La Casa de Cadenas.
Malaz: el libro de los caídos 4.
Steven Erikson.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
La Factoría. Col. Fantasía. Madrid, 2011. Título original: House of Chains. Traducción: Marta García Martínez. 735 páginas.
Contrariamente
a lo acostumbrado en entregas anteriores, la primera parte del
libro, durante casi doscientas páginas, se compone exclusiva y
linealmente de la historia de Karsa Orlong, en el norte de Genabackis y años antes de los acontecimientos actuales, un guerrero de la tribu uryd de los teblor, raza que ha permanecido aislada durante años en el altiplano Laederon,
desciende a las llanuras del sur comandando un diminuto grupo con
sangrientos objetivos en lo que se va a convertir en un largo viaje de
auto conocimiento. Las aventuras del caudillo teblor se convierten así
en un extenso prólogo que enlaza certeramente con ciertos sucesos
relatados previamente. La profunda evolución del personaje a lo largo de
las muchas páginas del volumen es un claro ejemplo de la buena
caracterización que —tomándose su tiempo, eso sí— el autor va aplicando a
sus creaciones. Y es que una vez más queda claro que todo se encuentra
conectado y Erikson va demostrando que no deja hilo suelto en su tapiz.