martes, 1 de febrero de 2011

Reseña: El cementerio de los reflejos

El cementerio de los reflejos.

Silvia Ibáñez Cambra.

Reseña de: Alb Oliver

Grupo Ajec. Granada, 2010. 447 páginas.

Interesante novela de Silvia Ibáñez Cambra, joven zaragozana, con la que inicia su debut como profesional. Para ello elige una historia ambientada en la ciudad de Zaragoza durante los años previos a la Guerra Civil, narrando dos historias paralelas hasta que finalmente quedan enlazadas.

El cementerio de los reflejos, nos cuenta la historia de Miguel Campos, un joven de familia de clase media-baja, que adora la lectura, al que poco a poco vamos viendo crecer y cumplir su sueño de convertirse en escritor. Nos es narrada una infancia que podríamos considerar traumática a todas luces, en la que el destino juega a su antojo de formas increíbles. En la mayoría marcado por la tragedia, casi cualquier atisbo de positividad muchas veces se vuelve en contra, lo que ayuda mucho a simpatizar con el personaje.

Si me preguntaran sobre la temática del libro, realmente no sabría responder si se trata de amor, misterio o el superar adversidades en la vida, dado que nos encontramos con todo eso mezclado hábilmente.

Lo que empieza como una tontería alimentada por la curiosidad de Adelaida, una niña huérfana a la que cuida su abuelo, y comparte días con Miguel al cuidado de sus padres cuando el abuelo de ésta tiene que acudir a médicos, poco a poco y al cabo de los años les lleva a conocer una historia de amor que ocurrió sin que ellos lo sepan, y que tiene cierto guiño a Romeo y Julieta. En parte, al paso de los años, la historia de amor que surgirá entre los dos, tampoco será una fácil.

Siguiendo un cúmulo de casualidades, Adelaida descubre en un mausoleo una carta dirigida a una joven ya fallecida, y Miguel, aunque reticente, le promete escribir el relato que hay tras esas cartas. Como ya he dicho, son varias coincidencias las que llevan a Miguel a conocer a los protagonistas de esa historia, y a convertirse en cierta forma en el protegido de Bruno Sanpedro, el propietario de una extraña mansión que da comienzo a las indagaciones de Miguel.

Ya he comentado que la historia ocurre en el periodo previo a la Guerra Civil, por lo que conforme se va desarrollando, presenta cosas que ocurrían entonces, como familias acaudaladas que emigraban a otro país para huir de la ella, o imágenes de niños mendigando o el estado de la ciudad con cadáveres por doquier.

Quizá se podría decir que falla en algún punto de la ambientación, pues a pesar de la época en la que está situada o de dar nombres de calles y establecimientos fácilmente reconocibles, la historia podría situarse en cualquier otra época o circunstancia, no siendo la guerra un transfondo de importancia para el relato.

Lo interesante del libro viene a ser el viaje de Miguel, desde la inocencia a la madurez, en la que parece que nada en la vida puede salir bien, pues cuando parece que una de sus metas se cumple, otra se ensombrece rápidamente. Tal vez no notamos la evolución de Miguel, mostrando ya desde niño (comienza con ocho años) una madurez propia de adulto, pero viene acompañada con situaciones cotidianas que hacen muy ameno seguir su historia.

En este aspecto se podrían señalar conductas repetidas en diferentes personajes, por ejemplo cuando uno recibe una herida, se da una especie de proceso, (coger de la mano, llevar al baño y curar con alcohol) que vemos tres veces en la historia. También indicar que hay tres niñas a lo largo del relato, que parecen ser la misma Adelaida, quizá pretendiendo de alguna forma sugerir que al protagonista le recordaban a ella.

Por otro lado, el nivel de misterio es plenamente satisfactorio, pues pocas veces se puede intuir lo que va a ocurrir a continuación, viendo como blanco de conspiraciones y traiciones a un simple chaval. Hay casos como que descubre que una muerte importante para él no fue accidental como en un principio se supuso, y eso da origen al resto de situaciones que ocurren.
Quizá siendo objetivos, podamos pensar que hay un exceso de casualidades en el libro, pero metiéndonos en la historia es algo que fácilmente se puede pasar por alto, dado que la historia nos mete de lleno en su mundo, narrado desde el punto de vista de Miguel, teniendo bastante fuerza para lograrlo.

Conforme la historia avanza, resulta más difícil no seguir leyendo, a mí realmente me engancharon las tramas que presenta, reservando muchas sorpresas al lector y haciéndole en ocasiones pensar en distintas explicaciones, que en mi caso resultaron erróneas.

Lo que hace una pena la lectura de este libro, es que habiendo hecho el esfuerzo de editarlo en tapa dura con sobrecubiertas, nos encontramos ya desde el mismo prólogo con enormes errores a la hora de su corrección, como frases repetidas, ausencia de determinantes y en otras su aparición sin sentido, y diversos errores ortográficos, que se mantienen capítulo tras capítulo. Hay alguna ocasión en la que llegas a dudar si es una falta de ortografía no corregida o simplemente un corrector automático haciendo de las suyas.

Para ser una primera obra, nos encontramos con una gran historia, quizá con defectos por pulir, que se corregirán con la experiencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

exceso de casualidades? conductas repetidas? tonterías, es lo mejor que he leído ultimamente, lo acabo de terminar y me he puesto a buscar más información de la novela y la autora, creo que esta reseña no le hace ninguna justicia, al contrario que el resto que he leído que lo ponen por las nubes, como se merece esta obra de arte

alb dijo...

Te quedas solo con lo negativo, comenté los puntos que considero positivos así como los negativos, y sinceramente si has leido el libro y no los ves, no me parece ver objetividad en tu comentario, ya que calificas como "tonterías" una opinión. En ningún momento considero que la autora no tenga talento ni merezca reconocimiento, pero me encantaría que ella misma leyera la reseña a ver qué le parece, pues juzgarse a uno mismo desde otro punto de vista quizá le sirviera para ver si puede coincidir y seguir avanzando como escritora.
¿No te parecen redundantes y muy casuales todas las cosas que le ocurren al protagonista? Cualquiera puede anticipar el final feliz.
Yo considero todas las obras literarias obras de arte, y como reza la presentación de este blog, solo soy un aficionado a la lectura que argumenta qué le gusta de los libros que lee y lo que no.

Santiago dijo...

Muy buenas.

Sin que entre en mi afán el defender a un compañero (que ya lo hace bastante bien él solito) y sin haber leído la novela (no por falta de ganas, sino de tiempo), debo decir que me sorprende un ataque tan despectivo ante una reseña que termina con la siguiente frase:

"Para ser una primera obra, nos encontramos con una gran historia, quizá con defectos por pulir, que se corregirán con la experiencia."

Tal vez es que el "anónimo" comentador no se la ha leído hasta el final. NO creo que conisderar la novela como "una gran historia" sea algo precisamente negativo. Opiniones las tenemos todos y está bien que no siempre coincidamos, pero se puede discrepar desde el respeto y defendiendo nuestras opiniones firmándolas y no tirando piedras desde el anonimato.

Por cierto, dicho sin acritud, el argumento de que "todos lo ponen por las nubes" hace tiempo que quedó rebatido por un millón de moscas (y con esto no quiero referirme a esta novela en particular, que ya he dicho que no me he leído todavía, sino a aquellas opiniones que parecen no tener otra argumentación que el gusto de una mayoría).

en fin, siendo de Zaragoza no puedo sino desear que Silvia triunfe por todo lo alto y se consolide en la literatura; pero paso a paso, que Roma no se construyó en un día y ninguno nacemos enseñados.

Saludos
Yago