El Reino Invisible.
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: VV.AA.
Reseña de: Francisco José Arcos Serrano.
ECC Ediciones. Barcelona, 2016. Contiene: The Invisibles vol. 3 núms. 12 a 1 USA. Color. Cartoné, 288 págs.
Con este tomo concluye la estupenda edición por parte de ECC del proyecto más personal de Grant Morrison, quien para la ocasión cuenta con la colaboración de dibujantes como Philip Bond, Sean Phillips, Jill Thompson o Frank Quitely para narrar el revelador desenlace de esta ambiciosa obra.
Ya había ganas de tener este último tomo entre las manos para así saber cómo el guionista escocés iba a terminar una de sus más importantes creaciones.
Este tomo número 7 es especial por diversas razones, siendo la más importante que recoge los 12 últimos números de la serie americana, pero en orden inverso a modo de cuenta atrás hasta llegar a su desenlace, uno que no dejará a nadie indiferente.
Aquí encontramos dos arcos argumentales bien diferenciados: por una parte tenemos Tormenta Satánica, formado por diversas historias cortas protagonizadas por diferentes personajes que integran Los Invisibles.
En Karmagedón, Morrison retoma a “viejos conocidos” para intenta atar los innumerables cabos sueltos y dar así coherencia interna a toda esta locura.
Y finalmente, en El Reino Invisible nos convertiremos en testigos de excepción frente a la gran lucha por el fin del mundo, donde veremos un enfrentamiento entre nuestros Invisibles y la Iglesia Exterior.
Como os podéis imaginar (al tratarse de una de las obra más compleja de Grant Morrison) si esperáis respuestas facilonas iros olvidando de ello, ya que requieren un elevado nivel de empatía y participación por parte del lector, para obtener de esta forma un mínimo entendimiento que de sentido a la historia narrada, dejando un montón de cosas al libre albedrío.
Si eres de los que han llegado a este tomo, imagino que eres junto a servidor, parte de ese selecto grupo de personas que ha caído cautivado por las maravillosas y estimulantes ideas que circulan por esta obra (a pesar de que al amigo Morrison se le vaya el proyecto de las manos en diversas ocasiones, entregándonos números que sinceramente no sé a dónde quiere llegar…).
Una de las particularidades de las que se quejan muchos lectores es que su parte artística ha sido llevada a cabo por un número demasiado diferente de dibujantes que han aportado su propio granito de arena, pero que a la larga es cierto que no ha ayudado a darle una uniformidad gráfica a la serie, algo que sin duda se echa en falta.
El último número de este tomo, el número Uno, está dibujado por Frank Quitely, sin lugar a dudas uno de los mejores dibujantes que han pasado por la colección, amén de una de las mejores parejas creativas de Grant Morrison.
Como conclusión final decir que no ha sido un camino fácil llegar hasta aquí y que Los Invisibles no es una serie modelo para recomendar a todo el mundo; de hecho debido a su alta complejidad y a su ambición intrínseca sólo se la podría indicar a lectores inquietos, pero nunca a neófitos del noveno arte.
Indudablemente una posibilidad de relectura arrojará cosas y detalles nuevos que en su momento se pasaron, con lo que se hallarán nuevos sentidos a la obra.
En resumidas cuentas: Los Invisibles no es una obra fácil de leer pero sí que es un título que se esfuerza sobremanera por ser algo diferente.
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