C.J. Daugherty.
Reseña de: Lyrenna.
Alfaguara. Madrid,
2013. Título original: Night School. The Legacy. Traducción:
Victoria Simó. 421 páginas.
Nos encontramos ante un
libro de “transición”, en el que se resuelve o avanza más bien
poco en la trama general, pero que sirve para profundizar tanto en
los caracteres de los protagonistas, en su pasado y en el
funcionamiento de la Night School, como en los hechos
que han llevado al momento actual. Voy a intentar no citar spoilers
de la anterior, pero es posible que alguno se escape.
El verano ha
pasado y se acerca el momento en que Allie Sheridan vuelva a
la Academia Cimmeria. Sin embargo, un episodio un tanto
inquietante va a motivar que la joven tenga que dejar la casa de sus
padres anticipadamente y terminar las vacaciones en la residencia de
su compañera Rachel. La novela comienza así con la
protagonista, literalmente, a la carrera, consiguiendo atrapar la
atención de los lectores de la serie desde el mismo principio.
Además, hay una escena perfecta en torno al sentimiento de
desarraigo de Allie al volver a casa y reunirse con sus viejos
amigos. No hay vuelta atrás, se da cuenta, no encaja ya allí, pero
tampoco sabe si pertenece de facto a Cimmeria, si ese es su lugar.
Por un momento, todo su futuro está en el aire.
Además, cuando el curso
comienza de nuevo, la academia ya no parece el refugio tan seguro que
solía ser. En todo momento se es consciente de la amenaza que se
cierne sobre profesores y estudiantes. La presencia entre ellos de un
topo infiltrado,
alguien que está informando a la facción de Nathaniel de
todos sus planes, colocándolos a todos en riesgo, sin que nadie sepa
de quién se trata, hace que las sospechas y la paranoia se instalen
entre ellos. No saben quién les está mintiendo, engañando y
traicionando. No saben en quién se puede confiar y en quién no. La
tensión en la que viven los internos, la intensidad con la que se
enfrentan al día a día, y los pequeños desahogos con los que
quieren rebajarla, ya que al fin y al cabo no dejan de ser
adolescentes con preocupaciones de adolescentes, se encuentran
perfectamente descritas. Hay momentos ciertamente divertidos en el
libro, que compensan en cierta manera la dramática situación en que
se encuentran los personajes.
Paralelamente a la
intriga “política”, al enfrentamiento “secreto” (al menos
para el resto del mundo) que se está desarrollando para controlar
Cimmeria, y por ende a la organización secreta que la dirige, junto
a todas sus conexiones, el triángulo amoroso toma una importancia
central, con los personajes masculinos llevando a cabo algunas
actuaciones no muy justificables con lo que se nos había descrito de
ellos anteriormente. Ambos cambian. Carter se torna
enormemente posesivo y celoso, y por tanto, inseguro en exceso y casi
antipático. Y Sylvain lima gran parte de sus aristas para
convertirse en un pedazo de pan (¿Hay redención para él después
de lo que le intentó hacer a Allie en el anterior libro? ¿Su
actuación en el incendio perdona sus actos anteriores? ¿Es todo
fachada?). Ante tanto cambio, y con las hormonas revolucionadas y los
nervios a flor de piel, es de lo más normal que Allie se sienta muy,
muy confusa con sus sentimientos hacia ambos.
Pero mientras tanto,
Allie adquiere una nueva fortaleza, a pesar de todas sus dudas y
lágrimas demuestra que es una chica fuerte, que sabe tomar sus
propias decisiones, aunque a veces no sean las más acertadas. El
libro sirve también para sacar a la luz su “herencia” (el legado
del título), no en lo material, sino en el pasado familiar, cuyas
acciones la han llevado allí a pesar del intento de sus padres de
desligarse de toda la organización.
En este punto, quizá se
hubiera agradecido algún recordatorio o un “quién es quién”sobre
los sucesos y personajes del anterior libro, ya que hay detalles que
quedan un tanto a la sombra, pudiéndose perder pequeñas cosas que
convendría tener frescas, sobre todo en torno a algunos
compañeros/as del internado, si se tiene un tanto alejada la lectura
de la primera entrega.
Así, Rachel adquiere
gran importancia como “nueva” mejor amiga, desplazando un tanto a
Jo (quien también va a tener un papel en el drama), y sobre
todo como hija del nuevo encargado de seguridad de Cimmeria, el señor
Patel. Isabelle y Eloise, la bibliotecaria, siguen
dejando su impronta, de forma enigmática en ocasiones.
Daugherty introduce nuevos
personajes y así, además de la presencia en el cuerpo de seguridad de la
Academia de Raj Patel, Allie va a tener que compartir su
entrenamiento de la Night School con Zoe, una chica que de
entrada lo tiene todo para resultar insoportable y que poco a poco
consigue conquistar el corazón. También presenta a Lucinda,
la abuela de la protagonista, como una mujer poderosa, consejera en la sombra de
gobernantes y políticos, que es de suponer irá cobrando mayor
importancia según avance la saga. En una intervención breve, pero
significativa, se deja ver Christopher, el hermano
desaparecido de Allie, quien ahora milita en las filas de los
seguidores de Nathaniel.
Sin embargo, a pesar de
las muchas cosas que suceden, al cerrar el libro tras terminar de
leerlo se siente como si la historia realmente no hubiera avanzado en
demasía, que no ha habido un progreso real hacia un hipotético
desenlace. Eso no quiere decir que no haya sido interesante,
emocionante o intrigante, sino que no se han revelado demasiados
secretos sobre lo que realmente está sucediendo.
Por ejemplo, no termina
de explicarse o entenderse demasiado bien el porqué, si en Cimmeria están
educando a la próxima generación de gobernantes del mundo, la Night
School se centra tanto en el combate físico, en la autodefensa y
ataque personal, y no en las relaciones sociales (por muchos bailes
con gentes importantes que se celebren a lo largo del año en la
institución).
El cierre, con un punto y
aparte y no un punto final, no es tan incendiario como el de la
primera novela, pero sin duda no va a dejar a nadie indiferente. Los
tres o cuatro últimos capítulos aceleran la acción y la carga
dramática es enorme, siendo difícil saber si los protagonistas
podrán recomponerse después de este nuevo golpe. Intriga y romance
combinados con acierto, aunque no habría estado de más conseguir
algunas respuestas. Habrá que esperar a la tercera entrega,
Fracture, para ver de obtenerlas.
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Reseña de otras obras de la autora:
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