Serguéi Lukyanenko.
Plaza y Janés. Barcelona, 2007. Título original: Nochnoi dozor. Traducción: Jorge Ferrer. 511 páginas.
Guardianes de la noche viene avalada en España por el relativo éxito que tuvo la película que con el mismo título se basó en este libro. Confieso que no he visto la versión cinematográfica, así que me enfrentaba bastante libre de prejuicios a la lectura del mismo. El volumen se compone de tres historias, de las cuales, lamentablemente, la mejor es, sin duda para mí, la primera y luego la cosa va en descenso, siendo la última la más flojilla. Digo lamentablemente porque empezar por lo bueno e ir luego cuesta abajo siempre deja un cierto mal sabor de boca.
El planteamiento, presentando una vez más el eterno enfrentamiento entre el Bien y el Mal,
Es dentro de
El tratamiento es, como digo, bastante original, a pesar de que todos podremos traer a la mente referencias de otras historias en que el Bien y el Mal llegan a ciertos acuerdos y, por supuesto, tratan de interpretar los términos a su favor; o donde los seres extraños: vampiros, hechiceros, grandes magos, cambiaformas y otros muchos conviven entre nosotros sin que seamos capaces de reconocerlos, llevando una existencia paralela a la nuestra y formando una sociedad al margen de la establecida por los humanos, aunque con muchos puntos de contacto con la misma. Sin embargo, lo importante aquí es el enfoque, el de una historia fantástica, llena de conjuros, maldiciones y amuletos mágicos a la que se imprime un giro hacia un thriller casi policíaco, detectivesco se podría decir, que el autor da a las historias que componen el volumen, donde las Guardias son casi un cuerpo policial dirigido a controlar las infracciones del otro lado, y donde la intriga reside en cómo tensar, sin llegar a romper, los términos del Gran Pacto, para llevarse el gato al agua en su largo lucha por controlar el destino y los designio de los humanos. Humanos de los que los Tenebrosos se aprovechan y que los Luminosos tratan de defender en una pugna que se nos muestra aparentemente muy desigual.
Y es en esta pugna en la que se encuentra de pronto sumergido Antón, un operativo novato, que ve como su vida se convierte en un rompecabezas o en un tiovivo que no para de dar vueltas, llevándolo de un lado a otro sin que consiga encontrar las claves de todo lo que le está pasando y sin saber del todo a quién o a qué bando pertenece la mano que está tirando de sus hilos. Como ya he comentado, todo se nos desvela como una gran partida de ajedrez, y en pos de conseguir las piezas mayores, los peones son, como siempre, sacrificables, aunque en última instancia una vez cruzado todo el tablero los mismos puedan llegar a convertirse en piezas superiores.
De esta forma las tres historias que componen el volumen no son en absoluto independientes, sino que se van apoyando las unas en las anteriores para ofrecernos tres momentos de un relato mayor que sólo está completo al terminar de leerlas las tres. Lo malo es que el interés y emoción de lo narrado va decreciendo conforme se avanza en la lectura, yendo de más a menos y que acaba con un final que más que satisfacción produce alivio por haber terminado. Y es que la última historia es bastante sosita, sobre todo comparada con la primera. Se pasa de la originalidad del planteamiento, del descubrimiento y descripción de un mundo ciertamente intrigante, y del interés por la investigación, los giros de la trama, la acción y el puro estallido de magia, a un relato que cae casi en la pseudo filosofía, con unos personajes que a fuerza de querer ser introspectivos y atormentados se convierten en algo pedantes, y con unos problemas existenciales de patio de colegio. Se cambia acción por debate interno, y la narración pierde bastante por el camino.
2 comentarios:
Yo piqué a consecuencia de conocer la peli, y la verdad es que es un libro lleno de conceptos nuevos e ideas magníficas, pero con un estilo lento que carga un tanto la lectura, sobre todo si tenemos en cuenta que es un buen montón de páginas y que muchas de esas grandes ideas quedan sin desarrollar.
Coincido contigo en que el libro podría haber dado mucho más de sí, sobre todo en el desarrollo de esas ideas que comentas y que se quedan en meros esbozos, y que tampoco son usados en las dos continuaciones posteriores. Una lástima, porque por otros derroteros podrían haber sido grandes novelas.
Saludos.
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