Jesús Cañadas.
Reseña de: Santiago
Gª Soláns.
Fantascy.
Barcelona, 2013. 575 páginas.
Ha querido la casualidad
de los hados editoriales que en un muy breve período de tiempo me
hayan coincidido las lecturas de la reedición de La sombra
fuera del tiempo, de H.P. Lovecraft ―reseñada en esta entrada anterior―, y esta novela que ahora nos ocupa,
protagonizada precisamente por el autor de Providence, lo que me ha permitido meterme de lleno en su ambiente. Al
estilo de otras obras donde un escritor pasa a ser personaje
principal de las aventuras narradas en el libro, Los nombres
muertos es un ejercicio de metaliteratura muy meditado y
medido, que juega a la ambivalencia y atrapa tanto por su intensa
trama como por las numerosas referencias a autores literarios,
artístas, políticos y personajes famosos como pululan por sus
páginas, convirtiendo en un auténtico juego el hacerse con todos
ellos. Devuelve el pulp, con un estilo renovado, al
siglo XXI a través de un auténtico homenaje tanto a un género como
a sus principales autores. Con un estilo y una prosa muy cuidados,
aunque con un pelín de barroquismo, una trama cargada de misterios,
unos diálogos francamente conseguidos, un viaje lleno de peligros y
una hábil fusión entre lo real y lo literario, lo histórico y lo
ficticio, el autor invita a su lectores a participar en una búsqueda
vertiginosa con muchas subidas y bajadas.
H.P. Lovecraft |
Cañadas les
embarca en una emocionante, y muy frenética por momentos, aventura
llena de peripecias y peligros, misterios e intrigas varias. Desde un
comienzo aparentemente tranquilo, aunque sin duda ominoso, la trama
se irá complicando con tiroteos, secuestros, torturas, persecuciones
de todo tipo, escapes imposibles, dobles agentes, sectas y sociedades
secretas, nazis, logias ocultistas y poderes políticos emergentes
entre todos los que buscan el poder que otorgaría el libro a su
poseedor. La intriga y el misterio es el eje sobre el que pivota la
trabajada trama, ofreciendo pistas a los «aventureros» para
mantenerlos siempre en movimiento tras un objeto que podría ser tan
sólo una quimera y que, sin embargo, parece encontrarse en el punto
de mira de muy diversas e inquietantes personas y organizaciones.
Pistas que les harán recorrer medio mundo, rastreando la existencia
del Necronomicón y reconstruyedo de alguna manera su historia
hasta el lugar de su supuesto origen, un Damasco demencial
donde todo, o nada, cobrará sentido.
Los escenarios, no podía
ser de otra manera, reflejan fielmente lo que se espera de un
homenaje a la literatura pulp y al maestro del horror cósmico
y sus seguidores literarios: bibliotecas, museos, caserones un tanto
decrépitos, pisos atestados de libros polvorientos, teatros vacíos
y ominosos, tétricos hospitales, criptas, parajes abandonados,
cavernas y acantilados sobre mares procelosos, tiendas polvorientas,
ciudades en cuarentena, excavaciones arqueológicas…
Sonia Green y Lovecraft |
En paralelo, Sonia
Greene es el contrapunto perfecto a su, todavía, marido. Firme,
decidida, valiente, dispuesta a no dejarse comer el terreno y a
ganarse independientemente su puesto en la sociedad que la rodea, es
uno de los grandes aciertos de la novela. No obstante, otros
«compañeros» como Robert E. Howard, en su papel de héroe
de acción y recurso humorístico que aligere la tensión acumulada
no están tan conseguidos. Codo a codo con el creador de Conan, Frank
Belknap Long cumple a la perfección con el agradecido papel de
compañero del «héroe», impidiendo en ocasiones alzar el vuelo a
las extrañas veleidades de su admirado «mentor»; asmático, poco
dado a la acción, pragmático y creyente en lo sobrenatural a un
tiempo, se hace querer con todas sus debilidades y su ansia de
superación, aunque hay un par de ocasiones en que no termina de
estar lo convincente que debiera.
Frank Belknap Long y Lovecraft |
Hay, eso sí, una muy
lograda reconstrucción de la época, con mucha documentación sobre
los lugares visitados, los personajes con los que van cruzándose y
ese periodo de entreguerras, con los negros nubarrones que se
empiezan a intuir en lontananza, pero que todavía no terminan de
mostrarse. Cañadas va dejando caer., además, un buen número
de guiños hacia los admiradores, y conocedores, del escritor de
Providence. Las referencias hacia detalles de sus obras y de su vida
―real― son continuos, dando cuenta del perfecto conocimiento por
parte del autor del material que se trae entre manos.
Robert E. Howard |
El autor juega a la
perfección, eso sí, con la atmósfera del relato, inquietante y
cautivadora, creando con apabullante efectividad la duda sobre la
implicación sobrenatural en todos los sucesos que van teniendo
lugar, sobre la identidad de los «poderes» que están manejando los
hilos, sobre esos misterios que pueden tener una explicación
racional de lo más mundana o ser fruto de la magia según la óptica
con la que se observe, y por encima de todo sobre la existencia real
o no del Necronomicón, navegando en todo momento entre el
escepticismo y la convicción de su presencia física en ciertos
lugares y en ciertas manos. La trama, en este sentido, resulta
también impredecible. Es difícil saber por dónde va a salir cada
nueva peripecia, con qué trampas se van a encontrar los
expedicionarios, en qué manos van a caer, qué aliados van a irse
encontrando, a qué peligrosos enemigos van a enfrentarse en cada
etapa, qué misterios deben resolver y qué pruebas y riesgos
afrontar… La emoción así está garantizada a cada paso.
Los nombres muertos
es, por tanto, un brillante homenaje a toda una generación de
escritores y a una forma de entender la literatura fantástica ―y
el horror sobre todo―. Ambiciosa en grado sumo, quizá
muestre ahí su único defecto al intentar incluir demasiados
elementos y demasiado giros. Aún así, se trata de una aventura
intrigante que se lee de forma rápida y entretenida. Divertida y
oscura por momentos, ágil y fluida, conjuga a la perfección lo real
con lo inventado. Una buena lectura, entretenida e, incluso,
didáctica, tanto para «iniciados» como para neófitos.
Lo tengo en mi lista de pendientes de lectura en cuanto lo vi en la tienda. Todos los comentarios que he leído son buenos, así que creo que me gustará.
ResponderEliminarGran reseña y gran libro.
ResponderEliminarComo bien dices, se trata de una novela realmente entretenida, que engancha, con buen ritmo y muy divertida para los fans de Lovecraft. Yo me lo pasé en grande.
Te dejo mi reseña: http://booksymusic.blogspot.com.es/2013/12/los-nombres-muertos-jesus-canadas.html
Saludos!
Lo cierto es que con muy pequeños "peros" parece que la novela está gustando mucho; por algo será ;-)
ResponderEliminarDimitri, gracias por tu reseña. Una más a la pila de "positivas" ;-D
Saludos