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sábado, 28 de julio de 2007

Reseña: Aire

Aire.

Geoff Ryman.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

La Factoría de Ideas. Col. Solaris ficción # 90. Madrid, 2007. Título original: Air. Traducción: María Ángeles Tobalina. 348 páginas.

Lo nuevo contra lo antiguo. Actualizarse o quedarse atrás. Adaptarse o morir. A eso tendrá que enfrentarse Mae, adalid de la moda, abanderada de cierto tipo de “modernidad” y, sin embargo, analfabeta, cuando comprenda que la vida en su aldea, la ultima en conectarse a la red, va a cambiar radicalmente cuando Aire se haga realidad. Pronto descubrirá que todo lo que ha hecho en su vida no le sirve de nada cuando tiene que enfrentarse a la implantación de lo más moderno en tecnología: Aire; un avance que pondrá Internet al alcance de todo el mundo al llevarlo directamente a las mentes de cada uno. El problema es que no es algo voluntario, que no puedes apuntarte o negarte a recibirlo, sino que todos recibirán en su cerebro la nueva red y muchos no estarán preparados en absoluto para ello.

Aire es un libro que invita a la reflexión, que aboga por los que se quedan atrás. Es una lucha entre lo nuevo y unificador, y lo antiguo y tradicional, entre mantener la identidad propia o sumergirse en la corriente igualitaria y globalizadora (qué poco me gusta la palabreja) de las nuevas tecnologías. El problema es que en este caso no dan a la gente la oportunidad de elegir, de quedarse al margen, sino que se va a producir una implantación a nivel mundial, y el que no consiga adaptarse, tras ver como cambia todo su mundo, muy probablemente no sobreviva a la experiencia. Es irónica constatar, sin embargo, que será esa misma tecnología la que, en alguna manera, salve las tradiciones de los oprimidos al darlas a conocer al resto del mundo.

Reflexiona también sobre la deshumanización que implica que en busca de un supuesto “bien” para la mayoría no se tenga en cuenta los trastornos que se hacen recaer sobre los atrasados, sobre los que no han sido tan afortunados como para poder acceder desde su infancia (o ya puestos, durante su madurez) a los adelantos tecnológicos (y por lo tanto sociales) de los que disfruta el común de la humanidad. En una carrera por aplicar cuanto antes todos los adelantos que se van descubriendo, no se piensa en los que van quedando atrás, en los desfavorecidos, en los que por culpa del difícil acceso a sus pueblos o aldeas o simplemente porque así lo han elegido no están tan adelantados como para que recibir la nueva implantación les resulte algo beneficioso sino un gran desastre añadido sus duras vidas.

Se produce así también un enfrentamiento entre lo público y lo privado, entre las organizaciones que buscan de forma más o menos desinteresada el bien de las personas, y las empresas que tan sólo buscan el beneficio propio, el engordar sus cuentas sin mirar quien cae por el camino. Irónica, sin duda, la elección del nombre del sistema operativo que trata de implantar la iniciativa privada en contraposición al elegido por las Naciones Unidas.

Aire es, en este sentido, en lo sociológico, una novela profundamente humana, casi empática con los desfavorecidos, con los parias tecnológicos que deben luchar duramente todos los días para ponerse a la altura de un mundo que les supera y que, ciertamente, les mira con algo de desdén por encima de su hombro acomodado y desarrollado. Es así en lo sociológico donde el libro de Ryman tiene sus mejores virtudes, en las relaciones de los personajes, en sus miedos, en sus tragedias muchas veces pequeñitas, pero enormes para ellos mismos, en sus enfrentamientos tan ruines, en sus envidias, en sus amistades y amores. Ryman desnuda el alma humana y lo hace con tanto cariño que no podemos sino sentirnos muchas veces identificados aunque las personas que se nos están mostrando sean tan diferentes de nosotros que difícilmente podríamos ponernos en su lugar; Ryman consigue que lo hagamos.

Lástima que en lo fisiológico Ryman no haya estado tan acertado y meta la pata hasta el fondo en el detalle del embarazo. No quiero entrar demasiado en detalles por no destripar la trama, pero hay que tener un profundo desconocimiento de la fisiología de la reproducción y del propio cuerpo humano para haber podido imaginar que algo como el embarazo estomacal que se nos describe fuese posible en la forma en que se produce. No lo es, ni por la forma de transmisión de los espermatozoides al óvulo (que ya de primeras sería inviable) ni por su colocación en el estómago cuyos ácidos impedirían que se produjese cualquier unión y desarrollo en absoluto. Es un detalle, menor quizá, importante para la trama y que a algunos les ha “sacado” de la lectura. Si, como dice en su biografía al final del libro, Ryman “promueve la escritura de una ciencia ficción realista y rigurosa a la hora de extrapolar los detalles del mundo real” quizá debería cuidar algo más estos detalles.

No obstante todo lo dicho anteriormente, tampoco convendría sacar una opinión equivocada. Aire es un libro que me ha gustado mucho (me parece que sacamos más punta y fallos a aquello que nos gusta que a lo que no). Después de leída esta crítica alguien se podría llevar la idea errónea de que tanta reflexión podría convertir la narración en algo pesado. Nada más lejos de la realidad, el libro está bien escrito y es muy entretenido y agradable de leer, no exento de buenas dosis de acción, de problemas, de enfrentamientos… y la susodicha reflexión se encuentra perfectamente integrada en la intensa narración del devenir de una aldea de montaña y la amenaza del cambio que supone la implantación de Aire.

Una vez más la ciencia ficción sirve como espejo en el que ver reflejada nuestra actual existencia y hacernos preguntas sobre la misma. ¿Es bueno la aplicación y comercialización de cualquier nuevo descubrimiento tecnológico? ¿Es realmente “necesario”? ¿Y dónde quedan todos aquellos que por diversos motivos no tienen forma de acceder a todos esos adelantos? ¿Estamos creando nuevas “castas”? ¿La tecnología nos libera o nos esclaviza?… Ryman quizá no tenga en Aire las respuestas, pero a veces lo importante es tan sólo plantearlas.

martes, 24 de julio de 2007

Reseña: Una princesa de Roumania.

Una princesa de Roumania.

Paul Park.

Reseña de: Santiago Gª Soláns

Libros del Atril. Col. Omicrón. Barcelona, 2007. Título original: A Princess of Roumania. Traducción: Adela Torres Calatayud. 395 páginas.

Antes de empezar con la crítica propiamente dicha, permitidme un desahogo (o una pataleta) que además sirve de advertencia para los despistados como yo. Mientras avanzaba hacia el final de Una princesa de Roumania me estaba dando la impresión de que dicho final del libro no iba a ser abrupto, sino que se encontraba abocado a despeñarse por un abismo. Conforme me embarcaba en la lectura del último capítulo ya estaba viendo que aquello no había manera de que terminara de forma digna (ni de ninguna otra, las líneas abiertas no había forma de cerrarlas en las pocas páginas que me quedaban por leer), así que vistas mis sospechas me releí la contraportada y las solapas, busqué en la portada o en los créditos, pero nada, ninguna indicación sobre que lo que tenía entre manos no fuese una “novela” independiente. Y en efecto, el libro directamente no termina, pero eso sí, por fin, en la página 395, después del “fin”, se tiene la deferencia de indicar al lector que Una princesa de Roumania es parte de una serie con dos entregas más. Y vale, ya sé que soy muy pejiguero, que es una tontería, pero me siento de alguna forma estafado. Quien me conoce sabe que prefiero (salvo muy específicas excepciones tipo Canción de Hielo y Fuego) leerme las trilogías (entendiendo “trilogía” en la acepción que se le da ahora: un libraco dividido en tres tomos; y no tres libros diferentes que comparten una unidad temática o de personajes) de una sola “sentada”; y aquí no sólo se me ha hurtado la posibilidad de hacerlo, sino que, seguramente, de haberlo sabido de antemano no me habría comprado (todavía) este libro dando preferencia a otro de los muchos que tengo en lista de espera.

Sí, ya lo sé, como he dicho más arriba, parece una tontería y casi seguro que lo es, pero me sabe muy mal quedarme colgado durante el tiempo que tarde la editorial en sacar los demás tomos o, tal y como está el estado del mundo de la edición en nuestro país, definitivamente si la editorial decide no seguir adelante con su publicación (casos los hay a patadas y supongo que todos podrán traer a su mente alguno de ellos). Me fastidia, y mucho, la falta de seriedad y el poco respeto que se demuestra hacia el lector al indicar que la novela es parte de una trilogía sólo después de que la misma ha terminado, y no en la portada, contraportada o solapas. En fin, cosas mías.

Sobre la novela en sí, Una princesa de Roumania es un cuento de hadas moderno. Miranda Popescu es una joven adoptada que sueña, literalmente, con un pasado en el que fue una princesa. El problema es que en esos sueños-recuerdos no tienen una concordancia temporal con su realidad. Si fue adoptada de muy pequeñita cómo es que tiene recuerdos de hechos en que aparentemente era unos años mayor. Por supuesto, Miranda no tiene respuesta para ello, pero pronto ella y dos de sus amigos van a verse inmersos en una peligrosa aventura convirtiéndose en el centro de una oscura trama de complots y enfrentamientos políticos que podrían desembocar en una guerra abierta en ese mundo paralelo del que procede y donde Roumania es una gran potencia europea, aunque ahora en decadencia.

Así pues, cual cuento de hadas, Miranda es, en efecto, una princesa, pero de un país situado en una realidad diferente. El problema es que en los cuentos de hadas actuales la princesa no “vivió feliz para siempre”, sino que se ve zarandeada por los acontecimientos pasándolo realmente mal en un camino hacia ni siquiera ella misma tiene demasiado claro dónde. Es cierto que el lector no puede saber si habrá un final feliz, ya que el mismo se encuentra dos libros en el futuro, pero desde luego en este primero no hay demasiado lugar para las risas.

Se puede decir que nos encontramos ante una ucronía un tanto diferente a lo habitual. Miranda y sus compañeros viajan de forma mágica de nuestro mundo (un mundo que se revela falso) a la auténtica realidad de una Europa alterada y geo-políticamente muy distinta de la que conocemos. Además el uso generalizado de la magia marca una separación definitiva. Y es allí donde Miranda, acompañada por sus transformados amigos, deberá empezar un viaje iniciático en toda regla, partiendo de un inhóspito y poco colonizado Massachusetts, donde han ido a parar, y dirigiéndose al encuentro de los instigadores de su situación y que manejan los hilos de complejos complots por el poder desde su Roumania natal, enfrentándose en los diversos planos, físicos y mágicos, que ese mundo les ofrece.

Así Miranda irá descubriendo al mismo tiempo que el lector las diferencias que separan a ambos mundos e irá aceptando poco a poco el destino que parece aguardarla.

Una princesa de Roumania es una novela agradable, que se lee sin esfuerzo, aunque la traducción peque de ser algo (bastante) “plana”, quitando quizá más de la prosa del autor de lo que “aporta”, incluso produciendo confusión en algún momento puntual (ojo, que también podría ser culpa del autor, pero es que hay algunas construcciones sintácticas que no sé si existirán realmente en el castellano). El planteamiento es, dentro de lo que cabe, original, y el mundo que se va abriendo a los ojos del lector está bien construido, estructurado y desarrollado dentro de la coherencia interna del propio libro. Asistimos a un mundo con un pasado, y donde las acciones de antaño tienen repercusión en este momento, produciendo venganzas, odios y muertes ocultas en las ambiciones declaradas de los antagonistas que juegan por hacerse con Miranda y su herencia. Es curioso asistir a esa América casi despoblada, con pocos asentamientos importantes, como al principio de la colonización, en contraposición a los muy poblados Estados Unidos donde ha crecido Miranda. O a esa Europa convulsa, que en muchos aspectos recuerda a nuestra propia historia y en otros difiere de tal manera que se nos antoja irreconocible.

En cuanto a los personajes, creo que están mejor construidos los secundarios que los propios protagonistas, que a veces actúan de una forma un tanto “incoherente” con lo que se nos ha descrito de ellos. De todas maneras, en ningún momento llegan a “chirriar” excesivamente. Y, como ya digo, el libro se lee con agrado. Habrá que esperar la publicación de los dos restantes para ver cómo se desarrolla la historia y si de verdad se necesitaban tres libros para contarnos lo que se nos está contando; sinceramente, me temo que no, pero tiempo al tiempo, ojala me equivoque.

jueves, 19 de julio de 2007

Reseñas: La brisa del Egeo

La brisa del Egeo.

Ana Muncharaz Rossi.

Reseña de: Jamie M.

Hegemón Ediciones. Zaragoza, 2007. 192 páginas.

La brisa del Egeo se abre con una introducción en la que el lector asiste, el día de la fiesta de las Panateneas y desde los ojos del magistrado Alceo, al momento inmediatamente posterior al asesinato del tirano de Atenas, Hiparco, y al de uno de sus propios asesinos, Harmodio, a manos de la guardia del primero. Los cuerpos de ambos permanecen tendidos en el suelo, e Hipias, el hermano de Hiparco, también tirano de Atenas, clama a los dioses.

A partir de ese momento el libro se divide en dos partes bien diferenciadas. En la primera de ellas se relata la infancia y juventud de Alceo, un joven de familia noble, destinado a convertirse en parte de la clase gobernante de Atenas, y de su educación junto a la figura histórica del sabio Solón, quien fuera arconte de Atenas, pero que en el momento de la narración vive retirado de la vida política de la ciudad. Alceo, taciturno por naturaleza, irá abriendo sus ojos a las cosas que le rodean, llenando de filosofía su vida y cambiando de alguna manera el destino para el que había nacido, convirtiéndose en su lugar en magistrado de Atenas.

En la segunda parte, a mi gusto mucho más interesante que la primera, se asiste a la investigación del asesinato en sí, a la búsqueda de las causas y motivos que llevaron a dos hombres aparentemente poco “heroicos” a atentar contra la vida de los tiranos de Atenas, provocando con ello un movimiento que hará temblar los cimientos de la propia ciudad. Alceo pronto descubrirá que nada es tan claro como podría parecer en un principio, que las motivaciones de los asesinos no eran tan altruistas como a él le gustaría creer y que el tirano superviviente, Hipias, sabe mucho más de lo que dice y que busca el fracaso de Alceo motivado por un odio que ambos comparten.

Nos encontramos así con un enfrentamiento no tanto físico sino de voluntades, donde uno tratará de descubrir la verdad pese a que ésta pueda defraudarlo y el otro tratará de entorpecer su tarea en el convencimiento de que aunque triunfe en ella los resultados tampoco habrás de satisfacerle. La brisa del Egeo no es tanto literatura histórica, aunque se sitúe en la Grecia Clásica, sino una novela de intriga, donde lo importante no es tanto el trasfondo, los edificios, los usos y costumbres, el decorado en definitiva (aunque también haya algo de ello), sino más bien el desvelar las razones que llevaron a Aristogitón, un afamado luchador, y a Harmodio, un joven y acomodado noble, a perpetrar el tiranicidio. Son muchas las preguntas a las que Alceo tendrá que ir dando respuesta, abriéndose paso entre las contradictorias pistas de las que dispone y enfrentándose en todo momento a los impedimentos que Hipias pone en su camino. ¿Actuaban los dos asesinos en solitario? ¿Existía en realidad una conspiración para derrocar a los tiranos? ¿Es más poderosa la palabra que la espada? ¿Es el amor la auténtica fuerza que mueve el mundo?

Alceo se irá implicando más y más en el caso, tanto por el odio que le inspira el tirano superviviente, al que desearía ver derrocado y lejos de Atenas, como por la fascinación que le produce la historia de Aristogitón y Harmodio que va surgiendo ante su muchas veces sorprendida mirada. Y dicha implicación le arrastrará mucho más allá de lo que en un principio tenía planeado o podía siquiera sospechar, hasta el punto de que muy posiblemente el destino de la propia ciudad de Atenas penda de su mano.

El libro trata, en verdad, sobre la voluntad de los hombres en el uso del poder, de su manipulación, de su abuso, de su perversión; y sobre las pasiones desatadas tanto por el amor como por el propio poder. Y habla, casi con algo de filosofía, sobre la diferencia entre la realidad de los hechos y la visión que sobre ellos quieren tener en verdad las gentes. Y es que, a pesar del dictamen de Alceo, el pueblo es quien saca sus propias conclusiones y da y quita razones.

La prosa de Munchazaz es concisa, concreta, de frases cortas, sin excesivos artificios ni descripciones innecesarias, consiguiendo aún así algunos momentos extrañamente evocadores. Hay que poner un poco de atención para no perderse entre la extrañeza que nos producen los nombres griegos, ya que alguno de ellos no son precisamente fáciles de retener (sin embargo son los que eran, la autora no se toma licencias en ese asunto), pero lo cierto es que el libro se lee en un suspiro.

Eventos: fotos de la presentación de La brisa del Egeo

El acto comenzó con Unai Herrán, miembro de Hegemón Ediciones, haciendo una pequeña bienvenida e introduciendo a Santiago Gª Soláns para que hablase un tanto de la génesis del proyecto. Después, él mismo esbozó las líneas editoriales en las que va a trabajar la editorial; para a continuación dar la palabra a la autora, Ana Muncharaz, ya que al fin y al cabo se trataba de la presentación de su libro.

Unai Herrán, iniciando la presentación.

Ana Muncharaz y Santiago Gª Soláns, escuchándole atentamente.

Una parte del público, atentos a sus palabras.

Santiago, hablando de la génesis de la editorial.

Unai, atento a las explicaciones.

Otro momento de la intervención de Santiago.

Ana Muncharaz habla sobre su libro.

Otro instante de la intervención de Ana.

David Daza, autor de la ilustración de portada, que ante los elogiosos comentarios recibidos sobre la misma fue hábilmente liado por Santiago para decir unas palabras sobre su trabajo.

El público participó al final de la presentación con alguna pregunta, y el acto terminó con la autora firmando ejemplares de su libro.

El balance final fue muy positivo, tanto por los comentarios y satisfacción de los asistentes, como por el hecho de que se agotasen todos los ejemplares de La brisa del Egeo que había disponibles en la Fnac.

[Después unos cuantos "elegidos" nos fuimos de tertulia y cena de tapeo por El Tubo zaragozano; pero eso queda ya para el secreto del sumario].

miércoles, 18 de julio de 2007

Reseña: Elantris

Elantris

Brandon Sanderson

Reseña de: Amandil

Ediciones B - Círculo de Lectores Barcelona. 2006. Título original: Elantris. Traducción: Rafael Marín Trechera. 616 páginas.


Elantris es el nombre de una ciudad maravillosa habitada por criaturas que en el pasado fueron hombres pero a los que un día alcanzó una especial bendición que les convirtió en semidioses. El color de su piel era plateado, su pelo de un blanco níveo y sus vidas auténticas emulaciones de la inmortalidad. Pero de ellos lo que más impresionaba era el poder de su magia y su paternal benevolencia. Ayudaban a todos aquellos que acudían a verles y se encargaban de que en las tierras vecinas, conocidas como Arelon, la población "humana" no sufriese ningún mal más allá de su propia e inevitable mortalidad. La Shaod podía alcanzar a cualquiera y alzarle por encima de su mortalidad hasta el grado de semidiós.

Pero todo eso terminó diez años atrás. "Algo" sucedió y Elantris sucumbió por completo. Su magia se esfumó, sus habitantes se convirtieron en seres horripilantes y la antigua Shaod pasó a ser una maldición que, por las noches, podía convertir a cualquier habitante de Arelon en un monstruo. La ciudad de los dioses pasó a ser una cárcel donde los "humanos" desterraban para siempre a los nuevos elantrinos.

Y el final de Elantris supuso el inicio de una nueva era y el surgir de una terrible amenaza. Desde el este una antigua y poderosa religión reclamaba las tierras de Arelon ahora que sus dioses se habían esfumado . El reino se tambalea y sólo podrá salvarlo su recién firmada alianza con Teod...

En este contexto tan sugerente, Brandon Sanderson sitúa la acción de la novela. Por medio de tres lineas argumentales paralelas, y en ocasiones convergentes, el autor nos va desvelando los misterios de la ciudad de Elantris al tiempo que suceden a su alrededor luchas de poder en torno al trono de Arelon. El medio usado son tres personajes que persiguen fines distintos pero están abocados a enfrentarse o colaborar.

Por un lado la joven princesa Sarene, recién llegada desde el reino de Teod para casarse con el príncipe Raoden descubre que su prometido ha muerto pero ella, a causa del contrato matrimonial, debe permaneces en Arelon si quiere que las clausulas de alianza militar entre los dos países perduren. Ella sospecha algo y con la ayuda de su "seon" (una especie de duende volador) comienza a investigar los misterios que rodean la muerte de su prometido.

Por otra parte llega a Arelon un clérigo derethi de nombre Hrathen con la sagrada misión de convertir el reino a su religión en un plazo de noventa días para evitar que los ejércitos del Wyrn (el sumo sacerdote de su dios) arrasen el país por hereje e infiel.

En último lugar está el propio príncipe Raoden, un joven listo, bondadoso, justo y amado por su pueblo, al que una mañana el destino le deparó la maldición de haber sido alcanzado por la Seod convirtiéndose en un elantrino al que desterraron a las ruinas de la antigua ciudad.

El motor de la historia, más allá de los enfrentamientos políticos entre el clérigo y la princesa, es el misterio que envuelve a la ciudad de Elantris y que Raoden intenta descifrar mientras, al mismo tiempo, pretende conseguir que los malditos salgan de la miseria en la que han de vivir como auténticos condenados que son. La ciudad y las descripciones de su pasado son lo más evocador del libro y lo que consigue mantener en vilo al mayor parte del tiempo al lector.

Por lo demás la historia es relativamente novedosa aunque en determinados momentos da la sensación de sacarse demasiados ases de la manga según los va necesitando. También le resta atractivo el uso de un determinado vocabulario que desentona con un ambiente pretendidamente medieval y algunas situaciones y descripciones que parecen consecuencia de la americanización del medievo que padecen muchos autores de EE.UU. Aunque uno se queda con la duda de si en el original pasa lo mismo o es un efecto producido por la traducción al español (cosa que dudo ya que Rafael Marín es uno de los mejores traductores que hay en el ámbito de la literatura fantástica).

Por todo ello Elantris se puede definir como entretenida, a ratos evocadora y sencilla de leer, lo resuelve todo en el último capítulo y deja abiertas las puertas a una serie de continuaciones de manera muy descarada.

Es interesante.

martes, 17 de julio de 2007

Reseña: Harry Potter y el cáliz de fuego

Harry Potter y el cáliz de fuego.

J.K. Rowling.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Salamandra. 2005 (19ª edición). Título original: Harry Potter and the Goblet of Fire. Traducción: Adolfo Muñoz García y Nieves Martín Azofra. 635 páginas.

Ya desde el primer capítulo, como si Rowling quisiera avisar al lector de un cambio en el tono de la serie, en vez de asistir a la habitual descripción del sufrimiento veraniego de Harry en casa de los Dursley la novela se abre con una escena dedicada a Lord Voldemort dando muestras de su vena cruel y sádica. Y en los siguientes capítulos, continuando la tendencia abierta en el libro anterior, la autora se dedica a seguir ampliando el mundo mágico, con Harry y compañía viajando a los Mundiales de Quidditch, donde se mezclarán con multitud de magos y brujas procedentes de todos los puntos cardinales e irán conociendo, al mismo tiempo que el lector, toda una serie de detalles sobre la sociedad oculta que les rodea y sobre los modos y usos de la comunidad mágica con relación al mundo de los muggles; y donde, además, se podrá comprobar que la amenaza del Señor Tenebroso y sus seguidores, los temibles mortífagos, permanece muy presente y en absoluto puede ser dejada de lado.

Ya en Hogwarts, con sus catorce años, Harry tendrá que enfrentarse a las asignaturas de cuarto con una gran sorpresa: compartirán el curso con alumnos de otros dos colegios de magia, y un elegido de cada uno de los tres colegios competirá en el Torneo de los Tres Magos, en el que deberán pasar diversas pruebas superando obstáculos casi infranqueables. ¿Será Harry uno de los elegidos? Mejor que lo lea cada uno.

El mundo de Harry Potter ha alcanzado ya en este El cáliz de fuego una complejidad ciertamente sorprendente, y todo lo que ha perdido en frescura (que no ha sido poco) lo ha ganado en consistencia y cercanía. Son muchas páginas ya y las personalidades de protagonistas y secundarios están ya demasiado definidas como para permitirse excesivas sorpresas. Es, sin duda, en los nuevos personajes (o en los secundarios que han aparecido poco), donde más juego y libertad puede tomarse la autora.

Harry ha crecido, y por el camino ha perdido casi toda su ingenuidad, aunque no su timidez innata, y empieza a descubrir nuevos horizontes acordes con su edad, como las primeras y turbadoras atracciones hacia el sexo opuesto más allá de la simple amistad. No es que haya ningún escarceo amoroso en el libro, sino que Harry parece darse cuenta por primera vez de que las chicas son algo más que molestas compañeras de estudios y lo pasará realmente mal para decidirse a pedir a una que vaya con él al baile de Navidad.

Los personajes nuevos, tanto los profesores (impactante el nuevo ocupante de la vacante de las enseñanzas de defensa contra las Artes Oscuras) como los alumnos de los otros dos colegios dan una nueva visión, mucho más amplia, del hasta el momento bastante Hogwarts-centrista mundo de Harry. Y los secundarios que van apareciendo aportan un importante granito de arena para dar variedad al reparto, como cierta periodista un tanto pagada de si misma que llegará a convertirse en un verdadero incordio, haciéndose odiosa ante los ojos del lector, pero deparando algunas de las mejores páginas del libro.

Harry sigue creciendo, junto con sus lectores, pero no deja de ser un joven que todavía se indigna al descubrir que la vida no es justa, que la verdad no siempre triunfa y que los libelos (incluso aunque al principio sean bienintencionados) sobre las personas pueden hacer mucho daño. Está descubriendo, por las malas, que la vida, y los adultos, tiene muchas caras y que no siempre es la más bonita la que te va a mostrar. Hay, pues, además del entretenimeinto, ciertas dosis de reflexión, que nunca vienen mal en el público hacia el que está dirigido el libro.

En El cáliz de fuego, Harry deberá enfrentarse de cerca a un enemigo con el que ya se había encontrado anteriormente, pero que quizá nunca antes le había rozado tan de cerca: la Muerte. Y es que, aunque ya antes esta le había rondado con insistencia, quizá nunca había sido tan consciente de su propia fragilidad y de la de los que lo rodean. Como decía, el tono de la serie se va haciendo paulatinamente un poco más oscuro, más tenebroso, conforme la mano de Lord Voldemort se va haciendo cada vez más visible en los actos que conforman la vida de Harry. Es como una sombra siniestra de la que no puede despegarse, y eso bastaría para amargar la vida de cualquiera. Es por tanto un libro menos “alegre” que los anteriores, más serio tal vez por los temas que toca o por el enfoque que Rowling ha decidido darles.

La autora tiene el acierto, además, de limitar los partidos de qidditch a los de los Mundiales, evitando el escollo de hacerse repetitiva y de añadir páginas innecesarias a un libro ya de por sí largo.

Es a su vez el libro de la serie que termina con un final más abierto. Si en los tres anteriores había una conclusión clara y un cierre de todas las tramas, a pesar de que la figura de su archi enemigo siguiese gravitando sobre su persona, no sucede lo mismo en esta entrega. En efecto, toda la línea del Torneo de los Tres Magos (y por tanto de El cáliz de fuego) queda perfectamente cerrada, pero sus consecuencias quedan amenazadoramente en el aire, dejando un montón de cabos a continuar en el próximo volumen; algo que no es malo per se, pero que deja con una enorme sensación de desasosiego y curiosidad en le lector. La amenaza es mayor que nunca y queda pendiente de resolución para más adelante, lo que a más de uno hará ir corriendo a por Harry Potter y la Orden del Fénix, quinta entrega de la saga y donde esperemos se desvelen unos cuantos misterios que se han quedado en el tintero.

Harry Potter y el cáliz de fuego deja buen sabor de boca y con ganas de más, a mí por lo menos.

Reseñas del resto de la serie:

Harry Potter y la piedra filosofal.

Harry Potter y la cámara secreta.

Harry Potter y el prisionero de Azkaban.

Harry Potter y la Orden del Fénix.

Harry Potter y el misterio del príncipe.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.

jueves, 12 de julio de 2007

Reseña: Ms. Marvel 1. Lo mejor de lo mejor

Ms. Marvel: Lo mejor de lo mejor

Brian Reed, Roberto de la Torre y Jimmy Palmiotti

Panini comics. 120 páginas. Rústica.

Reseña de: Matt Davies

Panini editó hace un par de meses el primer tomo de la nueva serie regular de Ms. Marvel, guionizado por Brian Reed -según Marvel, digno discípulo de Brian Michael Bendis- y dibujado por el compatriota Roberto de la Torre. La premisa no era mala: una nueva colección con una heroína que lleva dando tumbos por el universo Marvel los últimos treinta años pero que nunca ha sido demasiado popular ascendiendo a primera categoría, mostrando sus intentos por conjugar una vida personal de superestrella mediática y su carrera superheroica. Sin embargo, Brian Reed abusa de tópicos y de situaciones comunes y olvida hacer de Carol Danvers un personaje atractivo. Porque, en un universo en el que hay féminas tan notables-y con colecciones tan bien escritas- como Hulka o Jessica Jones, Carol/Ms. Marvel, o cualquier otro héroe con pijama que se limite a liarse a guantazos con alienígenas, resulta aburrido.

Es cierto, eso sí, que Reed da algunas pinceladas de humor de vez en cuando (donde más se nota la influencia Bendis), y también es loable el que se esfuerce por mantener la continuidad de la historia y de los personajes, trayendo villanos del pasado y utilizando sucesos como el crossover Dinastia de M para enriquecer la historia. Pero el resultado final, sin ser completamente negativo, no aporta absolutamente nada al cómic de superhéroes, y se lee con una permanente sensación de déjà vu. Es probable que si Reed hubiera optado por hacer más hincapie en la dualidad estrella de la tele/heroína de la protagonista la obra hubiese ganado en interés y evitado situaciones previsibles.

El dibujo de Roberto de la Torre es similar al guión de Reed: no es malo- de hecho, en algunas páginas es bastante espectacular, recordando a Alan Davis, y en general resulta agradable- pero le falta definición a la hora de dibujar rostros y escenas de acción. A pesar de esto último, parece apuntar maneras y resulta lo suficientemente prometedor para prestar atención a sus futuros trabajos.

Dos últimos detalles: la molesta sensación de que falta una de las páginas finales (o es eso, o no hay pelea final contra el maloso) y las maravillosas portadas de Frank Cho (sí, yo soy uno de esos inocentes que ven una portada espectacular y piensan "Eh, si la portada es bonita el interior no puede ser malo" Luego pasa lo que pasa...)

En resumen, un cómic flojo que solo entretendrá al lector menos exigente.

sábado, 7 de julio de 2007

Reseña: La fuga de Colditz

Fuga de Colditz

Brian Degas y P.R. Reid

Reseña de: Amandil

Games & Co. / Devir Iberia 1972/2006. De 2 a 6 jugadores. Duración media de una partida: pactado por los jugadores al inicio de cada partida.

Este juego es una puesta al día del que fuera uno de los grandes clásicos de NAC en los años ochenta. La presentación que nos ofrece Devir es estupenda (en su linea) y pretende volver al espíritu del juego original modificando levemente algunos de los diseños del mismo (se han suprimido las esvásticas, por ejemplo).

Fuga de Colditz simula el intento de escapatoria de un grupo de oficiales aliados presos en el castillo alemán de Colditz durante la Segunda Guerra Mundial. Para ello deberán conseguir una serie de materiales y equipos (cuerdas, pases, disfraces, comida, brújula, etc.) mientras sus captores intentan evitarlo por todos los medios.

El juego enfrenta a un jugador (el alemán) contra el resto (los prisioneros) venciendo el primero si, al concluir la duración de la partida no se han escapado un número determinado de prisioneros. Los jugadores "aliados" vencen si logran sacar de la prisión a ese número determinado de prisioneros y entre los diversos jugadores aliados, vence el que haya sacado más. Tanto la duración de la partida como el número de prófugos necesarios para ganar se negocia antes de comenzar la sesión y de sortear los bandos.

El sistema de juego es muy versátil y sencillo. Garantiza, además, que no haya dos partidas exactamente iguales y el éxito de cada bando depende tanto de una buena planificación (ya sea situando a los guardias o a los prisioneros) como del éxito en la cooperación entre los aliados (quienes, en más de una ocasión, deberán optar entre sus planes particulares o los del grupo). El factor suerte está sujeto a los dados, ya que estos marcan cuantas casillas podrán moverse los prisioneros y los guardias, pero la existencia de una serie de cartas de evento facilitan que se pueda alterar un mal resultado en un momento crítico de la partida.

Por último la estrategia a adoptar en cada bando, además de depender e la experiencia de cada jugador, dependerá del número de prisioneros que queden "libres", ya que es muy común que varios de ellos terminen en los calabozos y por tanto temporalmente bloqueados. Aunque un jugador habilidoso puede hacer de esta situación una gran ventaja para lograr una huida aún más fácil, si cabe.

Fuga de Colditz promete diversión y entretenimiento desde la primera partida. Es un juego que tiene que estar en cualquier ludoteca.

domingo, 1 de julio de 2007

Reseña: Cabo Trafalgar

Cabo Trafalgar

Arturo Pérez-Reverte

Reseña de: Amandil

Alfaguara. Madrid, 2004. 269 páginas.

Este libro, escrito por encargo para conmemorar en segundo centenario de la batalla de Trafalgar, se podría definir como Pérez-Reverte en estado puro. Su prosa ligera, veloz y apasionada nos arrastra desde las primeras páginas hacia el fondo de un relato que nos descubre, en toda su sublime y terrible crudeza, un momento de la Historia en que se marcará una inflexión determinante.

En esta novela, y entre cañonazo y cañonazo, el autor desgrana una vez más un acontecimiento histórico de la época napoleónica en el que, arrastrados por los acontecimientos, un grupo heterogéneo de personajes intenta sobrevivir mientras la Historia pasa por encima de ellos. El truco del autor para meterse en la batalla consiste en crear un barco español, el Antilla, que no existió nunca pero desde el cual se ve toda la acción y, al final, incluso participa de los combates.

Embarcados en ese navío los distintos protagonistas o testigos abarcan desde el Capitán hasta un marinero enrolado a la fuerza, pasando por un joven grumete o un oficial novato.

Pérez-Reverte vuelve a la carga utilizando el mismo tipo de lenguaje (directo, plagado de tacos y de expresiones ramplonas y por eso mismo vibrante, en cierto modo) que ya puso en práctica en su relato La sombra del Águila (en el que cuenta las peripecias de un batallón de infantería español enrolado a la fuerza en la Grande Armee de Napoleón en plena campaña de Rusia). Junto con una expresividad directa y, digámoslo así, muy a la española (torrentina y no cervantina, dicho sea de paso), nos mete en los tejemanejes de un navío de linea de inicios del XIX, dónde se podía encontrar desde el oficial ilustrado y aristócrata hasta el borracho de puerto de Cádiz, enrolado mientras dormía la mona en una taberna. En ese contexto, y desde perspectivas muy diferentes, narra el desarrollo de la batalla de Trafalgar, criticando -como narrador- al mismo tiempo múltiples aspectos de la España de la época (reyes nefastos, validos corruptos, población fanatizada y analfabeta) e incluso de la actual.

La novela es muy entretenida, amena, fácil de leer y sobre todo repleta de acción. El autor vuelca sobre el lector sus conocimientos náuticos, narra con mucha agilidad la mayor batalla naval de todos los tiempos, reconoce la valía de los ingleses y a la vez lo perros que eran. Denuncia la mezquindad del almirante francés. Resalta la valía de los oficiales españoles. Y, sobre todo, exalta el valor y la entrega de unos marineros que, sin saber por qué estaban allí en muchos casos, cuando les tocó el momento de darlo todo, dieron sus vidas por sus compañeros, por sus navíos y por su país.

Es un libro que merece la pena ser leído.

Presentación: La brisa del Egeo

Hegemón Ediciones tiene el placer de invitarles a la presentación de su primera novedad editorial, La brisa del Egeo, que tendrá lugar el martes 17 de julio a las 19:30 horas en la Fnac de Zaragoza (Pza. España).

A la misma asistirán la autora del libro y los responsables de Hegemón Ediciones, quienes aprovecharán también para presentar su proyecto editorial.

Estáis todos cordialmente invitados a asistir. ¡Os esperamos!


La ficha técnica del libro es la siguiente:

Título:

La brisa del Egeo.

Autora:

Ana Muncharaz Rossi.

Sinopsis:

ATENAS. 514 a.C. Fiesta de las Panateneas. Mediodía.

«Los dos cuerpos yacían uno al lado del otro, tan cerca que la sangre se mezclaba. Alceo miró con horror los cadáveres y pensó en el futuro; aquellas muertes auguraban días sombríos. Cubriendo sus espaldas, dos guerreros le protegían de la muchedumbre. La procesión se había detenido. Atenea no tendría ofrendas ese año.

Alceo ignoró el empujón de uno de los soldados y, con paso lento, se acercó al cuerpo de Hiparco, el gobernante. No era una deferencia, sino un deber; por su rango. Porque había sido asesinado.»

Alceo, el magistrado, se enfrenta a la tarea más difícil de su existencia. En un relato que nos llevará a través de su infancia y juventud, de su crecimiento como persona, descubriremos que todos los actos de su vida parecen haberse conjurado para conducirle al momento en que deberá esclarecer las auténticas causas y razones que motivaron el asesinato de Hiparco, tirano de Atenas.

Pero su investigación le conducirá por senderos insospechados que cambiarán su vida y le ayudarán a descubrir cuál es la verdadera fuerza que mueve el mundo.

La brisa del Egeo es una novela de intriga en la que se reflexiona acerca de la ambición, el poder y el amor, desvelándonos cómo han motivado a los hombres desde la antigüedad, tanto hacia lo excelente como hasta el abismo.

La autora:

Ana Muncharaz Rossi (1965) nació en Madrid, ciudad donde realizó sus estudios de Periodismo y Doctorado, este último en el Departamento de Filología III de la Universidad Complutense de Madrid.

Ha colaborado con diversas revistas literarias y, actualmente, desempeña su labor profesional como correctora de textos y estilo en diferentes editoriales españolas.

La brisa del Egeo es su segunda novela. La primera fue El árbol doblado, publicada en 2003 con una buena acogida por parte de los lectores y de la crítica.

Portada:

Xaifu / David Daza.

Formato:

14,5 x 23 cm.

Encuadernación:

Rústica con solapas.