Cassandra Palmer 4.
Karen Chance.
Reseña de: Jamie M.
Pandora (La Factoría de Ideas). Madrid, 2010. Título original: Curse the Dawn. Traducción: Nuria Hernández Buendía.350 páginas.
Ser la Pitia, en el caso de Cassandra Palmer,
no es ni sencillo ni agradable. Aquellos que debieran apoyarla la
persiguen para eliminarla y poner en su lugar una vidente más
manipulable. Ella no lo va a permitir, por supuesto, así que la lucha
está asegurada. Sobre todo porque Apolo,
de quien deriva el poder de la Pitia tampoco está muy dispuesto a que
el mismo recaiga en Cassie, sino en alguien más controlable y
predecible, menos independiente, que obedezca sus órdenes en vez de
“hacer la guerra” por su cuenta. Y mientras tanto el Senado Vampírico
parece apoyarla, pero al precio de aliarse con Mircea, cuya ayuda, y
“atenciones” va a tener que aceptar si desea sobrevivir a todo lo que se
le viene encima, al tiempo que establece una tensa relación con el mago
Pritkin.
Además, todavía no domina en absoluto sus nuevos poderes, ya que la
anterior pitia falleció antes de poder enseñarle nada, y estos parecen
funcionar de manera aleatoria cuando menos se lo espera, sin poder
fiarse de ellos, pero sin que haya tampoco nadie a su alrededor que
pueda explicarle cómo manejarlos, así que tendrá que buscarse una
maestra un tanto peculiar para que lo haga.
Así,
la novela empieza con un accidentado viaje al pasado que termina en medio
de explosiones y humo de la pólvora, y ya no va a haber descanso. De
vuelta al presente, mientras Cassie busca forjar ciertas alianzas
mientras otros se oponen ferventemente, se va a producir un desastre de
proporciones colosales dentro del mundo mágico que amenaza con dejar
cualquier otra consideración absolutamente obsoleta. Parece que las
negociaciones no son el fuerte de la protagonista.
La maldición del alba es, casi, una continuación directa de la anterior, Envuelta en la noche,
y, por tanto, es muy recomendable habérsela leído antes de hacer lo
propio con este. No es, en absoluto, una lectura independiente, sino que
da muchas cosas por sabidas (como debe ser, por otra parte). El mundo y
los personajes están ya establecidos, con sus personalidades, objetivos
y rarezas, y la autora no va a abundar demasiado en el tema salvo
cuando alguno de ellos se sale del camino marcado para sorpresa de
todos. Se van a producir nuevas revelaciones, cierto, pero siempre en
base a lo que los lectores ya daban por conocido.
Pritkin, en busca de una particular venganza, adquiere cada vez más protagonismo al tiempo que Mircea se retira algo de la escena, motivado seguramente por su participación en la serie paralela de Dorina Basarab.
El tenso triángulo romántico, sin embargo, se mantiene incólume, aunque
quizá algo apartado del primer plano, propiciando algunos momentos
realmente memorables y llenando la mente de Cassie de más preocupaciones
si cabe. Y no es que tenga pocas, precisamente.
La
autora saca buen partido de la capacidad de la protagonista de viajar
en el tiempo de forma algo accidentada, sirviéndose del mismo en esta
ocasión para buscar ayuda en el pasado en su intento completar su
aprendizaje como pitia
ya que nadie en su presente parece capaz de enseñarle a dominar sus
poderes. Y por si el viaje en el tiempo no deparase suficientes
problemas, Cassie se va a hacer con cierto objeto mágico que concede de
manera algo liberal los deseos del poseedor, pudiendo deparar ciertas
sorpresas no demasiado agradables al mismo, sobre todo cuando la mente
de uno termina en un cuerpo que no es exactamente del que ha salido y la
protagonista experimenta de primera mano aquello que diferencia
realmente a los hombres de las mujeres.
La
novela avanza en todo momento a golpe de acción. Se suceden sin tregua
alguna los enfrentamientos, los tiroteos, las luchas encarnizadas, las
explosiones mágicas (o simplemente mundanas), las emboscadas y los
rescates desesperados, los escarceos amorosos, las puñaladas, las
carreras arriba y abajo, las fugas precipitadas... O una mezcla a la
vez de todo ello, como cierto combate apocalíptico dentro de una línea Ley con resultados desastrosos. Tanta
acción en realidad que a veces puede incluso resultar algo abrumadora.
Toda la novela parece una sucesión de escenas de lucha con Cassie
intentando sobrevivir a todo lo que le echen sin terminar de conseguir
ninguno de sus objetivos. Desde luego, el libro está dotado de un ritmo
endiablado, pero a veces se agradecería que la trama se tomara un
respiro. Sobre todo cuando muchas de las situaciones planteadas se
antoja que podrían haberse resuelto con un poco de diálogo civilizado,
con un detenerse a pensar las cosas antes de actuar, aunque tal vez
entonces algunos malentendidos no hubieran sido tan divertidos ni
entretenidos.
Y es que aquí Cassie
resulta un tanto especialmente irreflexiva, tomando unas cuantas
decisiones que no pueden calificarse de otra manera que de directamente
estúpidas. Cierto que la premura con que se mueve todo el relato no le
da demasiado tiempo para pensar, pero es que hay actuaciones que ni con
esa excusa se pueden justificar. Su autosuficiencia y valentía
fácilmente podrían confundirse en ocasiones con una inmadurez que
contrasta con lo que la autora nos está describiendo de ella, tan
independiente y activa, y necesitando sin embargo apoyarse continuamente
en otros para que le saquen las castañas del fuego a la que ella las ha
lanzado.
Menos
mal que los continuos golpes de humor contribuyen a relajar bastante el
ambiente. En el nuevo elenco de personajes resalta el tono de comedia
con la adición de Des Fasada, una drag queen,
parte del espectáculo de las tres “Des” (Des Fasada, Des Cocada y Des Pechada), que sin caer en el absurdo
tomará parte activa en un divertido correcalles en forma de huida
desesperada de Cassie en un casino de las Vegas donde cierto vampiro
se empeña en mantenerla recluida, y los intentos de sus sicarios son
dignos de una carcajada, y donde sus enemigos no dudarán en ir a
buscarla para acabar con ella.
La maldición del alba
pone punto final a un par de líneas argumentales que se venían
arrastrando de anteriores entregas, al tiempo que plantea una serie de
temas que dejan interesantes caminos que explorar en el futuro de la
serie. De ritmo rápido, frenético, con abundantes toques de humor que se
agradecen entre tanta lucha y enfrentamientos, la novela no da tiempo
para pensar, ni a la protagonista ni a los lectores, mientras los
acontecimientos se suceden a velocidad vertiginosa (que al tiempo que es
una virtud también termina convirtiéndose a veces en defecto) y Cassie a
duras penas se mantiene un paso por delante de aquellos que quieren
verla muerta. Aunque levanta el nivel sobre la anterior, sobre todo
porque a pesar de tanto movimiento es más fácil de seguir lo que está
sucediendo, con una trama mucho menos caótica, sigue siendo una novela
para incondicionales. Hay que reconocerle que, si le pillas el punto, es
super entretenida. Y aún queda, por lo menos, un quinto título: Hunt the Moon.
==
Reseña de otras obras de la autora:
El aliento
de las tinieblas. Cassandra Palmer 1.
hola! =)
ResponderEliminarEsta genial la reseña.
Muchas gracias
¿para cuando es la quinta parte?
¿hay fecha?
Un saludo!
Hola.
ResponderEliminarGracias a ti por la alabanza.
Por el momento no hay fecha definitiva (por lo que nosotros sabemos) para el quinto en España; pero teniendo que su publicación en inglés es de este mismo año, y al ritmo de La Factoría, no creo que tarden demasiado en publicarlo, pero algo de tiempo habrá que darles aunque solo sea para traducirlo y eso ;-)