Una novela de Mundodisco.
Terry Pratchett.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Plaza & Janés. Barcelona, 2007. Título original: Jingo. Traducción: Javier Calvo Perales. 399 páginas.
¡Voto a bríos! es, seguramente, la novela más comprometida de Terry Pratchett. El autor casi siempre intenta introducir una nota reflexiva en todos sus libros, pero en este ha entrado a fondo, repartiendo sus nada veladas críticas a diestro y siniestro. El libro, a pesar de que a nosotros nos haya llegado ahora, es de 1997, cuando el tema estaba candente, pero que hoy en día, en el mundo post 11-S en el que vivimos, sigue igual o más vigente que entonces, metiendo el dedo en muchas llagas, invitando a reflexionar sobre muchos temas de la actualidad que nos rodea y que no nos caen tan lejos como pudiera parecer.
La aparición de un islote, la legendaria isla perdida de Leshp que emerge de las profundidades marinas, sin más valor que el arqueológico y, desgraciadamente, el estratégico, causará el enfrentamiento de dos grandes potencias del Mundodisco: la ciudad-estado de Ankh-Morpork y el antiguo imperio del desierto de Klatch (con más que evidentes referentes arábigos), cuando dos pescadores, uno de cada procedencia, reclamen derechos de descubrimiento sobre la misma. Cuando los dirigentes de ambos bandos se hagan eco de la reclamación sobre su soberanía, propiciarán, precisamente con la excusa de tratar de evitar una posible invasión por parte del otro, un estado de guerra totalmente inevitable dadas las antagónicas posturas. ¿No nos suena de nada? Y como toda guerra necesita una mecha que la encienda, nada mejor que un complot para asesinar al enviado de paz klatchiano, nada menos que el propio hermano del sultán, para hacerlo explotar todo. Un complot de origen nada claro, dado que ambos bandos tendrán los motivos y las oportunidades para llevarlo a cabo.
Y es a partir de ahí cuando Pratchett no deja títere con cabeza, criticando duramente, pero sin perder un ápice de humor, a las clases dirigentes, a los poderes militares, a las masas fácilmente manipulables, a la turba irreflexiva, a los hombres de negocios que ven en la guerra una oportunidad de enriquecerse, a los políticos que no dudan en traicionar a sus propios pueblos para conseguir sus ambiciones, a la industria armamentística que sólo busca su provecho sin pensar en el uso que se le da a sus productos… Con el patricio lord Vetinari maniatado de manos por las antiguas y casi ignotas leyes de Ankh-Morpork, sólo el comandante Sam Vimes permanecerá como la voz de la razón, y tratará contra viento y marea de llevar algo de cordura a la situación; algo nada fácil, y que le llevará a formar un regimiento con los miembros de la disuelta Guardia y a cruzar el mar para ver con sus propios ojos la locura de la guerra.
¡Voto a bríos! trata de la absoluta falta de comunicación y por lo tanto de entendimiento entre las sociedades de diferente ideología, muchas veces porque ni siquiera desean entenderse desde un principio. De la xenofobia, del odio al que es diferente simplemente por serlo (y en Mundodisco las diferencias son patentes), por el color de su piel, por su acento o tan sólo por llevar un tipo de ropa distinta. Nos habla del uso (mal uso) y la manipulación del populacho enardecido por los sentimientos nacionalistas o del orgullo racial por aquellos que sólo buscan su propio beneficio, sin pensar en los individuos. Se trata de una novela profundamente antibelicista, que ataca por igual al desarrollo armamentístico como a aquellos que hacen uso del miedo y la desconfianza de las gentes para labrarse su propia carrera y ascender posiciones en la escala social sin arriesgar su propio pellejo, dejando que otros luchen sus batallas sin sentido. Y todo ello sin perder un gramo de comicidad, aunque el humor sea esta vez algo más ácido, cáustico incluso, que en otras ocasiones. El tema, sin duda, lo merece.
Según leo, el título original (Jingo) viene de la expresión inglesa "By jingo!", que era el grito de desafío que era usado en los siglos XVIII y XIX por las tropas británicas antes de lanzarse al combate. Resulta pues bastante acertada la opción elegida para el título en español, ya que la conocida expresión ¡Voto a bríos! resulta hasta coincidente en el tiempo con la expresión inglesa. Es esta una novela cargada de referencias, desde una particular versión de la noche de los cuchillos largos hasta el imprescindible Zanahoria en un papel a lo Lawrence de Arabia unificando las tribus del desierto klatchiano y plagando el texto de “homenajes” a la película de David Lean, pasando por un peculiar inventor muy “da vinciniano”.
Lástima que quienes mejores lecciones podrían sacar del libro seguro que ni se acercan a sus páginas. Para el resto, mi sincera recomendación de una de las más completas, redondas y mejores novelas del Mundodisco. Pratchett consigue, sin hacer perder la sonrisa del lector en ningún momento, invitar a la reflexión sobre temas de la mayor importancia y vigencia. Con su habitual prosa desenfadada, aparentemente simple, bucea en profundidades que quizá no hubiesen podido ser tratadas del mismo modo en un texto de carácter e intenciones más “serias”, a la vez que crece su valor didáctico por la forma amena que tiene de afrontar tan terribles problemas. Una gozada.
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