martes, 25 de marzo de 2014

Reseña: Deuda de espíritu

Deuda de espíritu.
Vampire Academy 5.

Richelle Mead.

Reseña de: Jamie M.

Alfaguara. Madrid, 2014. Título original: Spirit Bound. Traducción: Julio Hermoso Oliveras. 511 páginas.

Ha pasado un tiempo desde la publicación en español de Promesa de sangre, pero la espera ha terminado y Alfaguara nos ofrece por fin la quinta entrega de la serie (ya sólo faltaría una) romántica paranormal YA repleta de vampiros (en la dualidad de moroi y strigoi) y de guardianes dhampir. Quizá la “cercanía” (relativa) del estreno de la película basada en la primera entrega ha propiciado que podamos disfrutar finalmente de Deuda de espíritu, por más que las cifras del estreno en EE.UU. de la adaptación no hayan sido precisamente boyantes; en todo caso, bienvenida sea y ojalá no tarde tanto la sexta. Advertir por adelantado, para que cada cual se interne en estas líneas bajo su responsabilidad, que esta reseña puede contener (casi seguro que sí) pequeños spoilers de los libros anteriores. Aventura, romance, traiciones, muertes y sangre derramada acercan la serie hacia su final. En esta entrega el lector se va a encontrar con un claro caso de que se debe tener cuidado con lo que uno desea, porque puede que se cumpla y entonces descubrirse que el resultado no era lo que se esperaba.

Tras el regreso a la Academia de St. Vladimir, una vez finalizada su aventura por tierras rusas, Rose va a enfrentarse, por fin, a su examen de graduación. Durante mucho tiempo ha estado esperando precisamente este momento, pero llegado las dudas empiezan a dominar su mente. No sabe si será capaz de superar el examen y si, una vez superado, será destinada a la protección de su amiga Lissa o al de cualquier otro moroi. Y debe hacerlo con la convicción de que ahora Dimitri ya no la quiere a su lado, sino muerta tras su renuncia a convertirse ella misma en strigoi, algo para lo que la “cazará” sin piedad en cuanto ponga un pie fuera de la protección de la academia.

Poco después la acción se traslada a la corte de los moroi, donde Rose tendrá que empezar a hacer frente a lo que será el resto de su vida, con todas las contradicciones a las que se está enfrentando, y con todos los peligros en que de forma más o menos consciente va a meterse. Existen corrientes subterráneas que la joven no acierta a entender, siendo el comportamiento de la reina Tatiana algo de lo que más va a desconcertarla.

Aunque cada novela de la serie sea más o menos independiente y autoconclusiva, lo cierto es que se trata de tramas acumulativas, donde los cabos sueltos que se han ido quedando por el camino son lo que dan lugar a la nueva narración. Todo lo que ha sucedido anteriormente tiene su importancia aquí, todas las líneas van confluyendo, y los personajes recurrentes vuelven a tomar el escenario para ofrecer una nueva aventura llena de dramatismo. Y es que si existe la más mínima posibilidad de revertir el estado como strigoi de Dimitri Rose va a dejarse la piel para intentarlo, por muy ilegales que sean los métodos que deba emplear y por muy repugnantes sean las “alianzas” a las que debe sucumbir.

Lissa y Christian siguen peleados y, a pesar de que todos sus amigos ven que están destinados el uno al otro y que todavía siguen enamorados, su cabezonería les impide a ambos dar el primer paso hacia la reconciliación. Antes bien, las cosas aún pueden ir a peor sin visos de mejora. A cambio Lissa da un auténtico paso adelante en su uso de los poderes del espíritu, tomando en sus manos el destino de su vida y participando activamente en los planes.

Adrian, abandonada la máscara de playboy irresponsable, gana mucha profundidad, algo que ya se iba viendo en la anterior entrega, pero que aquí se destapa como un personaje lleno de matices, tierno y sarcástico. Abe, el padre de Rose que conocimos en Siberia en el libro anterior, sin llegar a tener un papel principal tiene un par de apariciones, sobre todo la del final, realmente a tener en cuenta. Y Dimitri… Dimitri es una arrebatadora fuerza de la naturaleza convertido en strigoi.

Como narradora resulta un tanto chocante que, después de todo por lo que ha pasado, el personaje que menos parece haber evolucionado es precisamente el de Rose. Aquí vuelve a las andadas sin que parezca haber aprendido absolutamente nada de sus múltiples, y muchas veces traumáticas, experiencias. Sigue siendo la joven impulsiva, feroz, deslenguada, cabezota, un tanto caprichosa, entregada, valiente, insubordinada, rebelde, arrojada, noble y enamorada que ya era en las primeras entregas. Una personalidad compleja, sin duda. Un poco más amargada, más cínica ahora, pero sin que parezca haber aprendido realmente de sus ordalías aunque solo fuera a morderse la lengua y no soltar siempre lo primero que se le pasa por la cabeza en las peores situaciones. No se detiene a pensar en las consecuencias de sus actos, sino que se lanza siempre de cabeza a la acción sin importarle poner su vida y la de sus compañeros (o su trabajo en cualquier caso) en peligro.

Superado el ecuador de la novela, la trama alcanza un punto que podría haber sido fácilmente su cierre, un momento en que el tema parece cambiar y, resuelto lo anterior, lanzar el relato hacia un nuevo camino, alejándose un tanto de la acción desatada e imbuyendo a la narración de intriga y conspiraciones, con un “tempo” más reposado (en velocidad, no en revelaciones) y con, es inevitable, Rose en medio de todo.

En Deuda de espíritu, además de acción, hay amor, por supuesto; muchos sentimientos un tanto confusos y contradictorios a flor de piel; muchos equívocos. Hay pasión hasta extremos dolorosos. Hay traiciones, tristeza y frustración. Hay muertes violentas y cruentos enfrentamientos con los strigoi. Rescates impensables. Mucho melodrama. Un poco de política moroi. Algunas celebraciones. Algún funeral...

Su mayor problema, sin embargo, es que no termina en absoluto para frustración de sus seguidores. Si, como también sucedía en anteriores ocasiones, quedan abundantes “flecos” sueltos para ser desarrollados o retomados más adelante, aquí además el “cliffhanger” es realmente brutal, dejando a Rose en una situación realmente comprometida. Esperemos no tener que esperar demasiado para tener Last Sacrifice español y poder asistir al final de la serie.
Rose y Lissa en su versión cinematográfica.
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Reseña de otras obras de la autora:

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