miércoles, 27 de febrero de 2008

Reseña: El jardín de infancia

El jardín de infancia.

Geoff Ryman.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Libros del Atril. Col. Omicrón. Barcelona, 2007. Título original: The Child Garden. Traducción: Ana Alonso Esteve. 569 páginas.

¿Quién lo diría? Sigo peleado con los premios. El jardín de infancia recibió en su momento el Premio Arthur C. Clarke y el John W Campbell Memorial. ¿Qué me ha parecido la novela? No es difícil calificarla, en absoluto: aburrida. Y ya es triste tener que decirlo de un libro de semejante longitud; si fuese algo cortito hasta se podría perdonar, pero con quinientas y muchas páginas la cosa tiene delito. Mientras estaba leyendo casi daban ganas de ponerse a hacer la fotosíntesis, como los protagonistas; seguro que sin hacer absolutamente nada hubiera perdido menos el tiempo.

Milena, una marginada en una sociedad casi perfecta, busca la existencia y la compañía de otros marginados e inadaptados como ella, los bichos raros, los diferentes. Ryman propugnada una sociedad en la que todo viene dado, en la que a los niños se les inoculan en el jardín de infancia diferentes cepas de virus, en principio residuo de una experimentación buscando una cura contra el cáncer, pero que resultaron mucho más de lo esperado y que dan al que los recibe la capacidad de metabolizar los rayos del sol mediante una especie de fotosíntesis y les imbuye de todos los conocimientos almacenados por la humanidad en su largo discurrir; aunque como efecto no deseado han reducido la esperanza de vida a los treinta años. Milena, sin embargo, es inmune a esos virus y por tanto el acceso a la fácil vida de sus conciudadanos le está prácticamente vetado, teniendo que ganarse el saber a la forma antigua, con esfuerzo y sudor.

Milena, pese al cruel sufrimiento de sentirse separada del resto de los mortales, es conservada por las altas instancias como una especie de legado de la humanidad pretérita, como un ancla con el pasado, con lo que fue y no puede volver, con lo perdido: las emociones, el cambio, la evolución. El autor expone así su tesis de que el acceso al “saber absoluto” tan sólo produce inmovilismo y, de hecho, decadencia. Los individuos de esa sociedad se limitan a repetir lo que han heredado, sin producir nada nuevo. Cuando a uno se lo dan todo hecho se acaban las ganas de superarse, de ir más allá. Para poder avanzar, parece decir Ryman, hace falta aprendizaje, prueba y error, interés, curiosidad; sin todo ello el alma humana se enquista, se pudre y cae en un conformismo letárgico. Hay también, sin embargo, una nada velada crítica a la aplicación indiscriminada de los avances científicos (crítica que comparte con alguna otra de sus obras), del progreso desatado que, en este caso concreto trae una cura contra el cáncer a cambio de limitar la vida de los seres humanos a unos treinta años. ¿Merece la pena pagar el precio?

Es en la búsqueda de alguien como ella que emprende Milena cuando se encontrará con otros parias de esa socialista sociedad “perfecta”: los osos polares, creaciones genéticas dedicadas a los trabajos duros y que viven bastante al margen de los humanos; y en especial con Rolfa, una osa que se ha convertido en una marginada entre aquellos marginados, diferente incluso para los suyos al tener unas veleidades artísticas vetadas a los de su especie y rechazadas por ellos mismos, y que congeniará extrañamente con la protagonista.

El autor hará uso de La Divina Comedia, a la que Milena desea convertir en un musical, como una metáfora de su descenso a los infiernos (de toda la humanidad, de hecho), y de su posterior ascenso a la fama, como Artista del Pueblo, aunque haya sido apropiándose del trabajo ajeno, pues en verdad será Rolfa la autora de una música de la que renegará al ser cuestionada que no se limite al papel que la vida le ha reservado y cuyo destino trágico será el contrapunto necesario al “triunfal” ascenso de Milena. Rolfa personifica así la renuncia del que busca sentirse integrado ante las penurias del que destaca, por cualquier motivo, de entre sus congéneres.

Desde luego, El jardín de infancia, con estos mimbres, podría haber sido una novela cuando menos curiosa, pero lo cierto es que, al menos para mí, no consigue alzar el vuelo en ningún momento. No es lo qué el autor cuenta, sino cómo lo cuenta. Y este es un libro, desde mi personal óptica, obviable y olvidable; ni siquiera es que sea malo, es que no consigue interesar. La acción está demasiado supeditada a la tesis para convertirse en realmente atractiva, resultando cansina. Quizá el mensaje hubiera ganado mucho si el autor no hubiese alargado tanto la anécdota, recubriéndola de situaciones redundantes, planas y carentes de interés, y se hubiese limitado a la parte en la que hace hincapié en esa sociedad al estilo de Un Mundo Feliz, donde todas las necesidades se encuentran cubiertas, pero donde sin embargo todo el entramado se resquebraja cuando aquella que es diferente al común de los individuos demuestra que la perfección tal vez no sea el mejor ideal a alcanzar.

6 comentarios:

wonderfulesco dijo...

Hola.

Muy buen blog, felicidades.
Me estoy terminando este libro que compré por casualidad, sin saber muy bien de qué iba. La verdad que me está gustando mucho y a pesar de su volumen, se lee bastante rápido. La parte negativa es la traducción, "Ana Alonso Esteve" (su traductora) no ha estado muy atinada a la hora de expresarse, metiendo la pata con la ortografía y la composición a lo largo de todo el libro. La última frase que me he encontrado: "Habían gallinas..."
Aun así la historia por el momento va muy bien.
¡Saludos!

Santiago dijo...

¡Ah, la traducción! El eterno problema de este país.

No recuerdo en concreto la de este libro, pero lo cierto es que, en general, la industria editorial española adolece de una falta de correcciones estilísticas y tipo-ortográficas previas a la publicación que podrían evitar muchos errores y hacer más grata la lectura.

En fin...

ArmonicistaAtrincherado dijo...

Menos mal que me gasté sólo 3euros en este libro, y aún así, malempleados. He buscado un análisis por la curiosidad de saber si alguien había perdido el tiempo como yo. Te acompaño en sentimiento compañero.

Santiago dijo...

Bueno, en general y salvo excepciones ;-) parece que somos bastantes los que estamos de acuerdo sobre este libro. Una pena, porque Ryman tiene otros francamente interesantes, pero este me parece muy fallido.

Saludos

Anónimo dijo...

A mi parecer fue una historia que me marco, me marco!. jaja porque fue mi primera novela de ciencia ficción, ya había leido antes las típicas románticas y aburridas, o las del colegio, hasta que esta llego. Pienso que quien dice que no le gusta leer es porque aun no ha encontrado su libro favorito y bueno yo comencé todo esto de la lectura con un libro gordo que me topo por casualidad en una libreria a un precio muy absurdo: $50 pesos(que vendrían siendo como 3 dólares). Ahora no dire que es la mejor que he leido, pero en su tiempo lo fue ( yo tenia como 15 años) y no he encontrado mucha gente que quiera compartir su punto ya que el temita que contiene por ahí no le ha agradado a mas de uno. Igual gracias por tu reseña

Santiago dijo...

Bueno. Un libro que sigue cosechando opiniones dispares, como puede verse.

Gracias por comentar. Da gusto ver que una reseña de principios de 2008 todavía atrae visitas :-)

Saludos