Silvia
Ibáñez Cambra.
Reseña
de: Alb
Oliver.
Grupo
Ajec. Col. Tangentes #7 Granada, 2012. 413 páginas.
Nos
encontramos ante la segunda novela de Silvia
Ibáñez Cambra, joven autora zaragozana a la que ya conocimos en su obra previa, “El
cementerio de los Reflejos”.
En
su nueva novela volvemos a la ambientación de la previa, una
Zaragoza
de las posguerra, con algunas partes ambientadas en París
y un pueblo de Huesca,
recordándonos la situación de muchos españoles que optaron por el
exilio. Existen algunos vínculos con la primera, que aunque
irrelevantes para la historia, la autora ha utilizado para ambientar,
como sean locales o nombres de personajes que ya aparecieron en la
otra.
De
nuevo todo gira alrededor del misterio, con una historia extraña por
investigar que llevará a los protagonistas a mezclarse con una trama
que poco a poco los absorberá y pondrá en peligro sus vidas.
Un
manuscrito que llega a la redacción de una editorial francesa hace
que su editor haga que Christophe
Maestre un joven autor de novelas
serializadas, acabe en Zaragoza
para comprobar su veracidad. Todo es simplemente una excusa para que
Christophe
se airee, y pueda tomarse un tiempo para escapar de un trágico
pasado.
Todo
versa sobre el asesinato de una niña por su madre, esposa de Donato
Dicastillo, quien parece ser el
autor del relato que llega a la redacción. La señora Dicastillo,
Isabel,
parece ser que sufría una enfermedad mental que la volvía violenta,
pero algunas cosas parecen no encajar.
Investigando,
descubrirá dos versiones de la misma historia, lo que le llevará a
cuestionarse qué es lo que ocurrió realmente, poniéndose en
peligro así como a Sophy, hija de su editor, que debido a un interés
romántico en él, se escapa para acompañarle.
Como
ya pasara con la primera novela, tenemos una historia muy bien
equilibrada, con varios misterios que se complican conforme avanza, y
con una atmósfera bastante tensa. A la vez, se intercalan pasajes
del pasado, de la propia tragedia de Christophe,
y de los hechos que le narran sobre lo que ocurrió con Isabel
Dicastillo.
Al
llegar a un punto muerto, Christophe abandona la investigación, pero
un tiempo después un dato le da una posible clave para desenmarañar
lo ocurrido.
De nuevo los personajes
principales están muy bien desarrollados, cada uno con su historia
previa, y los secundarios aparecen casi constantemente en las
narraciones del pasado, definiendo su relación con el protagonista.
Quizás dos de ellos (realmente muy secundarios) cambian sus roles de
forma un poco drástica, pero ayudan a profundizar en otras
sub-historias.
Es imposible leer “El
Cementerio de la Miseria” sin buscar similitudes con la primera
obra. En ambas el protagonista
es un escritor amante de la lectura, que en su infancia ha pasado
momentos trágicos. Ambos tienen un amor profundo, que por
circunstancias no tienen a su lado, y les ha marcado, además de un
mecenas o protector, que les facilitan sus labores.
En cuanto a la evolución
de la autora, yo creo que se mantiene en su estilo. Leer las dos
novelas seguidas no evidenciaría ningún cambio, por lo que
podríamos decir que tiene su estilo definido, dominando
perfectamente la tensión y el misterio.
En los contras, podría
decirse que se repite un poco el Deux ex machina que se vio en
la primera novela, por el que distintos golpes de suerte en
situaciones complejas hacen que se resuelvan con mucha facilidad,
siempre en beneficio del protagonista.
También para los que
sean quisquillosos con la lectura, podrán detectar al final una
confusión a la hora de situar la vivienda de uno de los personajes
que aparecen, dándose inicialmente una y siendo confundida casi al
final del relato.
Ha habido un detalle que
me ha gustado, posiblemente un guiño a la primera novela. En su día
comenté que había un proceso que se repetía en varias ocasiones,
que era que el protagonista recibía una herida, y era trasladado al
baño, dónde se le curaba con alcohol. En ésta ocasión, ocurre
casi al principio, y está utilizado inteligentemente para hacer
avanzar la historia.
Como pasara en El
Cementerio de los Reflejos la edición no ha sido cuidada, y
encontramos múltiples erratas o gazapos a lo largo de la lectura. Si
bien al principio se repiten bastante, más adelante pasa a reducirse
su número, pero no deja de ser una lástima que no se haya revisado
a conciencia.
En resumen, tenemos otra
interesante novela de intriga, con grandes giros en la trama principal, por lo que todos los interesados en el género deberían
echarle un ojo.
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Reseña de otras obras de la autora:
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