La hija de los piratas Murakami 1.
Ryō Wada.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Quaterni. Madrid, 20156. Título original: Murakami kaizoku no musume. Traducción: Isami Romero Hoshino. 469 páginas.
Quaterni ofrece en esta ocasión a sus lectores, con la habitual y grata presentación de los libros de sus colecciones, el primer volumen de una novela en dos entregas cuya trama se equilibra entre la aventura y un erudito componente histórico, situando la acción en el denominado periodo Sengoku, un momento convulso en la Historia de Japón, y mezclando con acierto didáctico personajes reales y ficticios que dan gran solidez a la trama. Se trata de una novela ganadora en su país en 2014 del Gran Premio de las Librerías y el Premio Yoshikawa en su categoría de autores nóveles. Una novela, instructiva y emocionante, que une costumbrismo japonés, abundancia de datos históricos y una creciente intensidad que desemboca en una batalla de proporciones épicas.
Con el mismo mimo que la editorial dedica a todos sus libros, la novela en sí viene precedida por un mapa orientativo de la zona donde van a transcurrir los hechos narrados, una Nota introductoria a cargo de la traductora, Isami Romero, sobre la evolución de la novela histórica en Japón y la irrupción en la misma de un autor como Ryō Wada, y un listado de los personajes principales; a su vez se cierra con un Índice onomástico y un Glosario que sirven de gran ayuda para quien no se encuentra habituado a toda esa nomenclatura japonesa, que puede llegar a ralentizar la lectura hasta lograr acostumbrarse y cogerle el truco.
En un convulso momento de la Historia de Japón, hacia finales del siglo XVI, cuando el poder central se encontraba en una posición de debilidad y diversos señores se disputaban la hegemonía para gobernar sobre los mayores territorios posibles, los piratas Murakami dominaban las aguas del mar interior de Seto, controlando las rutas comerciales e imponiendo peajes a todos los barcos que navegan a la vista de sus costas. Es el cuarto año de la era Tenshō (1576) y en torno a un gran templo budista, una auténtica e inexpugnable fortaleza denominada Ōsaka Honganji, se está gestando un gran enfrentamiento, dado los anhelos del señor Oda Nobunaga, uno de los grandes unificadores del país, de hacerse con el control de su territorio. Tras siete años de escaramuzas, las tropas de Nobunaga han conseguido aislar a los monjes y sus fieles seguidores con la construcción de diversas fortalezas en torno al templo, y a estos sólo les queda pedir ayuda al clan Mōri a la espera de que pueden hacerles llegar por la ruta marítima los suministros necesarios para resistir; algo que requiere la imprescindible ayuda de los piratas Murakami para proteger la enorme flota necesaria para transportar semejante cantidad de alimentos.
Kyō Murakami es la hija de Takeyoshi Murakami, jefe de una de las tres ramas del clan pirata y el único que ha permanecido independiente en sus lealtades, al punto de que se han producido combates con los otros dos clanes, algo que no impide que sigan manteniendo abiertas sus relaciones. La muchacha, cumplidos los 20, es considerada horriblemente fea por sus compatriotas, debido a unos rasgos poco habituales, que quizá no a todos resulten tan repugnantes; algo sin embargo que, unido a su fuerte carácter rebelde, feroz e independiente, y con cierta tendencia a un infantil egoísmo, hace que se encuentre todavía soltera contra la costumbre de su pueblo. Además, a pesar de la prohibición a las mujeres de embarcarse en barcos de guerra, ella disfruta con la navegación y la emoción de los enfrentamientos, por lo que se ha jurado que sólo se casará con un hombre proveniente de una familia pirata —cabe aquí decir que tal término es bastante amplio y un tanto diferente de la definición occidental—.
Contra los designios de su padre y los intereses de su familia Kyō se embarcará en un viaje de crecimiento y autoconocimiento que la llevará a experimentar aspectos de la vida que le habían estado vedados hasta entonces o a descubrir paulatinamente el verdadero precio y sacrificio que encierra la vida del guerrero, sobre todo para los que se ven envueltos en conflictos de terceros. Un viaje que la llevará a tratar con personas de muy diferente extracción social, dando lugar a unas cuantas divertidas confusiones y choques de personalidad resueltos con abundante humor por parte del autor, que sirven además para ilustrar cómo era la división en estratos de la sociedad de aquella época.
El autor ofrece un enfoque de novela histórica bastante diferente de lo que pueda ser lo acostumbrado en occidente, haciendo gala de un importante interés didáctico con el que no duda en detener el relato para introducir los datos historiográficos que respaldan lo narrado, incluyendo citas literales de los escritos de la época, sobre todo de fuentes portuguesas y japonesas, que apoyen su descripción de los hechos. Por un lado puede resultar desconcertante e interrumpir, en efecto, el natural discurrir de la acción, llegando Wada incluso a dirigirse directamente al lector para «compartir» algún detalle histórico relevante sobre lo narrado o sobre su localización geográfica. Por otro lado no deja de tener un gran interés para situar el momento efectivo y las reacciones de los personajes históricos, a la par que resulta de lo más instructivo. Esta profusión de datos y de nombres —de personajes y de lugares— en el inicio de la novela, mucho más atenuado después, y una singular forma narrativa hacen efectivamente que en un primer momento cueste un tanto «entrar» resultando un tanto árido, pero lo cierto es que una vez atrapado por el relato de las vicisitudes de Kyō y el resto de protagonistas es difícil abandonarlo.
Y es que Wada, en vez de poner el foco sobre las principales figuras históricas, despliega a gran cantidad de personajes sobre el terreno, desde campesinos a señores, permitiéndose así reflejar desde multitud de puntos de vista y de diferentes enfoques los trascendentales eventos, dando incluso buena parte del protagonismo, fuera de los papeles más tradicionales, a un mujer de armas tomar —literalmente—.
Así, a través de los ojos de todos ellos da cuenta de una mentalidad muy diferente a la de nuestra propia sociedad medieval —y más aún de la actual—, con maneras de tratarse, actuaciones y reacciones que pueden resultar algo sorprendentes para el lector occidental. La estratificación social, las relaciones de vasallaje, los deberes adquiridos hacia el señor, pero también del señor al súbdito, las formas de dirigirse a un «superior». La dominación y la, en ocasiones terrible, manipulación del fanatismo del campesinado por parte de las instituciones religiosas. La familia. El rígido honor y las variables lealtades. La forma de afrontar la sexualidad. La injerencia extranjera y los prejuicios raciales de unos y otros...
Después de ese comienzo al que podría decirse «renqueante», la narración va adquiriendo un crescendo imparable hasta alcanzar un último tercio de libro francamente espectacular. Un tramo final que no da respiro, sumergiendo al lector, con un decidido tono épico, en medio de la batalla de Tennōji, una enorme contienda en torno a diversas fortalezas de las que rodeaban el Ōsaka Honganji. Turbulentos combates en varios frentes y escenarios, grandes enfrentamientos cuerpo a cuerpo, tácticas poco convencionales e innovadoras, acciones tanto heroicas algunas como despreciables otras, y decisiones arriesgadas en el fragor de la lucha, para terminar el volumen, que no el relato, con un cliffhanger de manual en un punto máximo de tensión y emoción. Lo cierto es que La guerra contra Nobunaga no tiene ningún cierre al uso en absoluto, sino que de forma algo brusca, con el destino de la batalla todavía por decidir, todo queda emplazado para la anunciada segunda entrega que promete grandes dosis de acción y, como poco, una Gran batalla naval, ya que tal es su descriptivo título. Esperemos que no tarde.
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