Roberto Malo / Fco. Javier Mateos / David Guirao.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Ediciones Nalvay. Col. Infantil / juvenil Nalvay # 6. Huesca, 2012. 86 páginas.
Roberto Malo y Francisco Javier Mateos son el alma del grupo de animación socio-cultural Galeón,
para el que han creado multitud de atractivas obras teatrales, de guiñol o de
marionetas, entre ellas la que nos ocupa. Así, viniendo de las manos de tan
experimentados cuentacuentos,
se hace inevitable mientras se está leyendo este relato hacerlo como si
se estuviera asistiendo a una representación, escuchando las palabras
más que leyéndolas, haciendo mentalmente, o incluso en alto, las voces,
los tonos y las entonaciones, respetando las cadencias y disfrutando
como un niño con un cuento muy apropiado para mayores.
Además, el texto viene acompañado de las personales ilustraciones de David Guirao, integradas a la perfección dentro del relato, volviéndose una parte intrínseca del mismo para deleite de niños y adultos.
Además, el texto viene acompañado de las personales ilustraciones de David Guirao, integradas a la perfección dentro del relato, volviéndose una parte intrínseca del mismo para deleite de niños y adultos.
Malo, Mateos y Guirao |
Para
conseguir el objetivo de recuperar el alma de la princesa, los
aspirantes deberán pasar una serie de pruebas, en las que es fácil
fracasar. Pruebas que sacan lo peor y lo mejor de cada uno de los pretendiente: el
orgullo, la arrogancia, el engreimiento, la belicosidad, la falta de respeto... de los
primeros; y la ingenuidad juvenil, el valor bien templado, la entrega desinteresada, el afán de superación y
la amabilidad del tercer príncipe.
Los jóvenes lectores van a encontrar aquí un buen puñado de aventuras,
príncipes —por supuesto—, diosas, viajes que podrían considerarse
iniciáticos, travesías maritimas, feroces guerreros, monstruos sombríos,
magia, un poquito de romance, un toque de surrealismo... y mucho humor,
con abundantes guiños a los mayores que compartan la lectura con los
pequeños.
Y
es que si algo destaca en el texto es desde luego el humor. Un humor
directo pero a la vez sutil que convierte el libro, a pesar de los
toques dramáticos —enfrentamientos, accidentados periplos en barco,
bestias crueles...—, en una deliciosa comedia. Así, irónicamente, tras la arrogancia de los
príncipes primero y segundo, será un inexperto jovencito quien se
enfrente a todo lo que le pongan por delante para conseguir recuperar el
alma de la princesa —aunque su generosidad sea premiada en ciertos momentos decisivos con
algo de ayuda ajena—.
Si en principio pudiera temerse que con unos
mimbres tan clásicos los autores hubieran llevado el relato por caminos
tópicos, el temor pronto se muestra infundado, con una historia tan
sugerente como refrescante en su tratamiento, tirando de clichés tan
solo para subvertirlos y darles nuevas orientaciones.
Los
autores recurren, es cierto, como parte de la peculiar ambientación de
la historia, repetidamente, y de forma muy divertida, al deus ex machina del teatro clásico, ya sea en forma de La Colera de los Dioses destinada a sacar a ciertos personajes del relato o del Visionario
y su coro de seguidores quien aparece en los momentos justos para
ofrecer consejo y ayuda cuando la aventura amenaza con llegar a un punto
muerto. Pero lo hacen de una manera tan simpática y acertada que lo que
consiguen es hacer fluir la historia de forma armoniosa.
A su lado, David Guirao
se encarga de ilustrar, de forma espectacular y a todo color cada
página del libro; y aunque se toma algunas licencias en sus
ilustraciones, variando un tanto las descripciones incluidas en el texto —como las gafas del Visionario, los ropajes del Príncipe Maravilloso o el armamento del Príncipe guerrero—,
la verdad es que son todo un acierto y una delicia de contemplar. El
dibujo, siempre utilizando ese peculiar estilo de figuras alargadas y deformadas, muy agradable a la vista y nada grotesco característico de este
autor, va variando sutilmente mientras la historia avanza, mezclando
elementos que podrían considerarse greco-latinos, pasando por lo
medieval, lo épico y los toques orientales, hasta la representación
precolombina de lo que el príncipe va a encontrar allende los mares.
Es
una gozada visual que merece la pena contemplar con detalle, visto el
mimo que transmite cada página, convirtiendo en un guiño y un juego para
los "mayores" la búsqueda de todas las referencias artísticas
ocultas en sus dibujos —desde algunas figuras de la baraja española hasta los guerreros de
terracota de Xian—. Además, Guirao incluso se ha permitido incluir un cameo de Malo y Mateos dentro de la historia.
El príncipe que cruzó allende los mares
es, no hay que perderlo de vista, un cuento infantil tradicional, pero
con sabor a nuevo, tanto en los prosístico como en lo estético. Un
librito para leer y releer, sacándole todo el jugo a una historia con
mucha más profundidad de lo que pudiera parecer de buenas a primeras. Y
si se hace un voz alta, mejor que mejor.
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Reseña de otras obras de Roberto Malo:
Mil gracias, Santi. Gran reseña; un lujazo.
ResponderEliminarNah, ya sabes que no me prodigo demasiado en lecturas de libros infantiles, pero este me ha merecido mucho la pena.
ResponderEliminarSaludos
Hola! Soy Fco. Javier Mateos.
ResponderEliminar¡Me ha encantado la reseña!
¡Muy buenas!
ResponderEliminarUn gustazo que los autores se pasen por aquí. Me alegro de que os haya gustado la reseña; es lo que merecía el libro ;-)
Saludos
Hola soy el tercero en discordía, como los príncipes somos tres y me ha parecido una pasada tu reseña, madre mía que lujazo. ¡Muchisímas gracias, de verdad!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
David Guirao
Hola David.
ResponderEliminarsí, como los príncipes, los autores también sois tres, pero al contrario que aquellos, los tres buenos ;-)
Gracias por los comentarios. Espero poder seguir disfrutando de vuestras obras durante mucha tiempo.
Saludos