Volumen tres del Ciclo Barroco.
Neal Stephenson.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Libro 1. El oro de Salomón. Ediciones B. Col. Nova nº 190. 2006. Título original: The System of the World. Traducción: Pedro Jorge Romero. 367 páginas.
Libro 2. Moneda. Ediciones B. Col. Nova nº 191. 2006. Título original: The System of the World. Traducción: Pedro Jorge Romero. 355 páginas.
Libro 3. El Sistema del Mundo. Ediciones B. Col. Nova nº 193. 2006. Título original: The System of the World. Traducción: Pedro Jorge Romero. 306 páginas.
El Ciclo Barroco llega a su fin, y uno duda entre lanzar un suspiro, gritar un ¡por fin! o sentirse algo apenado por dejar atrás a unos personajes (históricos e inventados) que han acompañado al lector durante tantas páginas y tanto tiempo.
No se le puede negar el interés a esta magna obra de Stephenson, pero sí se le puede achacar un pequeño exceso de longitud. Los tres volúmenes de la trilogía original se han convertido en España, por obra y gracia de las “decisiones editoriales” en ocho libros, lo que convertía la decisión de leerlos en Nova o dejarlos para su edición en bolsillo en una importante elección.
Como soy un impaciente, eso no lo niego, me decanté por Nova y he aquí que acabo de terminar la lectura del último de los ocho libros, antecedido por los dos anteriores, ya que me gusta leer las obras como fueron concebidas y no como nos las perpetran en nuestro país. De esta manera, pertrechado con los tres volúmenes y buenas ganas, me adentré en el profusamente descrito Londres de Daniel Waterhouse, Jack Shaftoe, Sir Isaac Newton y compañía con el ánimo de quien termina un largo camino. Un camino que se inició por su final, con “Criptonomicón”, y que volvió a los orígenes históricos con las pericipecias y embrollos de este Sistema del Mundo.
Es difícil explicar a quien no haya leído los anteriores volúmenes, Azogue (tres libros) y
Es este el mayor acierto de Stephenson, el haber mantenido el pulso narrativo con tal cantidad de líneas argumentales, con tantos personajes pululando por la acción, con tantos decorados distintos y todos tan precisa y profusamente descritos (que es no obstante donde el autor se hace un tanto pesado; creo que la acción no necesitaba de tantos y tantos detalles que al principio se hacen simpáticos, pero que luego llegan a cargar bastante la lectura).
He de confesar que aunque este me parece un libro absolutamente recomendable también me parece cierto que no es bocado para todos los paladares. Lo primero que hay que decir, para que nadie se lleve a engaño, es que, a pesar de la colección en la que está publicado, es este un libro de narrativa histórica y no de literatura fantástica (a pesar de algunos ramalazos difíciles de explicar, como ciertos inmortales que pululan por el texto). Es un libro que trata básicamente sobre le nacimiento de la ciencia, aderezado, eso sí con sus buenas dosis de aventura y humor (como no se podía esperar menos del autor de Snowcrash), pero que se dilata mucho en las discusiones de los padres de
Como decía, es este el cruce donde finalmente convergen todos los caminos por los que se había transitado en los libros anteriores. Vamos a asistir al enfrentamiento final entre la ciencia y la alquimia, entre diferentes formas de pensar y de ver el mundo, entre diferentes facciones políticas que buscan designar quien será el heredero de la corona británica una vez muerta la reina y entre los hombres que tienen acceso al oro de Salomón y el hombre que lo desea. Casi nada.
No faltan explosiones, juicios, traiciones, persecuciones, ahorcamientos, asaltos a viviendas, tratos con truhanes, asesinatos, amores y muchos odios, y muchas, muchas vueltas de tuerca a la trama que no pueden sino llenar de admiración hacia el buen pulso de Stephenson por haber mantenido tantas pelotas en el aire sin que se le cayese ninguna en el difícil malabarismo que nos ha ofrecido, dejándolo todo al final atado y bien atado. Además tiene el premio de un final bastante bien estructurado y, aunque no del todo “cerrado” (algunos de los personajes que siguen viviendo podrían ser muy interesantes de seguir en sus nuevas aventuras), sí que está mucho más rematado y cumplido que el despeñadero en el que terminaba Criptonomicón.
Es en definitiva, para mí, un libro (o una serie de libros) que aunque se me haya hecho pesado en algún momento puntual, me deja un muy buen sabor de boca. No es poca cosa.
2 comentarios:
¡Qué morro! A mi no me sube las fotos de los libros... Blogger es odioso.
Las portadas son magníficas. Esperaré a que todo esté en bolsillo para poder encargarlo.
Publicar un comentario