Mike Carey / Elena Casagrande.
Reseña de: FJ Arcos Serrano.
Aleta Ediciones. Valencia, 2021. Título original: Suicide risk. Estuche que contiene los seis tomos de la serie. 696 páginas, color, rústica.
Cuando solo hay supervillanos, ser un héroe se convierte en un RIESGO SUICIDA.
La gente con superpoderes está surgiendo inexplicablemente por doquier y hay un gran problema: demasiados supervillanos. No hay suficientes superhéroes. La gente está muriendo y los polis se mueren el doble. La humanidad se ve superada y las buenas personas sufren innumerables tragedias al intentar ponerle freno.
Riesgo Suicida es una serie de 25 números publicada entre los años 2013 y 2015 editada en España en 6 tomos por parte de la actualmente renacida Aleta. Creo que pasó bastante desapercibida por nuestro país y es una pena que entre tantas novedades mensuales mucha gente no la leyera.
El guión de Mike Carey nos muestra un futuro en el que parece haber cambiado algo en la misma evolución humana, donde cada vez hay más personas que nacen con superpoderes; el problema es que esas nuevas habilidades únicamente consiguen sacar lo peor de ellas y las convierte en villanos cuyo ADN es hacer el mal y destruirlo todo a su alrededor, creando así un estado de emergencia…y aquí es cuando entra en escena nuestro protagonista, Leo Winters, que intenta encontrar la mejor forma de poder enfrentarse a estos villanos que sólo dejan a sus espaldas actos de pura violencia y depravación.
Carey ofrece con un excelente ritmo un buen puñado de ideas que van abriendo muchos caminos para el devenir de la serie, y que no deja de sorprender al lector gracias a inesperados giros argumentales que redefinen el planteamiento de la serie en muy poco tiempo. Avanza la trama al mismo tiempo que avanza la investigación del protagonista y va incorporando nuevos personajes que añaden matices al mundo donde se desarrolla la historia.
La serie va in crescendo número a número y es a partir del cuarto tomo cuando coge una velocidad de auténtico crucero, desembocando todo en un explosivo final que harás las delicias de cualquier aficionado a este género.
El dibujo de Elena Casagrande es bueno, funcional y cumplidor, de línea precisa y limpia, y que no desentona en ningún momento. La artista italiana demuestra su capacidad tomo tras tomo para complementarse de manera perfecta a la historia, mostrando por el camino una gran expresividad y sensaciones de sus personajes.
Me ha gustado mucho también la forma que tiene esta dibujante de reflejar los rincones más oscuros de la ciudad, los callejones más apartados y sucios; Lo mismo decir del colorista, Andrew Elde, que ofrece un trabajo que encaja perfectamente con las tintas de la dibujante.
El cierre de Riesgo suicida nos da una buena historia de fantasía, ciencia ficción, realidades paralelas, superhéroes y familia con la suficiente espectacularidad para convencer, y que supo detenerse en el momento justo sin necesidad de alargar más la serie más de lo necesario.
La edición de Aleta ofrece al final de cada tomo todas las portadas variantes y extras como los diseños de personajes y los métodos de trabajo de Casagrande. En resumen: algo siempre de agradecer en cualquier cómic y que resulta un valor añadido.
Estamos pues ante una serie muy entretenida, un auténtico blockbuster palomitero muy bien construido y que deja con muy buen sabor de boca. Creo que son motivos suficientes para que le deis una oportunidad a todos aquellos que aún no la hayáis catado, ya que no se le puede pedir más a un producto de estas características.
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