, obligada a acudir por sistema al mercado negro para hacerse a duras penas con una alimentación básica diaria.
¿Qué decir de Paco Roca a estas alturas? Un artista que, obra tras obra, ha alcanzado un nivel estratosférico, logrando aunar lo mainstream y la alabanza unánime de la crítica y aficionados a través de un estilo propio.
Muchas personas tienen interés sobre el pasado de sus familiares, pero pocos lo hacen…, bien por miedo a lo que se van a encontrar en esas respuestas o porque no quieren revivir tiempos pretéritos. Aquí el punto de partida es una foto familiar alrededor de la cual el autor se preguntó cuáles fueron las circunstancias que giraron alrededor de esa imagen, regalándonos así una obra que no deja de ser un ciclo de vida que irremediablemente nos hará reconciliarnos con nuestros recuerdos y reflexionaremos a su vez sobre nuestro núcleo familiar.
Sorprende la valentía que ha tomado el autor a la hora de intentar mostrar a su familia, con todas las miserias y necesidades que han pasado…, con un exquisito cuidado a la hora de plasmar esas escenas sin juzgar. Estos pequeños retazos de sus antepasados (con un nivel de minuciosidad en la documentación absolutamente apabullante) son ejemplos que retratan perfectamente la historia de tantas y tantas familias de este país. En definitiva, Paco Roca entiende que eso es él y que así nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.
El artista valenciano está en plena madurez con un estilo tan reconocible como depurado y que, por si fuera poco, prueba distintos experimentos con éxito huyendo de la narración más convencional para ofrecernos resoluciones gráficas inéditas hasta hoy en su producción.
En estas páginas planea un narrador omnisciente que nos muestra un gran catálogo de divagaciones, reflexiones políticas y sociales. A través de este recurso nos adentramos igualmente en la psique de todos y cada uno de sus personajes. Es imposible no encariñarse y sentir lástima de todos y cada uno de los combates cotidianos que aquí se nos muestran. Diminutos retazos de realidad y de dolor que encogen el corazón. Esta historia le pide al lector entrar con paciencia para poder rellenar los huecos de la memoria familiar y así dejar paso al rescate del pasado…ese que está fuertemente anclado al irremediable paso del tiempo y a las grietas de nuestra propia memoria histórica.
Astiberri edita en un bonito tomo (con la excelencia que les caracteriza) en tapa dura y en formato apaisado. Formato que por sí mismo ya nos habla de recuerdos y nos evoca algo de otros tiempos…como si fuera un álbum de fotos de época. Todo ello hace que la lectura de la obra se disfrute de una forma más especial.
En definitiva: En Regreso al Edén, Paco Roca vuelve a crear un precioso cómic que transforma en extraordinario lo más costumbrista e invita a que recordemos nuestras propias historias familiares, logrando sobrecoger y apelar a lo más profundo de nuestro ser a través de la experiencia humana como pocos autores son capaces de hacer.
Paco Roca lo ha vuelto a hacer. Otro año más, una nueva obra y otra vez nos deja con el corazón encogido. Para mí, el cómic de este 2020 tiene nombre y apellidos. No hace falta decir más.
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