Resulta difícil empezar a escribir este texto cuando lo que quiero anunciar es la despedida. Y no sé si pillará a alguien de imprevisto, pues ya venía anunciando desde hace más de dos años que había tomado la decisión de cerrar la página en una fecha muy relevante para la misma. Tal día como hoy, 21 de octubre, pero de 2006, hace nada menos que quince años, publicamos la que habría de ser la primera de muchas reseñas en Sagacomic. Se trataba de Ruido de pasos, una novela de Larry Niven y Jerry Pournelle que había publicado recientemente entonces la ahora ya fenecida La Factoría de Ideas. La reseña la podéis encontrar todavía pinchando aquí, y de su lectura podréis observar que cierta evolución a lo largo de todo este tiempo sí que ha habido en mi forma de reseñar. Eso sí, siempre he intentado ser lo más honesto posible con cada libro, defendiendo a capa y espada la subjetividad de la tarea, donde es imposible que los gustos particulares del reseñador no maticen sus opiniones —y aquí volvemos con aquello de que lo nuestro eran reseñas, no críticas literarias—.
Y el resto es historia. Quince años. Muchos colaboradores a los que debo gratitud eterna. Mil trescientas cincuenta y dos reseñas —si hemos llevado bien la cuenta a lo largo de todos estos años—, el grueso de ellas —1124— de libros, pero también un buen puñado de cómics, de series de TV y películas de cine, de juegos de mesa… La mayoría de obras pertenecientes a las llamadas narrativas fantásticas, pero sin cerrarnos nunca a otros territorios afines o a todo aquello que resultara de nuestro interés.
Quince años de una gratificante aventura, un dilatado viaje en el que hemos encontrado extraordinarias gentes para hacernos compañía en el camino. Reseñistas, lectores, editoriales…, sin cuya colaboración y palabras de ánimo el periplo hubiera sido simplemente imposible. Un viaje en el que hemos hecho magníficas amistades, personas que se quedan con nosotros para siempre.
No quiero tampoco explayarme demasiado. Lo principal ya está dicho. Gracias y adiós.
Bueno, adiós no. Lo digo en el título de la entrada: Hasta siempre y hasta la vista. Me conozco, lo llevo en la sangre y sé que me picará el gusanillo, que volveré a escribir alguna que otra reseña cuando las sensaciones de la lectura de algún libro en concreto, buenas o malas, así me lo pidan. Pero ya no será aquí. Espero que alguna de esas otras almas inquietas que siguen en la brecha me acojan en su casa. Y, además, siempre nos quedarán las redes sociales y los eventos del género para seguir viéndonos.
Tan solo quería remarcar que el cierre no se debe a ningún problema ni enfrentamiento de esos que tanto parecen estar a la orden del día en este fandom nuestro tan explosivo. Es una simple cuestión de cansancio y de deseo de dar un paso a un lado. De volver a disfrutar de la lectura de un libro sin estar analizándolo o pensando lo que escribir sobre su contenido. De no sentir la obligación de publicar una reseña contra viento y marea para mantener viva la página. De renunciar a esa tiranía de las novedades y a la inmediatez de las lecturas que parece que si pasa más de un mes entre la publicación y su reseña el libro ya se queda desfasado. De poder releer sin sentimiento de culpabilidad porque quizá debería estar con algo más actual. De dedicar el tiempo a otros proyectos largo tiempo abandonados… Creo que quince años son suficientes y ha llegado el momento de un cambio de aires.
Para los más inquietos os dejo con un reto. Una —¿o quizá eran varias?— de las firmas colaboradoras habituales durante bastante tiempo en el blog responde a un seudónimo de este que está escribiendo. ¿Sabríais decir de cuál se trata?
Y ya está todo dicho. Este actor que tantas veces interpretó el papel del lector hace mutis por el foro, las luces se atenúan, el escenario queda en silencio…
...y cae el telón.