Penitencia.
J.E. Álamo.
Reseña
de: Alb Oliver.
Grupo
Ajec. Col. Albemuth # 34. Granada, 2010. 223 páginas.
Penitencia,
de J.E, Álamo, es una novela que he disfrutado leyendo. Su
argumento es algo que podríamos calificar de típico, asesino en
serie perseguido por las fuerzas del orden, pero incluye un punto
sobrenatural que le añade el toque curioso necesario para hacerla
interesante.
El
Segador, un asesino en serie con motivos religiosos, parece que
se ha asentado en una zona tras haber realizado asesinatos rituales
erráticos, lo que hace que la policía estreche el cerco sobre él.
Ahí aparece Aguirre, miembro de la misteriosa Agencia
debe pararlo a toda costa, y sin que las autoridades noten su
intervención.
A partir de
unos personajes muy bien construidos, se desarrolla una historia que
pese a ser la que mil veces hemos podido leer, atrae con su avance,
viendo las reacciones de los individuos ante lo que les rodea. El
personaje del Segador, del que se nos cuentan detalles de su infancia
en la que desarrolla tendencias psicópatas, afirma que “Él” es
quien le explica qué pasos llevar a cabo, como por ejemplo acoger a
Doña Prudencia “la Bruja” y a su hijo adoptivo (deforme,
repudiado en el orfanato, y con unas pequeñas tendencias caníbales)
como peones en un plan mayor, al servicio del señor de las
tinieblas.
Por el otro
lado tenemos a Javier Aguirre, hombre ya entrado en años, del que
sabemos que entró en la Agencia tras descubrir la infidelidad de su
mujer y enfrentarse a un proceso de separación. Siendo lo que se
considera un lobo solitario, (aparte de tener otros hábitos de
detective típico, como ser fumador, y frecuentador de bares) en esta
ocasión acepta a su nuevo compañero, el joven Quique Fernández,
que resulta el habitual contrapunto, joven, animado y pasional. Para
su sorpresa, Aguirre entabla vínculos con dos secundarios, Baldo, un
viejo residente en un asilo, testigo de uno de los crímenes y
Gloria, una de las cuidadoras con la que parece ser desarrolla una
relación algo paternal.
Los
personajes creados por J.E. Álamo, son dotados de una amplia
historia, poco a poco desvelada a lo largo del relato, mostrándonos
las circunstancias que los mezclan en la trama, con gran habilidad.
Lo que más destaco de ello es que en este libro son personajes que
realmente resultan humanos, tal como podría ser protagonista el
camarero del bar de la esquina de cualquier lector. Muchas de las
situaciones reflejadas son de una cotidianidad que en ocasiones
podría llegar a hacer pensar al lector que está leyendo hechos tal
cual ocurrieron (eliminando de esto el factor sobrenatural).
Por contra,
el Segador realiza rituales en sus asesinatos, hasta la fecha de
sacerdotes, llegando a bendecir altares de iglesias y escribir con la
sangre de sus víctimas un versículo del Apocalipsis.
El resto de víctimas que aparecen, sufren muertes en situaciones que
se podrían considerar gore, cuando para ejemplificar, algunas de
ellas solamente mueren para alimentar al hijo de Prudencia. J.E.
Álamo se recrea en crear pasados oscuros, dándoles la atmosfera de
poder decir, eso ha pasado antes en tal sitio de la geografía
española, o podría pasar.
Uno de los
aspectos de la trama que menos me ha gustado, es que antes de llegar
a la mitad del libro, ya se puede intuir lo que hay detrás del
secretismo de la Agencia, para poco más adelante poder afirmar la
hipótesis del lector. En cuanto al estilo, en ocasiones la misma
cosa se agradece y en otra la encuentras fuera de lugar. Se mezclan
continuos flashback los cuales veo bien cuando se meten en
descubrir aspectos del pasado, pero en otros simplemente provocan la
sensación de desorden en la lectura. En otras ocasiones nos
encontramos con dos personajes dialogando, para en el siguiente
párrafo encontrar a uno de ellos conversando con una tercera
persona, sin indicar ningún cambio de escenario o referencia
temporal, seguramente pretendiendo dar un tono cinematográfico al
relato.
Igualmente,
la historia viene dividida en capítulos marcados simplemente por el
nombre del personaje, algunos de ellos simplemente de un párrafo que
nos indican los pensamientos del individuo en cuestión.
¿Por qué
recomendar la obra? Respuesta simple, es un relato ligero, con una
dosis de intriga, situaciones exageradas tomadas con la naturalidad
que se daría en la vida real, y bastante interés en los
pensamientos que tomaría una persona cualquiera. Se hace muy amena
tiene toques para que quien la lea, no pierda interés por el relato.
A mí me pareció una novela estupenda, además de que Joe sabe crear personajes oscuros a partir de la cotidianidad.
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