lunes, 14 de noviembre de 2011

Reseña: The Walking Dead: el Gobernador

The Walking Dead: El Gobernador.

Robert Kirkman y Jay Bonansinga.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Timunmas. Barcelona, 2011. Título original: The Walking Dead: The Rise of the Governor. Traducción: María Ferrer y Rafa Ferrer. 351 páginas.

A la estela del éxito de la saga de cómic y de la serie de TV se publica esta novela más cercana al original en viñetas que a su plasmación en imágenes para la pequeña pantalla. De hecho sigue la estela de uno de los personajes más terrorífico de los comic-books —que igual aparece más adelante en la serie de la cadena AMC, pero ahora mismo todavía no lo ha hecho— cuando todavía no era aquel en quien se habría de convertir en el momento en que Rick y compañía llegaron a conocerlo. Philip Blake es uno de los villanos más sobrecogedores y despreciables que haya ofrecido en mucho tiempo el mundo del cómic: implacable, violento, engañoso, imprevisible, despiadado, cruel, sádico, inmoral, insidioso... Pero ¿cómo llegó a ser todo eso? ¿Era ya así antes de que toda la hecatombe zombie comenzara o ese carácter fue forjado por las circunstancias? ¿Cuál fue el camino que recorrió antes de llegar al pueblo de Woodbury y convertirse en su tiránico, aunque aparentemente benevolente, Gobernador? ¿De dónde procedía y quién le acompañaba?

Dividida en tres partes bien diferenciadas: el origen de la epidemia y el camino hacia Atlanta en busca de un rumoreado centro de refugiados donde podrían encontrarse a salvo; la estancia en la ciudad, un tanto diferente, en variados sentidos, de lo que esperaban; y el periplo campestre y su llegada a Woodbury, donde un grupo de refugiados se aferran a una última apariencia de civilización, la novela cuenta la historia de un grupo de supervivientes por mantenerse un paso por delante de los mordedores y continuar viviendo un día más: Philip, su apocado hermano mayor, Brian, la hija del primero, Penny, y Bobby y Nick, dos amigos de juergas desde que eran pequeños. Una historia de convivencia en un entorno hostil desde el mismo comienzo de la plaga —o lo que sea lo que ha desencadenado el apocalipsis zombie—, tratando de comprender la nueva situación que les rodea e intentando diferentes enfoques para enfrentar la amenaza y obtener las máximas posibilidades de supervivencia —desde el aislamiento hasta la búsqueda de la fuerza del grupo uniéndose a otras personas que se encuentran en su misma situación—, mientras la dura realidad va destruyendo una y otra vez todos su «experimentos» sociales.

Desde el primer momento, Philip Blake es presentado como un personaje con ambiguos principios morales, que sin ser exactamente un «mal» hombre tampoco es para nada un dechado de virtudes. Muestra en todo momento un sentimiento de conmiseración paternalista por su hermano mayor que roza el desprecio, haciéndose obvio que no le tiene en muy alta estima —también hay que decir que Brian es retratado como alguien un tanto cobarde, apocado e indeciso—, y a la vez es muy condescendiente con sus amigos, mostrando tan solo un fuerte amor por la niña de sus ojos, su hija, por la que sería capaz de hacer cualquier cosa, a pesar de que no duda en absoluto en ponerla bajo el cuidado de los demás, especialmente en manos de su hermano, mientras él se ocupa de otros menesteres.

The Walking Dead: el Gobernador es así un relato que explora de alguna manera la reacción de la psique humana cuando la civilización se desmorona, buscando sus límites ante situaciones extremas, cabalgando la fina línea de la cordura en un mundo que obliga a realizar ciertos actos crueles y obscenos, impensables anteriormente, que llevan a dudar de la moralidad y la ética implicados en la resolución de la difícil ecuación de la que depende sus vidas. Y es que la amenaza no siempre viene de donde uno se espera y una vez más el autor parece querer dejar claro aquello de que «el hombre es un lobo para el hombre» y que a veces son más peligrosos los vivos que los zombies.

Se presenta entonces la génesis del «malvado», mostrando los hechos que le marcaron y le llevaron a convertirse en el hombre que posteriormente sería —si es que no lo era ya antes—, el largo camino que le llevó a Woodbury y desencadenó su desequilibrio mental. El que el destino de alguno de los personajes sea ya conocido por aquellos que hayan leído el cómic, no impide en absoluto el disfrute de la novela, hurtando sin duda alguna sorpresa pero jugando con la anticipación y el deseo de saber el cómo llegaron hasta allí. Además, hay a lo largo de la narración ciertos guiños a sucesos en la historia principal de Rick y compañía, no solo en referencia a la llegada de su grupo al «reino» del Gobernador, sino detalles como el comenzar la novela en cierta zona residencial llamada Fincas Wiltshire, en las afueras de Atlanta, o las descripciones e imágenes de la propia ciudad y alrededores que traen a la cabeza sin duda las viñetas de la serie madre.

La lucha por la supervivencia, la convivencia con otros supervivientes... Las permanentes dudas sobre de quién te puedes fiar o en manos de quién puedes poner tu vida y la de tus seres queridos hacen que el tono del libro tengo un enfoque algo más psicológico, en torno a las relaciones y los cambios de mentalidad, que físico o gore. Hay sangre y algún «susto», por supuesto, pero no son lo principal a pesar de las detalladas escenas de craneos reventando y fluidos corporales salpicando por todas partes.

Es esta una historia muy visual, con una acción rápida y directa, y narrativamente muy cercana, casi «atada», a la historia del cómic —salvando el cambio de medio—, que no depara grandes sorpresas en cuanto al escenario, pero sí que, sobre todo en los capítulos finales, introduce un par de giros inesperados que consiguen proyectar algo de luz sobre los actos posteriores del Gobernador, aunque la novela termine justo cuando comienza su acceso al poder. El acierto de la escritura en tiempo presente potencia fuertemente esa inmediatez y cercanía. Y es que aunque la mano de Kirkman se nota a lo largo de todo el relato, ha sido Jay Bonansinga el elegido para plasmar la historia en una novela, tratándose de un escritor que no es precisamente ningún desconocido en origen: autor experimentado con un buen número de novelas de intriga y de terror —aunque muy pocas de ellas traducidas al español—, finalista del premio Bram Stoker con The Black Mariah, trabajó también como guionista para el equipo de George A. Romero. Desde luego, no se antoja una mala elección.

The Walking Dead: El Gobernador es un libro que, dentro del corpus del género de zombies, seguramente satisfará más a los seguidores de la serie original que a los que solo lo sean de la de TV, y a ambos por encima de los lectores que no conozcan ni una ni otra. No defraudará a aquellos que deseen conocer más sobre el personaje que ya conocen, aunque seguramente dejará algo descolocados a quienes lleguen aquí «vírgenes» y carezcan de ciertas referencias, no exactamente necesarias, pero sí muy agradecidas, para captar toda la terrible ironía del final de la novela —un final que en realidad es tan solo un nuevo punto de partida, pero esa es una historia que ya está prácticamente contada en las viñetas y a ellas sería recomendable acudir para conocerla—.

3 comentarios:

bbbb dijo...

Wow!
Por como lo pones tiene que estar genial :D
Yo no lo iba a comprar por miedo de que lo estropearan, pero si dices que deja contentos a los fans del cómic me lo debo replantear muy seriamente!
Gran reseña :)
Besos!

Santiago dijo...

Muy buenas.

Tanto como "genial" no sé si la calificaría, la verdad ;-)

El "problema" de la historia es que es una novela sobre sucesos de los comics y la gracia está en saber cómo llegaron a ser como son en éstos; con lo que los que estén faltos de referencias o busquen una típica novela de zombies igual se ven algo defraudados.

Para los que sí hemos leído (y disfrutado) los comics resulta interesante y entretenida. Para los que no los hayan leído el final sí que chafa una gran sorpresa sobre el Gobernador, pero ellos sabrán si les merece la pena correr el riesgo. En este caso leer las cosas en orden es lo más recomendable ;-)

Saludos

spider_pc dijo...

Gran reseña y sin spoilers!!! La verdad que si disfrutaste el comic vale la pena leerlo, en especial para saber la historia pasada de uno de los mejores personajes de TWD. También sospecho que algo del libro puede aparecer en la tercera (o cuarta) temporada de la serie. Eso si por mi parte puedo decir que tiene un giro bastante tonto que casi hace tambalear el libro. Saludos