sábado, 11 de septiembre de 2021

Reseña: Gideon Falls 6. El fin.

Gideon Falls 6.
El fin.

Jeff Lemire / Andrea Sorrentino.

Reseña de: FJ Arcos Serrano.

Astiberri. Col. Sillón Orejero. Bilbao, 2021. Título original: Gideon Falls, vol. 6: The End. Traducción: Santiago García Fernández. Cartoné. 120 páginas. Color.

Jeff Lemire y Andrea Sorrentino culminan en este sexto volumen la serie que para mí ha supuesto un auténtico soplo de aire fresco y que mejor ha definido la actual época del terror en los cómics, ya que no se parece a ninguna otra obra de género de los últimos tiempos. Han sido 3 años caracterizados por un alto grado de experimentación y de libertad que le han otorgado una personalidad única a este título.

La oscuridad se cierne sobre los héroes de Gideon Falls. Todas las realidades por las que andaban desperdigados convergen al fin y lo hacen en el centro mismo del universo, allí donde residen el Hombre Que Ríe y su legión del mal. Ha llegado el momento de situarse cara a cara y por última vez a su temible sonrisa. El granero negro también ha vuelto, y antes de poder volver a sus realidades, nuestros protagonistas se verán obligados a enfrentarse a sus mayores miedos dentro de sus muros. Y tendrán que hacerlo juntos.

El equipo creativo nos ha ido dejando todas las pistas y todas las piezas del rompecabezas para poder ser al fin descubiertas. Ya en el anterior tomo se daban las explicaciones pertinentes, así que solo quedaba cerrar la serie con un gran clímax y un cierre argumental que encolara todo como Dios manda, así que asistiremos a una gran culminación donde se sube la intensidad de la historia a niveles insospechados, donde el granero negro y esa locura multiversal y espacio-temporal que se ha sacado de la manga el amigo Lemire confluyen, dejándonos abrumados y extasiados a partes iguales.

Lo que más sigue llamando la atención al abrir cualquiera de sus páginas es el arte de
Andrea Sorrentino. El lector que ha ido leyendo mis reseñas previas ya sabe mi querencia particular por el dibujante italiano y de todos los trucos que ha ido desplegando el mismo a lo largo de la serie, así que sólo mencionaré que en este último tomo se sigue permitiendo el lujo de jugar con las angulaciones de planos o los diseños de página donde todo se retuerce y se hace más y más espeluznante a cada salto de página, desembocando todo ello en una narración diríamos “antinatural”, ya que el lector tiene la sensación de que algo en el mundo se ha torcido, sembrándonos la sensación de extrañeza y desasosiego…, ambos conceptos claves en este camino que nos ha brindado esta serie.

Sigo pensando que Gideon Falls habría sido muy distinta en manos de otro dibujante, ya que su aspecto formal, atmósfera y coherencia implica de una manera especial a cualquiera que se acerque a esta historia.

El tomo de Astiberri conserva las características similares a los anteriores tomos, incluyendo como jugosos extras varios artículos y gráficos que tratan de explicar cada uno de los aspectos de ciencia ficción de la trama y el guion original de Jeff Lemire comparándolo con el resultado final.

En definitiva: Gideon Falls no es una historia donde todo deba ser explicado. Funciona mucho más si la interiorizamos a un nivel más espiritual. Una auténtica experiencia de horror rural que abre el debate y con la que reflexionar sobre temas tan espinosos como la obsesión, la enfermedad mental y la fe.

...no os quepa duda de que seguiremos hablando de esta serie muchos años después.

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