Roberto Malo
Reseña de: Amandil
Hegemón ediciones. Zaragoza, 2007. 191 páginas.
¿Qué harías si, un buen día, descubres que puedes traer cosas del interior de tus sueños?¿Y si, además, puedes introducir otras cosas desde el mundo "consciente" al de los sueños? Pues a esa pregunta se enfrenta Jesús, el personaje principal de esta novela de Roberto Malo.
A través de una casualidad aparentemente irrelevante, descubre que, para sus sorpresa, tiene la capacidad (¿el don?) de arrastrar consigo al despertar un pedazo de sus extraños sueños. Y, además, por alguna extraña "ley de la onírica" ese camino se puede recorrer en ambos sentidos, pudiendo hacerse acompañar de una cámara de fotos o una videocámara en sus peculiares incursiones al mundo de los sueños.
Partiendo de esta más que sugerente premisa Roberto Malo hilvana un relato narrado en diez breves capítulos, correspondientes a una serie de "sueños" en los que el protagonista va descubriendo su habilidad y las consecuencias que sus acciones pueden provocar en sí mismo y en los que le rodean.
El autor se enfrenta a la (desde mi punto de vista) ardua tarea de describir de una manera coherente cosas que por su propia naturaleza irreal e incorpórea pueden hacer perderse al lector. A fin de cuentas los sueños se caracterizan por alternar situaciones "normales" con bruscos cambios que pueden tener sentido dentro de los parámetros de lo onírico pero carecen de la más básica coherencia lógica. Ante esta situación (¿cómo describir racionalmente un sueño sin caer en su propia inconsistencia?) Malo opta por las descripciones sencillas, con un amplio sentido de lo cómico, llevando al lector a ciertos "elementos comunes" que todos hemos vivido en alguno de nuestros propios sueños (volar por arte de magia, mantener un encuentro erótico-festivo con una mujer despampanante, etc.) que evitan ser arrastrados, como el protagonista, a una serie de situaciones rocambolescas pero sin sentido.
Sin embargo la agilidad y frescura que en la descripción de los sueños es una de sus virtudes, hace que los interludios en el mundo de lo "real" sean demasiado ligeros, trazando apenas unos breves bosquejos de la vida de Jesús en la que el autor podría haber hecho más hincapié para dilucidar porqué tiene los sueños que tiene. Igualmente queda planteada la duda de como es posible que el leitmotiv de la obra (la posibilidad de traer y llevar objetos desde y hacia el mundo de los sueños) sea descubierto por su protagonista al cabo de ciertos años (unos treinta) y no mucho antes.
Aún así, La marea del despertar presenta no sólo un sugerente tema sino que deja abiertas muchísimas puertas a posteriores ampliaciones. El preocupante destino del protagonista invita a preguntarse que será de él mientras que aumenta en cada capítulo la sensación de que ese mundo de los sueños que se nos describe tiene algún tipo de coherencia interna. Los inverosímiles personajes que aparecen y desparecen parecen estar pidiendo a gritos ser explorados con mayor profundida convirtiéndose, quizá, en futuras narraciones independientes.
La novela queda convertida, de ese modo, en una especie de aperitivo a una obra de mayor calado en la que podrían recorrerse muchos otros caminos que, si Roberto Malo se atreve a descubrir, podrían crear una deliciosa incursión al fascinante (pero complejo) mundo de los sueños.
A través de una casualidad aparentemente irrelevante, descubre que, para sus sorpresa, tiene la capacidad (¿el don?) de arrastrar consigo al despertar un pedazo de sus extraños sueños. Y, además, por alguna extraña "ley de la onírica" ese camino se puede recorrer en ambos sentidos, pudiendo hacerse acompañar de una cámara de fotos o una videocámara en sus peculiares incursiones al mundo de los sueños.
Partiendo de esta más que sugerente premisa Roberto Malo hilvana un relato narrado en diez breves capítulos, correspondientes a una serie de "sueños" en los que el protagonista va descubriendo su habilidad y las consecuencias que sus acciones pueden provocar en sí mismo y en los que le rodean.
El autor se enfrenta a la (desde mi punto de vista) ardua tarea de describir de una manera coherente cosas que por su propia naturaleza irreal e incorpórea pueden hacer perderse al lector. A fin de cuentas los sueños se caracterizan por alternar situaciones "normales" con bruscos cambios que pueden tener sentido dentro de los parámetros de lo onírico pero carecen de la más básica coherencia lógica. Ante esta situación (¿cómo describir racionalmente un sueño sin caer en su propia inconsistencia?) Malo opta por las descripciones sencillas, con un amplio sentido de lo cómico, llevando al lector a ciertos "elementos comunes" que todos hemos vivido en alguno de nuestros propios sueños (volar por arte de magia, mantener un encuentro erótico-festivo con una mujer despampanante, etc.) que evitan ser arrastrados, como el protagonista, a una serie de situaciones rocambolescas pero sin sentido.
Sin embargo la agilidad y frescura que en la descripción de los sueños es una de sus virtudes, hace que los interludios en el mundo de lo "real" sean demasiado ligeros, trazando apenas unos breves bosquejos de la vida de Jesús en la que el autor podría haber hecho más hincapié para dilucidar porqué tiene los sueños que tiene. Igualmente queda planteada la duda de como es posible que el leitmotiv de la obra (la posibilidad de traer y llevar objetos desde y hacia el mundo de los sueños) sea descubierto por su protagonista al cabo de ciertos años (unos treinta) y no mucho antes.
Aún así, La marea del despertar presenta no sólo un sugerente tema sino que deja abiertas muchísimas puertas a posteriores ampliaciones. El preocupante destino del protagonista invita a preguntarse que será de él mientras que aumenta en cada capítulo la sensación de que ese mundo de los sueños que se nos describe tiene algún tipo de coherencia interna. Los inverosímiles personajes que aparecen y desparecen parecen estar pidiendo a gritos ser explorados con mayor profundida convirtiéndose, quizá, en futuras narraciones independientes.
La novela queda convertida, de ese modo, en una especie de aperitivo a una obra de mayor calado en la que podrían recorrerse muchos otros caminos que, si Roberto Malo se atreve a descubrir, podrían crear una deliciosa incursión al fascinante (pero complejo) mundo de los sueños.
1 comentario:
Es muy bueno. Te invita a un mundo onírico del que es muy difícil escapar antes de haber terminado por completo este libro.
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