viernes, 17 de septiembre de 2021

Reseña: Ted, un bicho raro

Ted, un bicho raro.

Émilie Gleason.

Reseña de: FJ Arcos Serrano.

Astiberri. Col. Sillón Orejero. Bilbao, 2021. Título original: Ted, drôle de coco. Traducción: María Serna. Cartoné. 128 páginas. Color.

Ted, un bicho raro  es la obra con la que su autora, Émilie Gleason, consiguió el premio revelación del Festival de cómic de Angoulême en 2019 y que, una vez leída,  nos percatamos que sabe muy bien del tema aquí tratado, ya que tiene un hermano con TED y ha sabido  transmitir su mensaje con una narrativa absolutamente hipnótica y una plasticidad muy llamativa.

Ted es raro raro. Pide siempre lo mismo para comer, elige siempre el mismo asiento en el metro y ordena religiosamente sus camisas según el día de la semana. También se sabe de memoria dónde están colocadas cada una de las referencias de la biblioteca donde trabaja y, de vez en cuando, se dibuja con rotulador unas cejas arqueadas para que su cara resulte más expresiva.

La autora se vale de un dibujo muy desproporcionado y esquemático sin mostrar apenas detalles en los rostros, incluso podemos comprobar la manera que tiene de ver nuestro personaje a los extraños con un simple diseño a base de colores claros en la propia forma del sujeto, sin colorear el resto.

Conforme va tomando confianza, empieza a colorearse su interior y el contorno se muestra con línea negra… convirtiéndose en “real”, por así decirlo.

Aparte de este recurso, podemos encontrar otros muy bien trabajados, tales como cambios de detalle para mostrar algunas escenas puntuales o una hipersaturación del color, haciendo así un fuerte contraste con el tono casi minimalista de la obra, regalándonos de esta forma secuencias memorables llenas de experimentación y riesgo que reflejan la locura del día a día de nuestro protagonista.

Las rutinas son muy importantes para Ted, pero esa estabilidad se desmorona en un momento puntual, provocando que su planificada vida se vea alterada, complicando así su trastorno.

Es a partir de aquí cuando asistimos a una serie de desdichas donde la ternura, el drama, la diversión e incluso algo de locura, se entremezclan en su camino.

En definitiva: Ted, un bicho raro  es una obra magnética, fresca, con una narrativa muy ágil y con unas viñetas asombrosas y divertidas que nos permiten ponernos en la piel de las personas con trastorno específico del desarrollo (TED) y las dificultades que deben afrontar tanto ellos como sus familiares.

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