Varios autores.
Reseña de: Jamie M.
Alfaguara. Madrid, 2010. Título original: Love is Hell. Traducción: Mercedes Núñez. 281 páginas.
Volúmenes como este sirven sobre todo, a parte del propio valor como entidad en si mismo, para conocer la obra de algunos escritores que se están abriendo camino en nuestro mercado o que puede ser de interés seguir más adelante. Como una degustación, es la oportunidad de probar nuevos autores, nuevos sabores, y saber si merece la pena darles posteriores oportunidades. Las historias que nos ocupan se clasifican mayoritariamente dentro del género del “romántico paranormal” (historias de amor con toques fantásticos, como la aparición de fantasmas u otras criaturas folclóricas), aunque alguna de ellas, como la de Westerfeld, huyan claramente de ese nicho para adentrarse sin tapujos en la ciencia ficción, especulando con un futuro utópico que tal vez no lo sea tanto. Muy posiblemente el lector se quede con ganas de que alguna de estas historias hubieran durado algo más, a mí me ha pasado, pero lo cierto es que para la mayoría de ellas el formato breve es el más adecuado para contar lo que sus autoras tenían en mente y haberlas “engordado” solo hubiera entorpecido la narración sin aportar nada positivo.
Estos son los relatos, analizados uno por uno:
Más ligero que el agua, de Justine Larbalestier. Situando la acción en un pueblo que vive voluntariamente anclado en el pasado, muy en plan «amish» pero en vez de con un carácter religioso con un componente folclórico-fantástico en el que unos seres feéricos tendrían cierto dominio sobre el pueblo, aunque los más jóvenes del lugar ya no crean en ello y algunos adultos sigan con el tema tan solo con motivos de reclamo turístico y comercial. En esta situación, Jean es una joven que soñaba con ir a la universidad y estudiar medicina, pero que ve como a sus 17 años es obligada por las “tradiciones” a dejar la escuela y atender la casa y el negocio familiar. Así cuando el “chico malo” del pueblo le ofrezca «unir las manos» ―una especie de rito por el que la pareja está casada en pruebas durante un año― ella no se lo pensará demasiado, aunque el resultado será trágico. Como ni la muerte puede evitar el amor cuando esté es verdadero, el componente fantástico del relato llevará a un final doblemente triste, demostrando al fin y al cabo, que el amor no lo puede todo. Esta es, sin duda, una de las historias del volumen que hubiera ganado con algo más de extensión, con una mayor profundidad en el tratamiento de los personajes y una mejor descripción de la relación entre el mundo superior y el inferior. Tal como está, lo cierto es que la historia es agradable pero deja la sensación de que le falta algo.
Absurdo mundo perfecto, de Scott Westerfeld. Esta es el gran relato del volumen, el mejor en mi opinión, enclavado en la ciencia ficción y no en la fantasía, en el que incluso la parte romántica se encuentra muy diluida. En el mismo futuro en que se desarrollan sus novelas Traición y Perfección, María y Kierman son dos estudiantes que deben enfrentarse a su trabajo de la asignatura de Privación. En un mundo donde los cuerpos están regulados para no tener enfermedades, donde no hace falta dormir ni existe el desequilibrio hormonal, donde incluso la pasión ha desaparecido, se supone que deben elegir un “mal” del pasado para soportarlo durante dos semanas y hacerse idea de lo que han ganado en esta futura sociedad feliz e ideal. Él elegirá dormir y experimentar lo que significa soñar, y ella soportar los rigores y bandazos de las hormonas adolescentes desatadas y sentir así las necesidades naturales de su cuerpo. Con un sutil y muy interesante trasfondo humorístico, ambos descubrirán que la cosa no es tan desagradable como pudiera parecer y que incluso tiene algunas ventajas (e inconvenientes también, es cierto) que pueden disfrutar. La imperfección tiene sus cosas buenas, también puede ocultar parcelas de belleza y disfrute. Las experiencias de otros de sus compañeros, como la chica que decide inocularse un resfriado común o el chico que elige como trabajo el renunciar a las cabinas de transporte instantáneo y viajar a la antigua, crean un trasfondo rico y muy interesante, mostrando un complejo escenario en una novela corta que, siendo sin duda esta su longitud óptima, se hace breve por su intensidad. La joya del volumen. Una historia que le sirve además al autor para reflexionar sobre todo aquello que se sacrifica cuando se tiende a toda costa al “estado de bienestar”, y cómo la imperfección no es mala ni rechazable per se, sino que tan solo se debe saber aprovecharla y disfrutarla, sabiendo a lo que se está renunciando al condenarla al ostracismo. Dan ganas de leer más cosas del autor, cosa que sin duda era uno de los objetivos del proyecto.
Durmiendo con el espíritu, de Laurie Faria Stolarz. Es una historia de fantasmas bastante típica, en la que Brenda, una joven que acaba de trasladarse de ciudad con su familia, descubre que su habitación está encantada por el espíritu de un joven de 17 años, muerto hace tiempo y que, muy al estilo de un capítulo de la serie Entre fantasmas, quedó con una misión que realizar antes de poder continuar su camino hacia el más allá. Brenda deberá investigar quién es el muchacho, qué le sucedió y cómo puede solucionar el entuerto, al tiempo que la relación de miedo y rechazo hacia el fantasma se va convirtiendo en cierta atracción. Vuelve a ser una historia de amor trágico, irrealizable, sin futuro alguno, entre la muchacha que debe quedarse en su vida y el espíritu que debe trascender su inmaterial existencia; agravado además porque es ella misma la que debe facilitar el tránsito del joven. Agradablemente narrado y escrito, es interesante a pesar de su alto contenido tópico y con un final bastante previsible que evita todas las sorpresas (que después de todo tampoco son tan necesarias).
Relatos de ficción, de Gabrielle Zevin. Una narración muy triste y nostálgica sobre una chica en sus años de instituto a la que se le antoja ser invisible ante el resto de sus compañeros. Nadie le hace caso, nadie se fija en ella, una auténtica rata de biblioteca, su único refugio. Cuando conoce a Aaron, un misterioso chico nuevo, todo parece cambiar en su vida; aunque al final nada parece ser lo que aparenta y el final trágico se abalanza sobre el lector (a pesar de que la autora da demasiadas pistas, con lo que se ve venir desde demasiado lejos). Es una historia algo sosa, con unos personajes no demasiado trabajados, pero que cumple con su objetivo de tocar la fibra sensible. Es difícil no empatizar con esa joven y sus sufrimientos, sobre todo si en alguna ocasión has soñado con ese gran amor que nunca parece llegar y que tantas veces hemos leído en los libros. La realidad y la ficción pueden ser a veces muy crueles. Es sin embargo de lo más flojo del libro.
Amor sin límites, de Melissa Marr. Es la segunda joya del volumen. La historia de Alana, una joven que caerá bajo el encantamiento de un selchie, un ser marino que deja su piel para convertirse en humano y vivir en tierra su historia de amor. Murrin la ha elegido, pero quiere luchar contra las tradiciones de su pueblo y darle a ella la oportunidad de elegir. Al final, bajo la dualidad del atractivo que en Alana causa el hechizo y el rechazo que el enfado le provoca por sentirse obligada a esa relación, el amor se irá filtrando, sin saber muy bien quién es finalmente la víctima del hechizo. Dentro del componente fantástico es esta una historia muy humana, que describe sentimientos fáciles de entender y aceptar, donde ambos protagonistas se verán atrapados en una red de engaños que amenazarán con acabar con cualquier posibilidad de felicidad. Muy intensa e interesante. Me parece que también voy a darles una oportunidad a los libros de la autora.
El amor, incluso con alguien que no es humano, es una fuerza poderosa, capaz de derribar todas las fronteras, salvo las que nos ponemos a nosotros mismos, y causa muchos sufrimientos, aunque es capaz de superar todo el dolor, el odio, la traición y trascender incluso a la muerte. La mayoría de estas historias son trágicas, la mayoría de ellas tratan del desarraigo, de personas que se sienten diferentes de su entorno, de jóvenes que no encuentran su sitio, rechazadas de alguna manera y que buscan en el amor una salida a su aislamiento. Pero el amor es un infierno, desde luego, y no siempre trae la felicidad, aunque cuando se consigue de verdad todo se da por bueno sabiendo que ha merecido la pena todas las penurias hasta llegar a él. Amor en el infierno se lee de forma agradable, ágil, sin muchas complicaciones, aunque con giros y sorpresas suficientes como para mantener al lector contento. Es, ya lo decía antes, como una degustación, un aperitivo para pasar a lecturas mayores de sus autoras. No es poco.
Muy buena reseña, completa y sin grandes spoilers ;)
ResponderEliminarDe momento no tengo pensado comprarlo, pero si cae en mis manos no le diré que no.
¡Saludos!
Precisamente estaba a medio escribir mi crítica de este libro. Coincido bastante contigo aunque yo ya había leído a Westerfeld en Traición y no me gustó. Este relato sin embargo me pareció perfecto, sin duda el mejor que he encontrado en las 3 antologías. A la zaga le va Melissa Marr a quien también había leído y cuyos crueles elfos ya me habían conquistado hace rato.
ResponderEliminar¿Este libro puede servir como regalo a una mujer que no le gusta la cf/fantasía pero sí la novela romántica? A modo de introducción.
ResponderEliminarAlwena: Sí, es lo que intentamos, no destripar demasiado las historias para no quitarles la gracia.
ResponderEliminarEn ocasiones es difícil, sobre todo en relatos más cortos como en esta ocasión. Gracias por el ánimo.
Elwen: Jo. Pues me quitas un poco las ganas de leer el libro de Westerfeld, y eso que es el relato que más me había gustado del volumen.
Probaré con Melissa Marr, a ver qué tal. Gracias
Francisco: Hay que tener en cuenta que el libro está dedicado a un público juvenil-adulto. Los protagonistas rondan todos los 17 años, con lo que hay que saber ponerse en su pellejo (no es lo mismo un amor adolescente que uno "adulto"). Pero podría ser una buena introducción dada la variedad temática y que los seres paranormales que aparecen son bastante "accesibles" (y que no hay vampiros ;-)
De todas maneras, si no le gusta la fantasía/cf, supongo que habría que pensárselo. No sé si te sirve de mucha ayuda, lo siento.
Pues gracias por el consejo. Creo que me voy a arriesgar, a ver si acierto y sirve como obra puente a otros libros de ambiente fantástico.
ResponderEliminar¡Que haya suerte! Ojalá le guste.
ResponderEliminarMuy buen libro, los 5 cuentos son bastante entretenidos, me ha gustado mucho...se los recomiendo igualmente. También recuerdo que leí vacaciones en el infierno y noches de baile en el infierno...son como una extraña saga.
ResponderEliminar