Ana García Herráez.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Apache Libros. Madrid, 2019. 368 páginas.
Con el poder de la tradición oral, los cuentos, la música y la bella Irlanda y sus parajes de leyenda en primer plano El sendero de la palabra es una narración que va desenvolviendo las distintas facetas de la pérdida, del amor y de las relaciones interpersonales, y de la memoria. El dolor de la pérdida que arrasa con todo, tiñendo cualquier aspecto de la vida, amargando cualquier rayo de luz. El amor en todos sus aspectos: la entrega por la familia y por los amigos; la pasión por una pareja, carnal y arrebatado; la rendición a los pies de la cultura, la tradición y las artes. García Herráez presenta un relato fantástico a caballo de dos tiempos, presente y pasado, que bucea en el suspense y el misterio para ofrecer una historia cargada de sentimiento. Como tema central la necesidad de la ficción, de la fantasía, de los cuentos, en la vida de todas las personas para realizarse de una forma plena. La narración delata un profundo amor de la autora por los relatos, orales o escritos, y la gran admiración por las personas dotadas para conquistar la atención y la imaginación del público mediante el uso enhebrado de las palabras, mediante lo que el poder de las historias puede causar en las personas que las escuchan o leen, y llegan a vivirlas y atesorarlas en sus corazones. De la tradición de los pueblos guardada en la memoria de los cuentacuentos y en los recuerdos de los ancestros, de las lecciones que todavía encierran las leyendas, de la sabiduría atesorada a lo largo del tiempo y que no debiera ser dejada de lado sin más. También se encuentra muy presente en el relato la música y su poder sanador, su evocación de sensaciones y de evasión.
En una ciudad de España Connell, de ascendencia irlandesa, es un profesor universitario a punto de cumplir treinta años, muy amante de los cuentos y de narrar historias, que está pasando por un mal momento. A la enfermedad de su madre se suma una tragedia familiar que va a dejarle marcado sin remedio. Además, las pesadillas recurrentes que no cejan de poblar sus noches le impiden el descanso. Así, debido la suma de un buen número de factores, en el que sin él saberlo no es menor el deseo de su madre y la mejor amiga de esta, Dora, quien les acompaña desde su traslado desde Irlanda, toda la vida de Connell, de que recupere una supuesta memoria perdida, decide visitar la tierra de sus ancestros y emprende viaje hacia allí, recalando en el pueblo de Doolin, donde conocerá a alguno de sus más peculiares habitantes y se irá integrando en la vida cultural del lugar gracias a su habilidad como cuentacuentos, un auténtico seanchai como los de tiempos pasados. Pero el mal también le acecha allí y pronto sucesos desgarradores truncarán la que prometía ser una estancia de incipiente felicidad.
Connell debe recuperar algo que siquiera sospecha haber perdido, emprendiendo así sin saberlo un viaje de autodescubrimiento donde deberá enfrentar lo que las leyendas deparan para él. A lo largo de su periplo vital los protagonistas deberán enfrentar un implacable enemigo, dotado de dotes mágicas, que no dudará en echar mano de las más oscuras artes y tretas para conseguir su objetivo. Las leyendas cobran vida, las antiguas historias pasadas de madre a hijo encierran una sabiduría ancestral, necesaria tanto para salvar un amor como un reino. Los necesarios secretos se convierten en ponzoña, en hiel y desesperación en el corazón de quienes deben guardarlos.
La novela se estructura en cuatro partes: La primera, Silencio, muy breve, sirve más que nada de introducción a la historia y de presentación del protagonista tra s el dramático evento que cambia todas sus perspectivas. Tras asistir al entierro de alguien muy cercano, alguien muerto en unas circunstancias tan tristes como de alguna forma extrañas, y que ha supuesto un terrible y muy doloroso golpe para él, incluyendo un sentimiento de culpa al que es difícil dar la espalda, Connell se replantea muchos aspectos de su vida, empezando por su carrera académica y siguiendo por su lugar de residencia. Le resulta muy duro dejar a su madre, enferma, pero quizá ir en busca de sus raíces, coger distancia, sea la única solución al dolor de su corazón.
La segunda y tercera partes ocupan el grueso del volumen. El sendero de la memoria refleja la historia de Connell en Irlanda, de su llegada al lugar, su asentamiento, experiencias y vivencias en el pueblecito de Doolin, y los sucesos que allí van a tener lugar. Presenta la vida nueva que se va construyendo, las amistades que forja, el nacimiento de un auténtico cuentacuentos e, incluso, un incipiente amor. Un viaje que impulsará un nuevo conocimiento sobre sí mismo y sobre muchas circunstancias de su vida que nunca se había cuestionado. Pues no todo es de color de rosas, ni mucho menos. El dolor sigue acechando, y los nubarrones pueden teñir de oscuridad sus días mucho más rápido de lo que nadie pudiera sospechar. hay una sensación de cuenta atrás, de un final que se acerca amenazador y ante el que el protagonista debe actuar sin siquiera ser consciente de ello. El amor, la amistad, la lealtad, el poder de la memoria y el significado de los sueños, la fuerza evocadora de la música y los golpes inevitables de la vida se revisten de singular importancia, forjando una determinación que el protagonista muy pronto va a necesitar. ¿Será capaz de hacer frente a todo lo que se le viene encima?
Dando un salto temporal al pasado de la Irlanda del siglo XII, tierra de druidas y magia ancestral en un momento de cambio trascendental, la tercera parte, La voz hallada, sumerge la historia en una nueva dimensión feérica heredera de las viejas leyendas célticas y con el destino de un reino heredero de las tradiciones de los Tuatha De Danann en el fiel de la balanza. Terribles eventos se van a desencadenar sobre el reino, sobre su soberano y sobre aquel que debiera haber sido su fiel seanchai, arrebatado mucho tiempo atrás de la corte por las maniobras de un extranjero que ansiaba, entonces y todavía ahora, hacerse con el poder y con la promesa de inmortalidad asociada al trono. Pasado y presente se reflejan el uno en el otro, demostrando que las raíces de la historia se extienden de formas insospechadas en el tiempo. Y es aquí donde el lector debe apostar por creerse lo que se le está contando y seguir inmerso en la lectura o cuestionarselo y empezar a verle algunas costuras al relato. Si se sigue adelante la historia todavía ha de presentar interesantes alicientes. Amor, luchas, drama, entrega y sacrificio, lealtad, traición, magia, poesía, música de nuevo... Y el poder evocador de las palabras enhebradas en los cuentos que muy bien podrían hacerse realidad y sostener un reino.
La última parte de la novela, Las alas de la memoria, es un breve corolario a modo de epilogo que sirve para cerrar convenientemente las líneas seguidas con un broche emotivo, triste y sincero.
La autora hace gala de una recursiva prosa, llena de imágenes poderosas y de lírica melancolía. La narración, en virtud de las necesidades del relato, tan pronto se remansa, se toma su tiempo para describir los escenarios, caracterizar a los personajes o presentar las circunstancias del drama como se embravece en peligrosos rápidos donde domina la aventura y el peligro. Y, aunque puede pecar quizá en exceso en ocasiones de «contar» mediante diálogos y exposición directa el trasfondo y las historias precedentes de cómo se ha llegado hasta allí que mejor deberían haber sido «mostradas», el final deja el poso de las historias sinceras, del cariño demostrado por la tradición oral y escrita, por la literatura y la música tradicional, del amor incondicional a Irlanda, tierra de leyendas y paisajes subyugantes donde las haya, y de unos personajes que han vivido una aventura más grande que la vida misma.
2 comentarios:
Hola.
No lo conocía y me ha llamado la atención. Por lo que cuentas tiene una dosis dramática pero contada de forma mágica y especial, creo que podría disfrutarlo. Me lo apunto.
Un saludo.
Hola.
La trama tiene bastante drama, sí, con algo de aventura y cierta carga sentimental. Un poquito de magia y mucho amor por las historias y la música.
;-)
Saludos
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