Caryanna Reuven.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Autoedición - NEUH. Digital (ePub). 2016. 63 páginas.
En la difícil elección que supone la «pesca» en un cada vez más poblado océano de obras digitales y autoeditadas hay muchas veces que el lector no tiene ni idea de lo que va a encontrarse, en cuanto a estilo o calidad, al empezar la lectura de su captura —es obvio que al menos de la temática o la sinopsis sí que se habrá informado y que por ellas se guía para dedicarle un tiempo que a nadie sobra—. Especialmente arriesgado es, como sucedía en mi caso con esta antología, si no se conocen obras previas de la autora en cuestión. Muchas veces dedicarle un tiempo siempre escaso a «descubrir» valores emergentes que no vienen avalados por un trabajo editorial que los sustente es una auténtica aventura de la que no se sabe si se saldrá airoso, pero que en este cada vez más frecuentado formato algunas veces depara muy placenteras maravillas. Y eso es lo que ha supuesto para mí la lectura, casi accidental, de este volumen. Volumen que recoge cuatro cuentos independientes, pero relacionados tangencialmente a través de la presencia en ellos de alguna referencia a una primera nave colonial que la humanidad ha enviado en busca de un nuevo hogar fuera del Sistema Solar, y, en segundo plano, de la posibilidad de la existencia de inteligencias no humanas en el universo. Muy bien escrito y con ideas interesantes, Reuven ofrece a través de sus relatos cuatro diferentes caminos que exploran las muchas potencialidades que depara todavía hoy el Space Opera más imaginativo.
Cuatro cuentos en apariencia independientes, con temáticas abiertamente diferentes, que, sin embargo, se matizan y complementan hasta llegar a un punto en que el todo es mucho más grande que las partes que lo componen, siendo quizá cuatro cápitulos de un mismo libro. Cuatro visiones diferentes: la de una científica, la de un colono, la de una IA y la un alienígena, que dan cuenta del buen hacer de la autora a la hora de sumergir al lector en los entresijos de muy diferentes sensibilidades y divergentes formas de aprehender el mundo.
Abre el volumen Encélado. Una misteriosa señal procedente del espacio profundo es recibida en una base situada en Encélado, uno de los satélites de Saturno. ¿Será una señal de la nave La Dama Estelar, que partió hace noventa años hacia la constelación Vela, hacia el planeta similar a la Tierra HD 85512 b que orbita la enana naranja Gliese 370, y de la que se esperan noticias sobre su llegada a destino? ¿O será algo totalmente distinto? Nadwah Ekwensi, la científica astróloga a cargo del turno de vigilancia del observatorio cuando se recibe un pico de neutrinos extraño se pone a trabajar para descubrir su origen: lecturas del infrarrojo, de astrometría y espectroscopía doppler, mediciones de tránsito, alteraciones de microlente gravitacional, emisión y absorción de haces de neutrinos, microondas, radio, rayos gamma, ultravioleta y decenas de lecturas más, incluido el corrimiento al rojo y al azul… Como historia para abrir boca hay un momento en que el relato se hace un tanto árido, reflejando de forma exhaustiva los análisis y comprobaciones a los que Nadwah somete a la señal para comprobar si se trata de algo artificial, establecer su validez e identificar su procedencia concreta. No obstante, la autora sale victoriosa y consigue no enfangar el relato con los datos técnicos que introduce en la trama. Es cierto que utiliza a discreción una terminología astrofísica o de física gravitacional que lo acercan más al hard que al propio space opera, pero que no ocultan la intensidad y emoción de lo narrado, con una historia que se va «complicando» conforme más se va sabiendo de la señal. La necesidad de un pequeño pulido y corrección de la prosa, algo que hubiera venido bien al texto y ha sido subsanado en los siguientes relatos, no resta un ápice al deseo de seguir leyendo, dada una propuesta muy imaginativa y subyugante.
Así, a continuación, El último viaje de La Dama enlaza hábilmente, sin tener mucho más que ver con la anterior, con el destino de la nave colonial que está por fin llegando al final planeado de su viaje, a unos treinta y seis años luz de distancia de la Tierra. ¿Qué encontrará allí su tripulación? Un miembro de lña misma, Alastar, mientras realiza sus rutinarias comprobaciones del buen funcionamiento de todos los sistemas, fantasea lleno de esperanza, pero también de realismo, en cómo será la colonia que pronto establecerán en su nuevo planeta, la primera fuera del Sistema Solar. Pero, de pronto, sus ilusiones van a chocar con la dura realidad. La autora crea una atmósfera que atrapa el sentimiento del lector, de la euforia a la angustia, de la ignorancia a la revelación. Es el más corto de los cuatro relatos, aunque cumple a la perfección la función de servir de puente de conexión entre todos los demás. Y es que, aunque quizá sea el que menor entidad propia posee, no quita para que refleje eventos imprescindibles para dar cohesión a todo el conjunto de una forma de lo más punzante y estremecedora.
En Humanidad Elin, una doctora experta en Inteligencia Artificial, ve como OSIRIS entra en un «bucle lógico». La longeva IA se ha obsesionado con el estudio de la mortalidad, dejando sin el servicio de su capacidad computacional a multitud de clientes, algo que puede causar pérdidas millonarias. Un equipo formado por los mejores investigadores e ingenieros intentarán buscar una solución para sacarla del bucle, para lo que le ofrecerán la posibilidad de experimentar algo que por su condición le estaba negado. Un relato conmovedor en que, utilizando las mejores herramientas de la buena ciencia ficción, el uso de la Inteligencia Artificial es una forma ideal para hablar de la naturaleza del propio ser humano y de la finitud como impulsor de la vida. ¿Y La Dama? Quién lo quiera saber deberá leer el relato.
En Humanidad Elin, una doctora experta en Inteligencia Artificial, ve como OSIRIS entra en un «bucle lógico». La longeva IA se ha obsesionado con el estudio de la mortalidad, dejando sin el servicio de su capacidad computacional a multitud de clientes, algo que puede causar pérdidas millonarias. Un equipo formado por los mejores investigadores e ingenieros intentarán buscar una solución para sacarla del bucle, para lo que le ofrecerán la posibilidad de experimentar algo que por su condición le estaba negado. Un relato conmovedor en que, utilizando las mejores herramientas de la buena ciencia ficción, el uso de la Inteligencia Artificial es una forma ideal para hablar de la naturaleza del propio ser humano y de la finitud como impulsor de la vida. ¿Y La Dama? Quién lo quiera saber deberá leer el relato.
Y el volumen se cierra con Otro horizonte donde una especie alienígena recorre el cosmos tratando de reparar un «error», una corrupción, que se extiende incontenible por las estrellas, desde un lejano pasado hasta un terrible presente. La Purga, el exterminio, se había implementado con éxito en ese sector de la galaxia y ha llegado el momento de seguir adelante, erradicando la contaminación allí donde surja. Es este un relato que, de alguna manera, recoge detalles de todo lo planteado en los tres precedentes y les otorga un corolario, en absoluto cerrado pero sí muy satisfactorio —narrativa y literariamente, porque la conclusión es demoledora—. Es interesante la elección de un punto de vista desde la perspectiva alienígena, desde la óptica del tripulante ∑'gn§, con sus dudas, su cansancio y su férrea determinación de cumplir la misión de su raza. Reuven hace una magnífica labor para reflejar la extrañeza de los alienígenas, de sus modos de sentir y de comunicarse, aunque, inevitablemente, también los dote de algunas reacciones de lo más humanas. Un relato estupendo que pone broche de oro a la lectura.
La autora hace gala de una prosa ágil y efectiva, muy adecuada a lo narrado, poco dada al embellecimiento o recarga excesiva, y que va ganando relato a relato, siendo los dos últimos realmente magníficos, sobre todo en el enfoque repleto de imaginación que esa mirada no humana, propia de una inteligencia artificial o alienígena, imprime en los hechos. La brevedad es lo único negativo que se puede achacar en algún momento a unos relatos, sobre todo los dos primeros, que podrían haber sido incluso más redondos con un poquito menos de indefinición descriptiva y algo más de desarrollo tanto de escenario como de personajes. También es verdad que se produce cierto componente críptico que potencia el misterio y que aún así el mensaje llega de forma clara y concisa, espectacular. En todo caso Horizonte 6 se revela como una muy placentera y positiva sorpresa, y Cayanna Reuven como una autora a quien seguir la pista con atención de ahora en adelante.
Muy interesante esta reseña. La verdad, como comentas, es que la autoedición abre un universo paralelo a la realidad literaria, cosa que es de agradecer. Como siempre, una apertura de tal magnitud deja entrar prácticamente a todo el que se plante ante la puerta, por lo que es difícil, como bien dices, "pescar". Parece que has tenido una buena captura.
ResponderEliminarSaludos
Rul T.
La verdad es que la autoedición cada vez está ofreciendo obras más interesantes, pero también gran cantidad de "ruido". Como lector hay que tener suerte y aprender a separar el grano de la paja. Un producto atractivo, con una cuidada presentación, una portada en condiciones y la facilidad de acceso hacen mucho por una novela o antología presentado fuera de los cauces editoriales habituales. Lo cierto es que, aún así, los tropiezos están a la orden del día y he leído algunas cosas que...
ResponderEliminarY sí, con "Horizonte 6" tuve suerte y me encontré con una lectura muy consistente (la valoración positiva de otros lectores de cuyo criterio me fío también ayudó a mi decisión de leerla ;-) )
Saludos