J.E. Álamo. Roberto
Malo. Verónica Leonetti.
Reseña de: Santiago
Gª Soláns.
Kelonia editorial.
Valencia 2014. 72 páginas.
Álamo y Malo,
escritores, y Leonetti, ilustradora, han unido esfuerzos para
ofrecer a los lectores un sugerente libro cargado de lirismo y drama
―sólo hay que observar el comienzo― con la historia de un
muchacho con una sensibilidad especial, fruto quizá de un defecto de
nacimiento. Escrito a cuatro manos es grato comprobar que el texto no
presenta ningún tipo de disparidad, presentando, a pesar de tratarse
de una serie de relatos encadenados, una obra homogénea y muy
agradable de leer. Todos los elementos fluyen de manera natural, sin
poder asegurar qué autor ha escrito cada relato o capítulo o si
ambos han trabajado al unísono en todos ellos. El conjunto es más
fuerte que sus partes y la historia que se va recreando en la mente
de los lectores compone un fresco fantástico lleno de mensajes
positivos y refrescante humor. La entrega a los demás, la ayuda
desinteresada, el amor sin condiciones, la fascinación por lo
desconocido, la superación ante la adversidad, la triste realidad de
la naturaleza humana, el valor y la decisión para afrontar los
problemas, la generosidad más absoluta… Un libro ilustrado sí,
pero en absoluto con un enfoque decididamente infantil ―aunque
también pueda serlo―. Antes bien, el lector «maduro» va a poder
encontrar un gran número de guiños, referencias y detalles tan
sutiles como divertidos que sin duda le harán muy grata la lectura.
Un libro, pues, para todas las edades, y sobre todo para aquellos
lectores que estén dispuestos a dejarse sorprender y conmover por
historias algo «diferentes» y poco convencionales.
Leo es un niño
singular. Nacido con ojos de pez, su destino parecía trágico, pero
el enorme amor de sus padres convirtió sus primeros diez años de
vida en una existencia feliz. Sin embargo, otra tragedia, esta sí,
le esperaba en su camino, y la muerte de sus progenitores en un
irónico «accidente» trunca esa felicidad. No obstante, Leo decide
no dejarse llevar por la desdicha, hacer de la tragedia una
oportunidad y cumplir su sueño de salir a conocer ese amplio mundo
que siempre le ha fascinado en sus lecturas, sin saber a qué
aventuras, y criaturas, habrá de enfrentarse. Mientras tanto, en la
pista de Circus, número tras número de singular belleza se
van sucediendo a cada cual más maravilloso, tétrico, triste,
evocador y sorprendente.
La estructura del libro muestra las vivencias de Leo en su periplo por el bosque de
Lilith, ese viaje iniciático de un niño a través de cuyos
inocentes, y velados, ojos el lector va a descubrir un mundo lleno de
maravillas, alternándolas con los números que el Gran Grizzly, el jefe de
pista, va dando paso con personajes a cada cual más llamativo y
sorprendente. Brujas, adivinos, piratas ―¡como me ha recordado
cierto pasaje a La Princesa Prometida!―, ladrones, licántropos…,
todos, como el propio Leo, buscando su propio destino, su lugar en el
mundo. Cada número, cada actuación es un cuento fascinante, alguno
sobrecogedor, otro nostálgico, otro con un ramalazo de optimismo;
tétricos, evocadores, misteriosos, inquietantes, conmovedores,
perversos, melancólicos... El circo siempre ha sido sinónimo de
magia para niños y mayores, y el espectáculo que cada
noche tiene lugar en Circus es precisamente eso, magia
condensada en palabras, imaginación desatada. Pero que nadie espere
domadores de fieras, payasos al uso o meros saltimbanquis. En Circus
cada número está cargado de un ambiente de irrealidad, de hechos
imposibles detenidos en el tiempo, que convierte cada actuación en
plena poesía.
Álamo, Malo y Leonetti |
Las ilustraciones de
Leonetti, con esos retratos cercanos de los rostros de los
protagonistas y esas dobles páginas con escenas significativas de lo
narrado, acompañan a la perfección el ambiente evanescente de los
relatos. Con su punto de oscuridad y ese toque de misterioso
distanciamiento, y un colorido cálido y evocativo, son el
contrapunto perfecto a las historias contenidas en el libro. Detrás
de la intensa mirada del Leo en la circense portada, cabe una
mención especial también a la cuidada edición en papel couché y
encuadernado en cartoné, con una presentación impecable que hace al
libro francamente atractivo para los ojos. Sin duda, un pequeño gran
regalo.
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Reseña de otras obras de los autores:
Roberto Malo:
La marea del despertar.
Maldita novela.
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Roberto Malo con Fco. Javier Mateos y David Guirao:
El príncipe que cruzó allende los mares.
J.E. Álamo:
Penitencia.
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