Vampire Academy 5.
Richelle Mead.
Reseña de: Jamie M.
Alfaguara. Madrid,
2014. Título original: Spirit Bound. Traducción: Julio Hermoso
Oliveras. 511 páginas.
Ha pasado un tiempo desde la publicación en español de Promesa de sangre, pero la
espera ha terminado y Alfaguara nos ofrece por fin la quinta
entrega de la serie (ya sólo faltaría una) romántica paranormal YA
repleta de vampiros (en la dualidad de moroi y strigoi)
y de guardianes dhampir. Quizá la “cercanía” (relativa)
del estreno de la película basada en la primera entrega ha
propiciado que podamos disfrutar finalmente de Deuda de espíritu, por
más que las cifras del estreno en EE.UU. de la adaptación no hayan sido precisamente boyantes;
en todo caso, bienvenida sea y ojalá no tarde tanto la sexta.
Advertir por adelantado, para que cada cual se interne en estas
líneas bajo su responsabilidad, que esta reseña puede contener
(casi seguro que sí) pequeños spoilers de los libros
anteriores. Aventura, romance, traiciones, muertes y sangre derramada
acercan la serie hacia su final. En esta entrega el lector se va a
encontrar con un claro caso de que se debe tener cuidado con lo que
uno desea, porque puede que se cumpla y entonces descubrirse que el
resultado no era lo que se esperaba.
Tras el regreso a la
Academia de St. Vladimir,
una vez finalizada su aventura por tierras rusas, Rose
va a enfrentarse, por fin, a su examen de graduación. Durante mucho
tiempo ha estado esperando precisamente este momento, pero llegado
las dudas empiezan a dominar su mente. No sabe si será capaz de
superar el examen y si, una vez superado, será destinada a la
protección de su amiga Lissa o al de cualquier otro moroi. Y
debe hacerlo con la convicción de que ahora Dimitri ya no la
quiere a su lado, sino muerta tras su renuncia a convertirse ella
misma en strigoi, algo para lo que la “cazará” sin piedad en
cuanto ponga un pie fuera de la protección de la academia.
Poco después la acción
se traslada a la corte de los moroi, donde Rose tendrá que empezar a
hacer frente a lo que será el resto de su vida, con todas las
contradicciones a las que se está enfrentando, y con todos los
peligros en que de forma más o menos consciente va a meterse.
Existen corrientes subterráneas que la joven no acierta a entender,
siendo el comportamiento de la reina Tatiana algo de lo que
más va a desconcertarla.
Aunque cada novela de la
serie sea más o menos independiente y autoconclusiva, lo cierto es
que se trata de tramas acumulativas, donde los cabos sueltos que se
han ido quedando por el camino son lo que dan lugar a la nueva
narración. Todo lo que ha sucedido anteriormente tiene su
importancia aquí, todas las líneas van confluyendo, y los
personajes recurrentes vuelven a tomar el escenario para ofrecer una
nueva aventura llena de dramatismo. Y es que si existe la más mínima
posibilidad de revertir el estado como strigoi de Dimitri Rose va a
dejarse la piel para intentarlo, por muy ilegales que sean los
métodos que deba emplear y por muy repugnantes sean las “alianzas”
a las que debe sucumbir.
Lissa y Christian
siguen peleados y, a pesar de que todos sus amigos ven que están
destinados el uno al otro y que todavía siguen enamorados, su
cabezonería les impide a ambos dar el primer paso hacia la
reconciliación. Antes bien, las cosas aún pueden ir a peor sin
visos de mejora. A cambio Lissa da un auténtico paso adelante en su
uso de los poderes del espíritu, tomando en sus manos el destino de
su vida y participando activamente en los planes.
Adrian, abandonada
la máscara de playboy irresponsable, gana mucha profundidad, algo
que ya se iba viendo en la anterior entrega, pero que aquí se
destapa como un personaje lleno de matices, tierno y sarcástico.
Abe, el padre de Rose que conocimos en Siberia en el libro
anterior, sin llegar a tener un papel principal tiene un par de
apariciones, sobre todo la del final, realmente a tener en cuenta. Y
Dimitri… Dimitri es una arrebatadora fuerza de la naturaleza
convertido en strigoi.
Como narradora resulta un
tanto chocante que, después de todo por lo que ha pasado, el
personaje que menos parece haber evolucionado es precisamente el de
Rose. Aquí vuelve a las andadas sin que parezca haber
aprendido absolutamente nada de sus múltiples, y muchas veces
traumáticas, experiencias. Sigue siendo la joven impulsiva, feroz,
deslenguada, cabezota, un tanto caprichosa, entregada, valiente,
insubordinada, rebelde, arrojada, noble y enamorada que ya era en las
primeras entregas. Una personalidad compleja, sin duda. Un poco más
amargada, más cínica ahora, pero sin que parezca haber aprendido
realmente de sus ordalías aunque solo fuera a morderse la lengua y
no soltar siempre lo primero que se le pasa por la cabeza en las
peores situaciones. No se detiene a pensar en las consecuencias de
sus actos, sino que se lanza siempre de cabeza a la acción sin
importarle poner su vida y la de sus compañeros (o su trabajo en
cualquier caso) en peligro.
Superado el ecuador de la
novela, la trama alcanza un punto que podría haber sido fácilmente
su cierre, un momento en que el tema parece cambiar y, resuelto lo
anterior, lanzar el relato hacia un nuevo camino, alejándose un
tanto de la acción desatada e imbuyendo a la narración de intriga y
conspiraciones, con un “tempo” más reposado (en velocidad, no en
revelaciones) y con, es inevitable, Rose en medio de todo.
En Deuda de espíritu,
además de acción, hay amor, por supuesto; muchos
sentimientos un tanto confusos y contradictorios a flor de piel;
muchos equívocos. Hay pasión hasta extremos dolorosos. Hay
traiciones, tristeza y frustración. Hay muertes violentas y cruentos
enfrentamientos con los strigoi. Rescates impensables. Mucho
melodrama. Un poco de política moroi. Algunas celebraciones. Algún
funeral...
Su mayor problema, sin
embargo, es que no termina en absoluto para frustración de sus
seguidores. Si, como también sucedía en anteriores ocasiones,
quedan abundantes “flecos” sueltos para ser desarrollados o
retomados más adelante, aquí además el “cliffhanger” es
realmente brutal, dejando a Rose en una situación realmente
comprometida. Esperemos no tener que esperar demasiado para tener
Last Sacrifice español y poder asistir al final de la
serie.
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Reseña de otras obras de la autora:
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