La enseña del Elefante y el Guacamayo 2.
Christopher Kastensmidt.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Sportula. Gijón., 2017. Edición digital (ePub). Título original: A Parlous Battle. Traducción: Rodolfo Martínez. 44 páginas.
La primera entrega de La enseña del Elefante y el Guacamayo, Encuentro fortuito, sirvió para presentar la reunión de los dos personajes protagonistas de la serie, Gerard van Oost y Oludara, al tiempo que marcaba la línea en que habrían de desenvolverse sus aventuras en un Brasil colonial del siglo XVI con alguna divergencia con el nuestro, lleno de colorido, fascinación y oportunidades para los intrépidos, aunque también de miseria, esclavitud, criaturas terroríficas y, sobre todo, retos sobrenaturales de lo más peligroso. Es esta una serie que todavía se encuentra en expansión y a la que en este mismo 2017 se han sumado dos nuevas historias alcanzando así ya nueve entregas. Confrontación peligrosa, la segunda de ellas, es una breve —se antoja demasiado breve, pues se lee en realidad en un suspiro— incursión en el interior de la región amazónica donde los protagonistas enfrentarán una nueva misión, a una nueva criatura sobrenatural, para poder seguir avanzando en su empeño de explorar nuevas y desconocidas tierras. Ironía, acción, valor, mucho ingenio, algo de suerte y gran predisposición a superar las adversidades hacen de la lectura una pequeña delicia.
Conseguido por parte del gobernador de la ciudad de Salvador el permiso para convertirse en Compañía de exploradores, Gerard y Oludara, enfrentados a los peligros de la espesura de la selva, donde no conocen las amenazas que pueden salir a su paso o distinguirlas de aquellas situaciones que en realidad resultan inofensivas, pronto comprenden que lo mejor para seguir avanzando sería hacer un alto, establecer contacto con una tribu nativa, los Tupinamba, y aprender de ellos todo lo posible sobre la selva amazónica, sus habitantes y su flora y fauna. Pero, por supuesto, la cosa no será tan sencilla como podría pensarse, dado que para obtener su ayuda deberán vencer primero la reticencia de los miembros destacados del poblado y luego a una criatura invulnerable que siembra el terror en la región, el Capelobo, si no desean convertirse en la próxima comida de los miembros de la tribu.
Dado que los personajes ya son conocidos para el lector, Kastensmidt se lanza con fruición directo al meollo, a la aventura, sin dejar tiempos muertos, salvo para presentar un nuevo personaje que puede dar mucho juego en el futuro y plantear el reto al que habrán de enfrentarse. La nueva trama resulta un tanto sencilla —o al menos más sencilla y con algo menos de frescura que la anterior—, mostrando la manera en que se establece el contacto, se presenta la misión y se buscan las debilidades de la aparentemente invencible bestia para poder salir, a pesar de todo, victoriosos de la confrontación. La historia, como la previa, hace gala de un buen uso del humor, de un ritmo muy rápido y de unos diálogos divertidos, punzantes y acertados, obteniendo la gratificación del lector. Resalta una vez más la química que se establece entre los dos protagonistas, la forma en que sus distintas personalidades se completan a la perfección, aportando cada uno una parte importante al conjunto, al tiempo que se potencian sus diferencias culturales y de costumbres, sus muy diferentes tipos de educación que motivan muy diferentes modos de reaccionar ante una misma situación.
Kastensmidt prosigue con la construcción de su mundo, de ese Brasil ligeramente alternativo, entre lo histórico, lo folclórico y lo mitológico, en que se desenvuelven los aventureros. A pesar de la brevedad el autor introduce en la trama un buen número de detalles que van configurando el escenario de manera vívida, al tiempo que desarrolla la relación y caracteres de los dos protagonistas. Vuelve a hacer acto de presencia el voluble y pícaro «espíritu» Saci-Pererê, con su ayuda no siempre deseable, y se presentan algunos personajes, como la indígena Arany, de gran personalidad y atractivo, que bien podrían formar parte de futuras entregas. La acción sigue poniendo como telón de fondo los problemas coloniales, la explotación de los pueblos indígenas, la penuria y enfermedades a las que ciertas prácticas de los europeos los abocaron, el recelo ante los esclavistas, el choque de culturas, los intentos evangelizadores bienintencionados pero a veces con resultados poco esperanzadores…, como bien se puede observar todo ello a través algunas de las respuestas y acciones de los Tupinamba.
Dada la naturaleza episódica de la serie, casi como una novela por entregas, el relato deja de alguna manera un tanto insatisfecho, con la miel en los labios y a la espera de una mayor continuidad en siguientes entregas. Deja con ganas de más, y ese es un claro indicativo de que la lectura ha sido satisfactoria y ha merecido la pena. Es pronto para decir por dónde habrán de discurrir los futuros caminos y aventuras de la Compañía que se adentra en la selva bajo la enseña del Elefante y el Guacamayo, pero esperemos que no se demore demasiado la siguiente entrega, que ya se están acumulando. Acción, aventura y diversión; resulta quizá menos impactante que la anterior, pero sigue mereciendo la pena como parte de un todo que se antoja puede llegar a deparar grandes sorpresas y maravillas.
No conocía el autor. Hay que reconocer que tiene su atractivo por la temática. Su brevedad la hace muy apetecible, aunque buscaré la primera entrega.
ResponderEliminarSaludos!
A mí las dos entregas publicadas en español hasta el momento me han conquistado de verdad (más la primera que esta segunda, aunque también tiene su encanto). Hay que advertir que son más relatos que novelas cortas con lo que su lectura se hace muy breve y de3jan con ganas de que Sportula publique cuanto antes las siguientes ;-)
ResponderEliminarSaludos