sábado, 19 de febrero de 2011

Reseña: Penitencia

Penitencia. 

J.E. Álamo. 

Reseña de: Alb Oliver.


Grupo Ajec. Col. Albemuth # 34. Granada, 2010. 223 páginas.

Penitencia, de J.E, Álamo, es una novela que he disfrutado leyendo. Su argumento es algo que podríamos calificar de típico, asesino en serie perseguido por las fuerzas del orden, pero incluye un punto sobrenatural que le añade el toque curioso necesario para hacerla interesante.

El Segador, un asesino en serie con motivos religiosos, parece que se ha asentado en una zona tras haber realizado asesinatos rituales erráticos, lo que hace que la policía estreche el cerco sobre él. Ahí aparece Aguirre, miembro de la misteriosa Agencia debe pararlo a toda costa, y sin que las autoridades noten su intervención.

A partir de unos personajes muy bien construidos, se desarrolla una historia que pese a ser la que mil veces hemos podido leer, atrae con su avance, viendo las reacciones de los individuos ante lo que les rodea. El personaje del Segador, del que se nos cuentan detalles de su infancia en la que desarrolla tendencias psicópatas, afirma que “Él” es quien le explica qué pasos llevar a cabo, como por ejemplo acoger a Doña Prudencia “la Bruja” y a su hijo adoptivo (deforme, repudiado en el orfanato, y con unas pequeñas tendencias caníbales) como peones en un plan mayor, al servicio del señor de las tinieblas.

Por el otro lado tenemos a Javier Aguirre, hombre ya entrado en años, del que sabemos que entró en la Agencia tras descubrir la infidelidad de su mujer y enfrentarse a un proceso de separación. Siendo lo que se considera un lobo solitario, (aparte de tener otros hábitos de detective típico, como ser fumador, y frecuentador de bares) en esta ocasión acepta a su nuevo compañero, el joven Quique Fernández, que resulta el habitual contrapunto, joven, animado y pasional. Para su sorpresa, Aguirre entabla vínculos con dos secundarios, Baldo, un viejo residente en un asilo, testigo de uno de los crímenes y Gloria, una de las cuidadoras con la que parece ser desarrolla una relación algo paternal.

Los personajes creados por J.E. Álamo, son dotados de una amplia historia, poco a poco desvelada a lo largo del relato, mostrándonos las circunstancias que los mezclan en la trama, con gran habilidad. Lo que más destaco de ello es que en este libro son personajes que realmente resultan humanos, tal como podría ser protagonista el camarero del bar de la esquina de cualquier lector. Muchas de las situaciones reflejadas son de una cotidianidad que en ocasiones podría llegar a hacer pensar al lector que está leyendo hechos tal cual ocurrieron (eliminando de esto el factor sobrenatural).

Por contra, el Segador realiza rituales en sus asesinatos, hasta la fecha de sacerdotes, llegando a bendecir altares de iglesias y escribir con la sangre de sus víctimas un versículo del Apocalipsis. El resto de víctimas que aparecen, sufren muertes en situaciones que se podrían considerar gore, cuando para ejemplificar, algunas de ellas solamente mueren para alimentar al hijo de Prudencia. J.E. Álamo se recrea en crear pasados oscuros, dándoles la atmosfera de poder decir, eso ha pasado antes en tal sitio de la geografía española, o podría pasar.

Uno de los aspectos de la trama que menos me ha gustado, es que antes de llegar a la mitad del libro, ya se puede intuir lo que hay detrás del secretismo de la Agencia, para poco más adelante poder afirmar la hipótesis del lector. En cuanto al estilo, en ocasiones la misma cosa se agradece y en otra la encuentras fuera de lugar. Se mezclan continuos flashback los cuales veo bien cuando se meten en descubrir aspectos del pasado, pero en otros simplemente provocan la sensación de desorden en la lectura. En otras ocasiones nos encontramos con dos personajes dialogando, para en el siguiente párrafo encontrar a uno de ellos conversando con una tercera persona, sin indicar ningún cambio de escenario o referencia temporal, seguramente pretendiendo dar un tono cinematográfico al relato.

Igualmente, la historia viene dividida en capítulos marcados simplemente por el nombre del personaje, algunos de ellos simplemente de un párrafo que nos indican los pensamientos del individuo en cuestión.

¿Por qué recomendar la obra? Respuesta simple, es un relato ligero, con una dosis de intriga, situaciones exageradas tomadas con la naturalidad que se daría en la vida real, y bastante interés en los pensamientos que tomaría una persona cualquiera. Se hace muy amena tiene toques para que quien la lea, no pierda interés por el relato.

1 comentario:

Anabel Botella dijo...

A mí me pareció una novela estupenda, además de que Joe sabe crear personajes oscuros a partir de la cotidianidad.