Daniel Barrera.
Reseña: Alb Oliver.
La Fragua del
Trovador. Col. Escritores Noveles. Zaragoza, 2013. 232 páginas.
Ópera prima de
Daniel Barrera, zaragozano de 31 años, físico, doctor en
Mecánica de Fluidos y profesor de ciencias. Ambientado en su mayoría
en Zaragoza y sus alrededores, podremos reconocer parajes como
Jaca, el embalse de Yesa, o edificaciones como la
Catedral de La Seo o el Monasterio de Veruela.
Para ésta su primera
novela, nos encontramos con un personaje de características
similares a las del autor, que se encuentra haciendo mediciones para
su trabajo, acaba cayendo a un pozo y encontrando los restos de lo
que parece ser un pequeño dragón. A partir de la observación y la
casualidad, empieza a descubrir coincidencias matemáticas con fechas
significativas de su vida, y esto junto con un texto que acompaña al
dragón, es el origen de la aventura que vivirá el personaje.
Al estilo de los
clásicos, la historia viene a ser como “el viaje del héroe”,
que debe superar diversas pruebas (en este caso se trata de enigmas
que dan paso a otros nuevos) para finalmente encontrar un tesoro
(aunque no se trate de riquezas o baúles con joyas). La reflexión
sobre el viaje del héroe viene reforzada por otro punto, la
importancia del destino; todo parece predestinado a que fuera David,
el protagonista, quien encontrara los huesos y que todo lo
relacionado con las pistas le resultara reconocible tanto por
detalles personales como por sus conocimientos.
El origen de la historia
viene a ser algo completamente diferente a lo supuesto, pues de
inicio todo señala a una catástrofe natural que el protagonista ha
sido elegido para evitar, y que poco a poco va quedando en segundo
plano (que no ignorada) para introducirnos en otra trama que tuvo
lugar en otra época y quedó de alguna forma inconclusa.
En el estilo, se puede
comentar que viene a ser bastante simple y accesible, lo que logra
que sea una lectura amena y rápida, sin redundancias o sobrecargada.
No se toma tiempo en descripciones de los escenarios (sí en las
partes relevantes al misterio) aunque en ocasiones podemos encontrar
ilustraciones que vienen a ser planos de edificios, o detalles de las
pistas encontradas, que ayudan a visualizar el desarrollo.
Realmente aunque el
personaje de David es quien nos narra la acción, no todo es en
primera persona. El peso del protagonismo es compartido por tres
personajes en distintas partes, y durante un corto tiempo,
simplemente hace de narrador de lo que el tercer personaje vive.
En la historia se van
mezclando situaciones, de misterio, humor, acción, amor… por lo
que se puede decir que es bastante completa, más si le sumamos la
influencia de la predestinación, que podría sugerir un componente
sobrenatural, aunque también se estudie desde un punto de vista
lógico.
Como añadido, al final
de la novela encontramos un apartado con notas, que vienen a ser
datos curiosos que van apareciendo a lo largo del texto, mezclados
con motivos de por qué se encuentran en el mismo.
La conclusión viene a
ser un relato que no se hace pesado y se puede leer en un par de
tacadas sin hacerse pesado. La línea de misterio puede recordar a
novelas de Sherlock Holmes o el propio Código Da Vinci,
en los que los protagonistas van descubriendo las claves y a
posteriori les son reveladas a los lectores.
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