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miércoles, 12 de junio de 2019

Reseña: La Enseña del Elefante y el Guacamayo 1. Belleza, misterio y magia.

La Enseña del Elefante y el Guacamayo 1.
Belleza, misterio y magia.

Christopher Kastensmidt.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Sportula. Gijón., 2019. Edición digital (ePub). Traducción: Rodolfo Martínez. 260 páginas.

Publicadas originalmente como relatos largos o novelas cortas, independientes pero secuenciales, de los cuales Sportula había publicado hasta el momento las dos primeras, este volumen recoge esas dos y cuatro inéditas, en una suerte de fix-up de historias encadenadas, que tendrá su continuación en una segunda entrega que recogerá el resto de entregas disponibles hasta la fecha. Al introducirse en estas aventuras resulta de alguna manera inevitable que vengan a la memoria las peripecias de la pareja formada por Fafhrd y el Ratonero Gris, del escritor Fritz Leiber, aunque una vez leídas se aprecia que el tono y ambientación son decididamente distintos. Aventureras ambas, donde una es Espada y Brujería, la que nos ocupa es una Fantasía histórica con amplio contenido de mitos, leyendas y bestiario fantástico africanos y, sobre todo, sudamericanos. Donde una presenta un mundo subcreado, la que nos ocupa se sitúa en un Brasil lleno de colorido, fascinación y retos peligrosos, aunque también de miseria y esclavitud, y donde los desafíos más inesperados acechan no sólo en lo más profundo de la selva, sino también en los poblados indígenas y en las incipientes ciudades coloniales.

En un siglo XVI que poco se diferencia del nuestro en cuanto a la situación geo-socio-política del mundo, Gerard van Oost es una aventurero de los Países Bajos que arriba a la ciudad de Salvador, en Brasil, en busca de unos horizontes menos anquilosados que los europeos. Sin embargo, sus anhelos de formar parte de alguna de las expediciones que se adentran en el todavía poco explorado continente van a chocar con la animadversión del capitán Antonio Dias Caldas, uno de los hombres más destacados del lugar gracias a su fama, y la de su compañía, de cazador de monstruos implacable. Consciente del rechazo Gerard decide plantearse crear su propio estandarte, pero en realidad su destino parece abocado a ser expulsado de la ciudad y del país acusado de vagancia, la fortuna da un giro en forma de inesperado encuentro con el esclavo Oludara, de mente despierta e ingenio afilado. Ahora sólo falta que un bromista sobrenatural, el voluble y pícaro «espíritu» Saci-Pererê, uno de los señores de la selva junto a su primo Curupira, les eche una mano para lograr sus objetivos.

Las aventuras bajo la Enseña del Elefante y el Guacamayo están servidas.

Kastensmidt, mediante una mezcla explosiva entre mitologías, diálogos certeros, algo de acción y misterio, humor, tensión y peligro, ofrece unas aventuras de corte clásico que llaman la atención por el poco explotado exotismo de folclore, cuentos populares y bestiarios «fantásticos» africanos y brasileños. Cabe destacar que el ingenio y la inteligencia, más que la fuerza pura y dura, cobran especial importancia en la resolución de los entuertos en que se van a ver envueltos los personajes. En este Brasil colonial, lleno de colorido, fascinación y oportunidades para los intrépidos, aunque también de miseria, esclavitud, criaturas terroríficas y, sobre todo, retos sobrenaturales de lo más peligroso, los dos protagonistas tendrán que lidiar con situaciones al límite en las que, irónicamente, la violencia no siempre, más bien casi nunca, va a ser la solución correcta.

Tras haber conseguido el permiso para convertirse en Compañía de exploradores, Gerard y Oludara, enfrentados a los peligros de la espesura de la selva, donde no conocen las amenazas que pueden salir a su paso o distinguirlas de aquellas situaciones que en realidad resultan inofensivas, pronto comprenden que lo mejor para seguir avanzando es hacer un alto, establecer contacto con una tribu nativa, los Tupinamba, y aprender de ellos todo lo posible sobre la selva amazónica, sus habitantes y su flora y fauna. Pero, por supuesto, la cosa no resulta tan sencilla como podría pensarse, dado que para obtener su ayuda deberán vencer primero la reticencia de los miembros destacados del poblado y luego a una criatura invulnerable que siembra el terror en la región, el Capelobo, si no desean convertirse en la próxima comida de los miembros de la tribu. Y ese sólo será el principio de su camino. Tras sus aventuras iniciales, muchas serán las peripecias y los seres a los que deberán enfrentarse. Y las criaturas míticas no van a ser precisamente las más monstruosas, teniendo que lidiar con algunos humanos de lo más deleznable, ambicioso y, sí, inhumano.

Con un tono desenfadado, un ritmo muy rápido y de unos diálogos divertidos, punzantes y acertados, el autor no rehuye las reflexiones sobre el colonialismo, la esclavitud, el racismo, la explotación de los pueblos indígenas, el folclore, el desarraigo, la ambición desmedida, los prejuicios religiosos o los intentos evangelizadores bienintencionados pero a veces con resultados poco moralizantes o éticos. Los personajes se encuentran bien trabajados, creciendo de relato en relato, mostrando las necesarias diferencias y complementariedad, aunque también es cierto que Oludara se lleva la mejor parte, inteligente, honorable y consciente —y orgulloso— de su origen africano, de sus mitos y leyendas, destaca por encima del prototipo de aventurero europeo deseoso de labrarse fama y fortuna que representa el un tanto pomposo Gerard, quien irá adquiriendo mayor profundidad conforme avancen las historias, aunque sólo sea por el desarrollo de su enfrentamiento con su particular némesis, Dias Caldas. Resalta la agradable química que se establece entre ambos, la forma en que sus distintas personalidades se completan a la perfección, aportando cada uno una parte importante al conjunto, al tiempo que se potencian sus diferencias culturales y de costumbres, sus muy diferentes tipos de educación que motivan muy diferentes modos de reaccionar ante una misma situación.
Aunque cada capítulo o relato se muestra autoconclusivo, con la presentación y resolución de un nuevo reto en cada uno de ellos, el conjunto adquiere solidez en la suma de sus partes. Quizá no haya un gran crecimiento de una trama general, pero cada aventura en la que los dos protagonistas se embarcan va dejando un poso en ellos. Va sumando... Como también suma a la experiencia lectora el que cada capítulo venga acompañado de una serie de preciosas ilustraciones —algunas de las cuales acompañan esta reseña— que ponen en imágenes a alguno de los protagonistas, principales y secundarios, o, sobre todo, de las criaturas a las que tienen que hacer frente, consiguiendo así una edición de lo más agradable y placentera, con una traducción a la altura. Aventuras desenfadadas, con un escenario poco habitual en este tipo de propuestas, y dos protagonistas muy diferentes entre sí, pero que se terminan complementando a la perfección a pesar de esas diferencias e incomprensiones mutuas. Deja con ganas del segundo volumen.

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