Kendare Blake.
Reseña de: Jamie M.
Alfaguara. Madrid, 2012. Título original: Anna Dressed in Blood. Traducción: Montserrat Nieto. 333 páginas.
Es esta una novela de terror
destinada, en principio, a un público juvenil, de esos lectores
pertenecientes a ese cajón de sastre al que se ha dado en colocar la
etiqueta de adultos-jóvenes,
aunque lo cierto es que puede ser disfrutada plenamente por cualquier tipo
de lector al que le atraiga el género de fantasmas y casas encantadas.
Pudiendo colgarle de cierta manera la denominación de romántica
paranormal (más paranormal que romántica, también hay que decirlo), de
hecho, se narran a lo largo del relato una buena cantidad de situaciones violentas e impactantes, que no suelen ser lo habitual en
aquel tipo de propuestas y que marcan distancias con otras obras que
podrían considerarse más "light". A un mismo tiempo, la autora incluye
en su prosa junto a sangrientas descripciones ciertos pasajes que se
cubren de un bello lirismo muy de agradecer. Anna vestida de sangre
es una trágica historia de fantasmas, llena de tensión y de muerte que,
sin embargo, habla del amor a la vida. Una historia cargada de acción y
de misterio, con muertes brutales y duras revelaciones.
El joven Teseo Casio Lowood, quien prefiere el nombre de “Cas”
a secas, "heredó" con tan solo 10 años una peculiar ocupación de su
difunto padre (asesinado en el cumplimiento de su "deber"): se dedica a
matar fantasmas o a hacer que los muertos permanezcan muertos. Ahora,
siete años después, armado con su áthame,
un muy especial cuchillo cargado de energía sobrenatural, recorre el
país en compañía de su madre, una bruja blanca, en pos de las leyendas
urbanas o los rumores de apariciones maliciosas para erradicarlas de la
existencia. Tras su último trabajo, ambos se dirigen a Thunder Bay, Ontario, siguiendo la pista de un espectro al que los lugareños llaman "Anna vestida de sangre". Brutalmente asesinada en 1958
cuando acudía al baile del instituto, el espíritu de la joven permanece
"encantando" la que fuera su casa, llevando todavía el mismo vestido
blanco, chorreante de sangre ahora, que vestía entonces y asesinando a
todo aquel que traspase su puerta. Sin embargo, inexplicablemente,
cuando Cas
se vea "obligado" a entrar en sus dominios, ella le perdona la vida. A
partir de ese momento, el joven deberá enfrentarse a algo que nunca
habría imaginado a pesar de toda su experiencia previa, debiendo
investigar las circunstancias del antiguo crimen y aceptando, por
primera vez en su solitaria carrera, ayuda externa para poder poner fin
al problema.
Antes
de profundizar en más temas, cabe decir que, aunque los fantasmas
presentados en muchas ocasiones sean bastante "corpóreos" y pueden
interactuar con los vivos, o con algunos de los vivos, lo cierto es que
no dejan de ser espíritus o poltergeist, y no hay cuerpos resucitados ni
zombies en la novela.
El
elenco de personajes, no demasiado extenso, está muy bien trabajado;
recayendo el protagonismo principal, como no podría ser de otra forma,
en los jóvenes, tanto en Cas como sus nuevos "amigos" Carmel y Thomas,
pero añadiendo también a unos adultos de respaldo que traspasan el
habitual papel de meras comparsas para tener una participación activa e
inteligente. Cierto es que no dejan de ser realmente peculiares: la
madre de Cas es una bruja que a pesar de haber perdido a su marido a
manos de un espíritu sigue apoyando a su hijo en la misma carrera,
aunque nunca en busca de venganza o provecho propio; y el abuelo de
Thomas, Morfran, es un vejete resabiado que practica el vudú y sabe muchas más cosas de las que parece dispuesto a reconocer.
Cas,
narrador de la historia en primera persona, con lo que el lector va a
saber en todo momento lo que está pensando, sufriendo y sintiendo, se
muestra como un joven atormentado. Curado de espanto por todo lo que ha
tenido que ver en el desarrollo de su labor, vive por un lado con el
temor a la criatura que asesinó a su padre al tiempo que busca la forma
de enfrentarse a ella en busca de justa retribución. Es una especie de
"cazafantasmas", aunque no es un calificativo que le agrade y reniegue
de las películas de Ghostbusters (y es que su tarea va más en la línea de los Winchester de Sobrenatural).
El protagonista va a tener que lidiar, además, con ciertos problemas
planteados por alguno de sus compañeros de instituto, mientras busca la
mejor manera de erradicar a la fantasma.
Anna
va a romper todos sus esquemas, todas las ideas preconcebidas, todo lo
que la experiencia acumulada le había ido transmitiendo sobre el mundo
de los espíritus y sus actuaciones. Va a tener que "cambiar" el chip e
improvisar sobre la marcha. Es un tipo de fantasma que no había
encontrado nunca. Enormemente poderosa, violenta y furiosa, con
imparables deseos de venganza sobre cualquier mortal que ose adentrarse
en sus dominios. con una especie de compleja doble personalidad que se
muestra en las diferentes apariciones con su figura de antes y después de su
asesinato. Víctima y verdugo a un tiempo. Inquietante como poco.
De los compañeros más cercanos, Carmel
consigue trascender su inicial papel de típica "animadora", la chica
guapa y popular del instituto, para revelarse como una joven con
personalidad propia, que toma sus decisiones y se atiene a las
consecuencias. El solitario, y un tanto disfuncional, Thomas,
dotado de ciertos dones sobrenaturales que le hacen muy especial, es
sin embargo un joven que se encuentra un tanto perdido, aislado y en
busca de apoyo, y que a lo largo de la aventura se va a convertir en
imprescindible por méritos propios.
La
autora, con una prosa de características muy visuales, mezcla de forma hábil con la
abundante acción ciertas pinceladas de humor negro, sangriento gore
y tenso romance, manifestando los sentimientos a flor de piel. Conforme
más investigue y más datos vaya descubriendo sobre el trágico destino
de la joven, más fascinación va ir sintiendo Cas por el brutal espectro
en que ha llegado a convertirse la antaño inocente muchacha. Hay
momentos de tensión palpable, sobre todo cada vez que alguien del grupo
entre en la casa y se encuentre no solo con Anna, sino con otra serie
de sorpresas que sus muros ocultan.
Con un final totalmente cerrado que, no obstante, deja abierto un pequeño resquicio en la puerta, Blake, en efecto, se encuentra trabajando en la secuela, Girl of Nightmares,
anunciada para el segundo semestre de este mismo 2012. No sé si
realmente sería necesaria, ya que la resolución, trágica, es perfecta
tal cual, pero sin duda no me importará leerla. Tensión e intriga, más
que terror puro, a través de una trama que, aún a pesar de estar
supuestamente destinada a un público joven, la autora no se ha encargado
de dulcificar en absoluto.
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