Guión y dibujo: Linda Medley.
Reseña de: Jamie M.
Norma Editorial. Barcelona, 2007. Título original: Castle Waiting. 264 páginas.
Muchas veces se ha hablado ya de la “edulcoración” de los cuentos tradicionales a manos de los Hermanos Grimm y compañía. Pues he aquí una revisitación a lo que podría haber sido el origen de muchos de ellos, con una visión nueva y desenfadada, llena de humor y plagada de referencias sutiles (o no).
Debo confesar que si esta historia me lo hubiera comprado en comic-books sueltos, seguramente no le habría dado demasiadas oportunidades. Los tres primeros capítulos de este tomo, narran una versión retocada de
Pero, como fuere que la edición de Norma es en tomo, que tampoco es que me estuviera disgustando en absoluto y que el dibujo merecía la pena, me adentré en el cuarto capítulo de Castle Waiting, y así descubrí que lo anterior tan sólo había sido un prólogo, una introducción, y que se podía decir que la verdadera serie empezaba allí, cuando acompañamos a Lady Jain en su camino hacia el castillo, convertido en un refugio para seres un tanto marginados después de que
Lady Jain, que escapa de un marido maltratador, arrastra un secreto que se irá haciendo patente conforme avance en su empresa hasta llegar a Castle Waiting. Allí la más asombrosa panoplia de personajes, incluidos algunos animales antropomorfizados, la recibirán con enorme hospitalidad y la harán sentirse por fin protegida, a pesar de la plaga de “alimañas” que infesta la fortaleza: Lutines, brownies, duendes, hobgoblins, piskies, kobolds… y, tal vez, algún fantasma. La vida, desde luego y pese a lo que ella misma temerá en un principio, no será aburrida para Lady Jain en Castle Waiting.
A partir de ese mismo cuarto capítulo, donde comienza la historia del viaje, el mismo dibujo se hace algo más vigoroso, más fuerte, con una nueva carga expresiva que dota a cada rostro de unos gestos plenamente reconocibles cargados de significado. La trama discurre sin demasiados sobresaltos, en una narración muy agradable, casi suave, con mucho humor y unas pequeñas gotas de acción. A lo largo de toda ella se pueden ir rastreando las referencias a otros cuentos tradicionales, no tan evidentes como el de
Es una historia para paladear con tranquilidad, para descubrir que hay mucho amor puesto en esas páginas, mucho humor, que entra suavemente, sin estridencias, y que conquista el corazón a poco que uno se deje.
Una nueva vuelta de tuerca a los cuentos tradicionales con una visión positiva. ¿Alguien había dicho que estaba ya todo escrito?
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