sábado, 26 de abril de 2014

Reseña: Nacido de hombre y mujer, y otros relatos espeluznantes

Nacido de hombre y mujer, y otros relatos espeluznantes.
Cuentos fantásticos / 1.

Richard Matheson.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Ed. Gigamesh. Col. Gigamesh ficción # 53. Barcelona, 2014. Título original: Collected Stories. Traducción: Pilar Ramírez. 590 páginas.

Richard Matheson (1926-2013) es leyenda. No cabe duda. Y esta antología ―primera de dos― da cuenta de algunas de las razones para ello. El presente volumen recopila nada menos que 42 relatos, la gran mayoría de la producción del autor entre los años 1950 y 1954, el que fuera quizá el periodo más fértil de la pluma del autor. Resulta llamativo, y da muestra del buen hacer de la editorial ―y de la traductora, cabe añadir―, que desde aquel «cuadernillo» promocional que Gigamesh editara para el Día del Libro de 2008, para esta edición se haya revisado incluso la traducción de aquellos primeros cuentos; algo que se nota sobre todo en el muy inquietante relato que da título al volumen y que en esta nueva «versión» refleja con mayor fuerza la extrañeza de la forma de expresarse del narrador en primera persona. 42 cuentos, una barbaridad y una gozada; pues, entre el realismo cotidiano, la ciencia ficción y la fantasía oscura ―terror―, un gran número de estos relatos pueden ser considerados sin temor auténticos clásicos, con el innegable saborcillo pulp de la época en que fueron escritos; y, sin embargo, resulta sorprendente cómo mantienen una absoluta actualidad y frescura la mayoría de ellos.

El libro se abre con la Presentación de Luis Pestarini, a la que siguen la Introducción y la Adenda que el propio autor hizo para sendas ediciones de esta magna recopilación, en 1989 y 2003 respectivamente, dando cuenta de la profunda «paranoia» que le llevó a escribir prácticamente todos estos cuentos casi como una forma de exorcizar sus demonios internos y enfrentarse con la mente despejada al mundo. Como un muy interesante plus, cada relato se cierra con un pequeño comentario del autor, una especie de psicoanálisis de sus propias historias que sirve de una forma muy interesante para conocer su propia opinión, recuerdo, inspiración o impresiones sobre lo que escribió hace ya tanto tiempo. Además el lector así puede ser consciente de cuántos de estos cuentos han sido trasladadas al medio televisivo o cinematográfico.

Es obvio que en 42 relatos se puede encontrar de todo ―incluso alguno del que el propio Matheson opina que no era demasiado bueno―. Muchos temas, géneros, ambientaciones, protagonistas y escenarios; y muchas formas de enfrentarlos y desarrollarlos, de lo más serio a lo divertido. Hay en algunos de sus temas algo muy bradburiano, y no solo por su uso de los marcianos, sino también en lo ominoso de algún planteamiento y en la «normalidad» de sus personajes. Es curioso el recurrente uso por parte del autor del «escritor» como uno de sus narradores más utilizados. También resulta llamativa la facilidad de la que hace gala para cambiar de estilo, de punto de vista ―primera y tercera persona por igual― y de ritmo entre unos y otros, dando forma a una serie de cuentos siempre «elegantes», que van desde lo más experimental ―el propio relato que da título al volumen― hasta lo casi decimonónico, desde el humor al surrealismo, de la fantasía cotidiana al horror más cercano… dando cuenta de la enorme variedad de registros del autor. Destaca su enorme capacidad para colocar a esas personas absolutamente normales, anodinas incluso, en las más disparatadas situaciones, y seguir manteniendo en ellos unas reacciones de lo más humanas y comprensibles ―incluso ante el propio fin del mundo―.

Es obvio que se trata de cuentos «hijos» de su época, el principio de la década de los 50 del siglo pasado, tiempos de carestías y de pujanza industrial en los que todavía se confiaba mucho en los grandes avances científicos que se oteaban en el horizonte y se soñaba incluso con alcanzar otros planetas en un  marco temporal no demasiado lejano; con la II Guerra Mundial, y todo lo que supuso para el mundo, todavía muy reciente en la memoria, con la amenaza atómica y otras calamidades planeando sobre el futuro y, no obstante, un optimismo vital difícil de negar. Vistos desde la óptica de hoy en día pueden resultar incluso ingenuos; pero no se puede negar la capacidad de muchos de ellos para estremecer interiormente, con un toque más angustioso que terrorífico, eso sí. Casas encantadas, mutaciones humanas, gasolineras perdidas en medio de ninguna parte, bloques de edificios de lo más inocente, trajes que no son lo que parecen, personas a punto de convertirse en otra cosa, marionetas marcianas, viajes en el tiempo y el espacio, brujas adolescentes, extraterrestres con insidiosos afanes de conquista, hombres de la calle superados por las circunstancias extrañas que se apoderan de su vida, teléfonos que conectan con lugares imposibles, individuos que ven conspiraciones en todo lo que les rodea ―una vez más la recurrente paranoia―, robots con aspecto humano, una madre que quiere recuperar a cualquier precio a su hijo...

Relatos que exploran los miedos cotidianos del ser humano de a pie, del hombre común y corriente: el perder a un esposo ―ya sea en un viaje temporal o en una sórdida cafetería―, a una hija en otra dimensión; miedo a perder la memoria, el trabajo, la identidad ―o su suplantación―, a enfrentarse a seres de otros planetas ―un Marte habitado todavía era una posibilidad a tener en consideración―, a la deshumanización tecnológica ―las máquinas ocupando el lugar de los seres humanos o rebelándose contra los mismos de las maneras más inesperadas―; miedo a la discriminación social y racial ―simbolizada en el «otro», en el marciano o el extraterrestre, el diferente―...

Y sí, es cierto que algunos de los relatos se han quedado algo obsoletos, sobre todo aquellos situados en el «futuro» y que implican cierto desarrollo de la tecnología que no es la que podemos ver ahora mismo a nuestro alrededor ―discos de vinilo, pistolas de rayos, ausencia de ordenadores, internet o teléfonos inteligentes…― o en el desarrollo de las sociedades futuras que plantean; pero lo cierto es que leídos con la debida perspectiva del momento y el espíritu con el que fueron escritos siguen siendo un prodigio de imaginación y maravilla. Y es que se trata de cuentos que muchas veces utilizan el elemento fantástico como un mero toque de atención, una forma de subvertir la realidad y darle un nuevo, e inquietante, significado. Cuentos que con una frase final lapidaria cambian el sentido de todo lo anterior, con un giro sorprendente que obliga al lector a reinterpretar todo lo que ha leído. Matheson juega de forma sutil con la anticipación del lector para adelantarse a sus deducciones y sospechas y darle lo que no espera. Llamados a estremecer, a conmover, a sorprender, a horrorizar o a empatizar, no dejan indiferente y se leen con el agrado de las historias fantásticas que no pasan de moda.

Nacido de hombre y mujer, y otros relatos espeluznantes incluye los siguientes relatos:

Nacido de hombre y mujer.
El tercero desde el sol.
Cuando duerme el que vela.
Hijo de sangre.
El hombre es lo que viste.
El vestido de seda blanca.
Regreso.
La cosa.
Por los canales.
Guerra de brujas.
Aviso previo.
Hermanos de las máquinas.
Co…
Querida, cuando estás cerca de mí.
Casa de locos.
Un bloque espacioso.
El anuncio de la SRL.
Un castigo proporcionado.
La nave de la muerte.
Desaparición.
Los desheredados.
Servicio de difuntos.
Se cierra el círculo.
El último día.
Lázaro II.
Legión de conspiradores.
La niñita perdida.
Conferencia telefónica.
La Casa Carnicero.
Intruso.
La boda.
Paja mojada.
El ser.
El niño curioso.
Querido diario.
Descenso.
El muñeco que lo hace todo.
El hombre que creó el mundo.
La prueba.
El viajero.
Cuando se apaga el día.
La danza de los muertos.

Un volumen que tendrá su continuidad en una segunda entrega, con la producción breve de Matheson hasta 1970, titulada Pesadilla a veinte mil pies, y otros relatos espeluznantes. Yo ya la estoy esperando.

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Reseña de otras obras del autor:

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