lunes, 14 de octubre de 2019

Reseña: La ciudad que nació grandiosa

La ciudad que nació grandiosa
y otros relatos.

N.K. Jemisin.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Ediciones B. Col. Nova. Barcelona, 2019. Título original: How Long 'til Black Future Month? Traducción: David Tejera Expósito. 428 páginas.

Veintidós relatos, ahí es nada, que dan un impresionante repaso a lo más destacado de la producción breve de la autora de la multipremiada Trilogía de la Tierra Fragmentada. Veintidós relatos que dan buena cuenta d(e la polivalencia y la amplitud de intereses de la autora, pero que en el fondo dejan muy claro su preocupación por unos temas muy determinados. La discriminación por género y los prejuicios raciales están casi siempre presentes, pero si hay un motivo que está siempre ahí, en primer o segundo plano, es el de la esclavitud —con componentes, además, hermanados con los dos anteriores temas—. No tiene porqué ser entendida literalmente como gentes cargadas de cadenas obligadas a pertenecer y trabajar para otros; sino que Jemisin entiende que la esclavitud tiene muchos, muchísimos rostros, y uno de los peores de todos ellos suele ser el de aquellas personas que se encadenan a sí mismas. Esclavitud física, esclavitud a un trabajo, a una persona, a una ciudad, pero también mental, a una idea, a unas costumbres o tradiciones tan difíciles de vencer. Hay mucha reivindicación en estos textos, mucha rabia justificada, muchas gritos en el silencio de la injusticia, pero también unos cuantos rayos de esperanza. Si el pasado es malo, lo importante es seguir luchando para que el futuro sea mejor. No sólo mejor para algunos, sino justo, solidario e igualitario para todos. Jemisin es una luchadora, y sus cuentos dan buena cuenta de ello. Con su ropaje de entretenimiento de Fantasía o Ciencia ficción son denuncias contra nuestra sociedad, contra la realidad tan palpable a nivel cotidiano, y también apuntes de cómo las cosas, algún día, van a mejorar. Leerlos es tanto una satisfacción literaria como un necesario recordatorio de que todavía falta mucho para poder descansar, pero que la meta se puede alcanzar.

Tras una combativa, instructiva e inspiradora Introducción, el relato que abre el volumen es una peculiar respuesta a uno de los cuentos más afamados de Ursula K Le Guin. En la distópica Los que se quedan y luchan (The Ones Who Stay and Fight) Jemisin dedica un buen rapapolvo al lector al tiempo que constata lo difícil, sino imposible, de alcanzar auténticas utopías. En una ciudad que se regodea en la alegría, en la igualdad y en la tolerancia, donde todos sus habitantes viven en armonía, existe el riesgo de contagiarse de ideas nada convenientes, las de nuestro propio mundo comunicado con aquel por sorprendentes vasos comunicantes. Y, sin embargo, cuando se escarba bajo las apariencias no todo es tan idílico como parecía en principio. ¿Si una utopía tiene espinas, si se mantiene con secretos y mentiras, sigue siendo una utopía? ¿Puede una existencia permanecer idílica cuando toda ella depende de un control no por casi invisible menos férreo y despiadado?

A continuación La ciudad que nació grandiosa (The City Born Great), relato que da título a la recopilación, es un cuento que me ha provocado sentimientos encontrados. Por un lado me ha parecido —espero estar equivocado— que se deja llevar de forma algo simplista por la corriente pro Leyenda Negra, alegando que «llegó Colón, se cargó a los indios y hubo que empezar de cero», cuando todo el mundo sabe que Nueva York, esa ciudad que parece ser nació grandiosa, y cuya alma está aquí a punto de ver la luz, se asienta sobre terreno inmaculado, y cuando en el mismo cuento la autora aboga por ese mestizaje, esa mezcla de procedencias y culturas como el foco para el nacimiento «consciente» de una urbe. Por otro lado es precisamente ese mensaje de apertura, de aceptación del extraño, del diferente, lo que hace tan profundo e interesante su mensaje. Se trata de un relato con un toque animista, con ciudades que nacen o mueren antes de cumplir su propósito, de tomar consciencia de sí misma, mientras su encarnación humana, quien debe guiar al nuevo espíritu hasta su alumbramiento, se debate ante las amenazas, luchando por que el acontecimiento llegue a su feliz término.

En Bruja de tierra roja (Red Dirt Witch), con la acción situada durante la época de la segregación racial en los EE.UU., tiempos malos se aventuran para los negros cuando empieza la lucha por sus derechos. Con un sabor de cuento popular, una mujer con poderes anticipa la llegada de una Dama Blanca que quiere arrebatarle lo que más quiere. Pondrá todas sus fuerzas y conocimientos en evitarlo, pero a veces hay que aceptar un pequeño mal para evitar uno mucho mayor. Un relato que habla tanto de la discriminación como del amor, sacrificio y entrega de una madre por los sueños de una hija, y de las duras lecciones del crecimiento.

La moderna alquimia de L’Alchimista se esconde en los fogones de una taberna de mala muerte en Milán. La magia se realiza en la mezcla de los ingredientes, en su correcto cocinado, en la precisión de las cantidades y en el cuidado del guiso. Una historia que habla de cómo muchas veces las personas más dotadas son apartadas y relegadas a tareas menores; y de cómo esas capacidades terminan por salir a flote. De cómo poner en cuestión las habilidades de alguien hace que se esfuerce todavía más por refinarlas.

El motor de efluencia (The Effluent Engine) es una Historia paralela, casi steampunk, en la que para mantener la independencia de Haití de aquellos que desearían volver a esclavizar a su población, esta debe conseguir armas para combatirlos. Jessaline viaja a Nueva Orleans buscando a un químico que consiga diseñar un motor para sus dirigibles impulsado por los vapores extraídos de la efluencia, algo que no resulta sencillo en absoluto. Una historia de emancipación, de prejuicios de raza y género, de injusticia, de engaño, y de ansias de libertad, un bien por el que merece la pena luchar y entregar todo lo que se posee, ya sea riqueza o amor. Una narración que deja con muchas ganas de conocer más del escenario y de los personajes implicados en la aventura.

Con un tono de denuncia ecológica, en el futuro indeterminado de Cielos de nubes draconianas (Cloud Dragon Skies), ante la desastrosa situación de la Tierra, la mayor parte de la humanidad optó por deplazarse al espacio más allá de Marte, pero unos cuantos decidieron quedarse y luchar por pervivir entre los restos, entre nubes tormentosas que encierran unos prodigios que los que se fueron no podrían llegar a comprender por muy adelantada sea su tecnología con respectos la de los que decidieron vivir según preceptos más antiguos. Hay cosas que la arrogancia no permite ver, asunciones de superioridad que muchas veces son equivocadas, acciones bienintencionadas que terminan mal. Y aún así la esperanza sigue latiendo al final del relato. Un relato tan extraño como evocador, que vuelve a hacer gala de ese aroma animista y espiritual ya mencionado en otros cuentos anteriores, y que viene a señalar que la convivencia es posible, que la mezcla es deseable y que no se puede, o se debe, juzgar aquello que se desconoce desde la óptica de lo que es cotidiano y deseable para uno mismo.

La chica troyana (The Trojan Girl) plantea preguntas que quizá deban ser enfrentadas en un futuro muy cercano. ¿Tiene menos existencia real un ser virtual que uno físico? Jemisin tiene claro que no. Es este un cuento complicado de inicio, en el que es mejor dejarse llevar por la jerga y la ambientación, y luego ir rescatando tanto la trama como el escenario para salir victorioso de una estupenda historia de herencia, identidad, empatía, compañerismo y pervivencia.

En una sociedad que guarda un aciago destino para los mejores Zinhle aspira a ser La mejor de su promoción (Valedictorian), y en su camino descubrirá la importancia, hoy y siempre, de permanecer fiel a unos principios, de no dejarse arrastrar por la masa, de no aborregarse, de romper las cadenas de lo establecido y luchar contra el conformismo. Quizá sobresalir sea malo, pero peor será estancarse y dejarse llevar sin propósito ni meta alguna. Un bello relato sobre el esfuerzo y sobre la falta de intereses y el vacío que amenaza a toda una generación, a toda una sociedad que no busca sino ver el día siguiente sin grandes alicientes.

Con una cadencia de cuento oriental y un mensaje bastante siniestro, en El reemplazo del cuentista (The Storyteller’s Replacement) el cuentista habitual no ha podido acudir esa noche, así que en su lugar acude un reemplazo que le contará a su oyente la historia del rey Paramenter de Sosun y la búsqueda de solución para su problema de impotencia. Si el rey consiguiese comer el corazón de un dragón todo se resolverá de la manera más satisfactoria, pero ¿cambiaría algo si sus cazadores no encontrasen un macho y el corazón perteneciese a una hembra? Cosas sorprendentes, sin duda. Una perfecta alegoría sobre la ambición desmedida, sobre la fuerza de los deseos, y sobre los atajos para conseguir satisfacer los deseos. Al final, quizá, lo obtenido no sea lo que se deseaba, pero sí lo que se merecía.

Fe, ciencia y supervivencia se encuentran en Las novias del cielo (The Brides of Heaven) En una colonia en un planeta aislado y remoto, Dihya parece haberse vuelto loca y, tras una huida al desierto, ha vuelto para sabotear la purificadora y con ella las escasas reservas de agua del asentamiento. Sin ellas los habitantes de la colonia, todas mujeres, estarían condenados a una muerte agónica e inevitable. Pero, ¿y si hubiera una razón tras sus acciones? ¿Es cierto que busca salvarlas a todas cuando parece condenarlas a una muerte atroz? Religión, ciencia, maternidad y supervivencia perviven en difícil equilibrio, como siempre ha ocurrido por otra parte.

Los evaluadores (The Evaluators) es un curioso relato de corte experimental, jugando con una cronología desordenada en forma de mensajes e informes cruzados por diversos personajes, sobre el Primer Contacto y posterior misión para establecer un Tratado Comercial con un planeta recién descubierto y los seres inteligentes que lo habitan. Una evaluación en que evaluadores y evaluados pueden fácilmente confundirse. Sutil, irónico, divertido y estremecedor, peca de un tanto confuso en el exceso de información que el lector debe desentrañar en muy breve longitud. Una constatación de cómo las apariencias engañan y el antropocentrismo de la humanidad puede llevar a unas conclusiones muy alejadas de la realidad. Y es que asumir según qué cosas en virtud a lo que siempre se ha conocido puede resultar muy equivocada. Una lección que traspasada a nuestra sociedad deja con sensaciones de lo más encontradas.

En Caminar despierta (Walking Awake) Jemisin da su respuesta a todas esas historias en que entidades ajenas se hacen con el manejo de individuos contra su voluntad para prolongar su existencia del corte de Amos de títeres o Ladrones de cuerpos. Y lo hace de una manera tan ejemplar como estremecedora, hablando de inevitabilidad, de complicidad, de renuncia, de horror, de esclavitud y de vindicación de los oprimidos sobre los opresores. Lo peor no es lo que unas personas le hacen a otras, sino lo que se hacen a sí mismas. A veces, casi siempre, la amenaza no viene del espacio exterior, sino de la propia sociedad construida para bien de unos pocos, y de la aquiescencia de quienes se encuentran bajo su yugo.

En el distópico y terrible escenario planteado en La bailarina del ascensor (The Elevator Dancer), tan breve como reivindicativo, un vigilante observa en sus pantallas cómo una joven baila en la soledad del interior de un ascensor en una sociedad represiva que la castigaría por hacerlo. Pero él ve la belleza, el desafío silencioso, en su acto. ¿Cuántas veces miramos alrededor y no nos damos cuenta de tantas prohibiciones como nos atan? ¿De tantos prejuicios que ponemos sobre otras personas, sobre el otro sexo? ¿Por qué no liberarse? ¿Por qué no soñar, por qué no bailar aunque quizá ni siquiera se esté ahí en realidad, aunque pensemos que nadie nos contempla?

Es Cuisine des Mémoires otra historia sobre cocina, o al menos eso aparenta, porque encierra un viaje mucho más lejano de lo que una simple visita a un restaurante pudiera esconder. Cuando Harold es invitado por Yvette, un mero vistazo a la Carta ya da indicio de ello. La degustación de un plato imposible de reproducir llama a la introspección, a pensar sobre los errores del pasado, a meditar sobre el amor y a descubrir si uno se equivocó en sus decisiones y si algo de eso tiene solución. No somos esclavos de nuestras acciones, pero nos inhabilitan en demasiadas ocasiones.

Hambre de piedra (Stone Hunger) es un antecedente de la Trilogía de la Tierra Fragmentada. Ykka solo busca sobrevivir en un mundo devastado, en unas ciudades que a duras penas se mantienen tras la catástrofe. En la piedra paladea un sabor picante, a vinagre, y sabe que más allá de la mera supervivencia lo que la mantiene en pie es la búsqueda de venganza contra quien destruyó todo lo que conocía y amaba, abandonándola a un mundo que la odia y que busca su muerte. Un comepiedras le abrirá el camino tanto de la venganza como de un propósito más allá de la misma. Muy curioso para quien haya disfrutado de la trilogía y un buen avance para quien no.

Hace un tiempo alguien, no diré quien, me comentó que no hiciera comparaciones con un autor en una reseña sobre el libro de una autora, que parecía condescendiente, pero no puedo resistirme. En la ribera del río Lex (On The Banks of the River Lex) es una obra que podría haber salido de la pluma del mejor Gaiman, y espero que la afirmación sea tomada como el halago que intenta ser. En un mundo en que la humanidad parece haber desaparecido, los dioses de todas las corrientes y las personificaciones de conceptos arquetípicos como la Muerte o las Canciones Infantiles pululan por las calles de Nueva York en un intento de mantener un estatus que ya no existe. Las ideas necesitan quienes las piensen para mantener su existencia, los dioses necesitan adoradores para sustentar su integridad. En un mundo sin humanos, ¿cómo podrían conseguirlo? Es un cuento profundamente reflexivo, divertido en más de una ocurrencia y profundamente humano en su retrato de todo aquello que la humanidad crea por necesidad o por puro aburrimiento.

Perteneciente al escenario creado para su duología Dreamblood, a la que sirve como una suerte de precuela, en El narcomante (The Narcomancer) un hombre va a descubrir que las apariencias y las ideas preconcebidas, los prejuicios, pueden llevar a engaño, y aceptar que uno está equivocado no es tan sencillo como pudiera parecer. Cet el Segador va a recibir un encargo que cambiará su forma de ver el mundo a la vez que le requiere el mayor sacrificio posible. Un cuento que habla de tolerancia, de entender y acoger al diferente, de no fiarse de la primera impresión o de las murmuraciones; de ambición justificada y de luchar por lo que es justo.

Henosis es un relato muy breve y de capítulos desordenados —empieza por el 4, sigue por el 2, salta al 1 y prosigue con el 5…— que versa sobre la inmortalidad inmaterial de los famosos, un escritor en este caso, y de la mortalidad de quienes corporalmente son en realidad. Un tirón de orejas para tantos egos desmedidos que va poco más allá de la anécdota, pero que resulta de lo más simpático. Harkim es un reputado escritor que opta a un gran premio literario. Al subir a su limusina descubre que el conductor no es quien debiera, sino que muy posiblemente esté siendo secuestrado por una persona que se declara fan suya y que le dice que lo hace por su propio bien. ¿Cambian los premios a los premiados?

El de Ayeres escasos, porvenires insuficientes (Too Many Yesterdays, Not Enought Tomorrows) es un escenario de lo más claustrofóbico en el que la humanidad ha quedado aislada en microuniversos para cada uno de sus individuos, desincronizados de modo que sólo pueden comunicarse en las redes, mediante mensajes y blogs, y que ven como la amenaza de desaparición pende sobre cada persona que conocen o creen conocer. El aislamiento rompe el sentido de pertenencia, y la comunidad se desintegra sin llegar a consumar su función. Bien podría ser un aviso a ciertos comportamientos de la sociedad actual.

Un tren para ti (The You Train) presenta una conversación, o monólogo ya que el lector solo conoce una parte, en el que una mujer le cuenta a su interlocutora como cree ver, esperando en los túneles o pasando sin detenerse por las estaciones, trenes cuyas líneas ya no existen o nunca existieron. En medio del estres y de la deshumanización es una llamada a la esperanza, al abandono de la rutina, a abrirse a la posibilidad de la aventura, a recuperar las sensaciones que antaño nos llenaban de emoción y que el día a día nos llevó a abandonar.

Probabilidades distintas de cero (Non-Zero Probabilities) es un relato sobre la suerte o la falta de ella, de supersticiones que se cumplen por pura probabilidad, y de la forma de enfrentar un mundo en que todo lo que pudiera ir mal lo hará. Irónico y lleno de mensaje. Adele enfrenta un mundo en que encomendarse a todo lo sagrado y lo profano es necesario para sobrevivir a todo aquello que la jornada le eche encima. No está de más rezar a un tiempo al Dios cristiano y a los orishás de sus ancestros para evitar las inevitables catástrofes que sin duda saldrán a su paso. Pero, si es imposible evitarlo, ¿no es otra cárcel lo que está creando a su alrededor para librarse de tantos males? ¿No es mejor enfrentar el futuro sin cadenas?

Cierra el volumen Santos, pecadores, dragones y apariciones en la ciudad que yace bajo las aguas tranquilas (Sinners, Saint, Dragons, and Haints in the City Beneath the Still Waters) Un hermoso relato en un Nueva Orleans bajo las aguas traídas por un huracán que se niega a retirarse. Un relato de hermandad, de solidaridad, de humanidad en la figura de Tookie, quien en medio del desastre buscará hacer el bien, ayudar en lo que pueda sin dejarse vencer por adversidades y odios, incluso cuando lo extraño sale a su paso.

Si se estaba pensando en leer la trilogía de la Tierra Fragmentada y todavía no se había decidido, muy posiblemente la lectura de estos relatos sea la mejor forma de entrar en los variados registros, estilísticos y temáticos, y en algunos de los particulares universos de Jemisin. Reivindicación racial, variedad e igualdad de género —sí, no se comenta en la reseña de cada cuento, ni falta que haría, pero gran número de quienes protagonizan estas historias son mujeres de color, lo que ya es toda una declaración de principios—, furiosas críticas sociales, denuncia política, visiones históricas de un mundo repleto de injusticias pero por el que merece la pena seguir reblando... Venga. El futuro nos espera. Marchemos todos juntos hacia él.

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