Leah Cohn.
Reseña de: Jamie M.
Ediciones B. Barcelona, 2011. Título original: Der Kuss des Morgenlichts. Traducción: María Alonso. 356 páginas.
Después de leer Hush, hush, un libro que, a pesar de sus aciertos, prometía más que lo que luego daba, confieso que afronté la lectura de este Nefilim, una novela que a priori (más que otra cosa por el título) se podría suponer de temática aparentemente similar a aquella, con cierta reticencia. Y qué equivocado que estaba. Son dos libros como la noche y el día, totalmente opuestos en concepción y desarrollo.
Esta es la historia, contada en primera persona, de Sophie Richter, una dotada estudiante de música con un tremendo miedo escénico que la agarrota cuando debe tocar en público o afrontar sus exámenes de piano. Cuando conozca a Nathanael Gregory, un portentoso violonchelista, en el Mozarteum, el centro donde ella cursa sus estudios musicales, y sea invitada a interpretar un tema con él, su destino quedará sellado irremediablemente. Prototipo de hombre misterioso, de pasado ignoto, fascinante y atractivo, Sophie se enamora locamente de él. Pero tras un breve periodo de pasión y alegría, Nathanael desaparece dejándole a la joven un inesperado “regalo”. Durante siete años su vida continuará adelante, hasta que de repente las cosas cambien con un nuevo vuelco y los sucesos extraños irrumpan en su existencia obligándola a redefinir todos los parámetros en los que hasta el momento se desenvolvía.
Nefilim es la historia de una joven que se deja llevar por un amor irracional, un flechazo a primera vista en que se mezclan el atractivo físico y el embrujo que el virtuosismo musical del hombre causa en ella, pues realmente Sophie nunca llega a “conocer” a Nathanael más allá de su pasión por la música, no sabe nada de su pasado, de su personalidad, de su familia si es que la tiene... Una joven que posteriormente tendrá que afrontar las consecuencias de sus actos irreflexivos, viéndose de repente envuelta en un combate milenario entre seres que se odian, peón de poderes que sin duda la superan. Pero que nadie espere la aparición de ejércitos de ángeles y demonios, que nadie espere la guerra entre el Cielo y el infierno; no, esta es una historia algo más mundana, cercana, de enfrentamientos personales, individuales, de seres que viven ocultos desde el principio de los tiempos entre la Humanidad, luchando por un difícil equilibrio entre los que buscan el bienestar propio a cualquier precio y los que persiguen el bienestar de los humanos aún a costa de su propio sacrificio.
Junto a la voz narradora de Sophie, la autora intercala en el relato unos pequeños incisos en tercera persona y en cursiva siguiendo a un personaje no identificado que parece espiar los pasos de la protagonista, dándole un preciso contrapunto a los hechos y añadiendo un elemento de intriga y amenaza a la acción que a la vez sirve para clarificar algún punto de la historia. Mientras los misterios se van desvelando, la figura en las sombras mantiene la tensión con las breves pinceladas que nos ofrece la autora.
Lo primero que llama la atención en la novela, gratamente, es el cambio del escenario típico de este tipo de historias. Debido a la nacionalidad austriaca de la autora, la trama tiene lugar en Salzburgo y en la región de Hallstatt de su país. Ya solo ese detalle consigue imbuir a la narración de unos aires distintos a los acostumbrados. No hay aquí nada de los ambientes sórdidos y oscuros en los que suele moverse la fantasía urbana. De hecho la mayor parte del relato tiene lugar en un pueblecito de montaña, donde también hay sucesos luctuosos, como los asesinatos de diversos excursionistas, pero que se encuentra muy lejos de los escenarios típicos de bajos fondos, cazadores de monstruos y toda esa ralea habitual en el género paranormal. Hay un malo malísimo, eso sí, algo decimonónico, todo hay que decirlo, demasiado consciente de su papel, y que despierta en el lector numerosos sentimientos, haciéndose odioso, patético o conmovedor según el momento.
Un acierto de Cohn es que comienza la obra, de forma obvia, con la historia de amor entre Nathanael y Sophie, como una historia romántica necesaria para lo que ha de venir después, pero que pronto deja paso a la intriga, la tensión y el misterio. El giro hacia el thriller y el suspense que imprime la autora a la acción, cambiando hábilmente los parámetros del relato con ese salto temporal de siete años, es sorprendente a la vez que gratificante, ofreciendo un relato que se lee de un tirón de manera fluida.
Sophie es una mujer “normal”, no tiene poderes ni una personalidad arrebatadora, no es una experta en armamento ni en lucha cuerpo a cuerpo, sino que se trata de una mujer tímida, llena de dudas sobre sí misma, valiente a pesar de todas sus debilidades, y cuya mayor preocupación es el bienestar de su hija Aurora, una muchacha por la que sería capaz de cualquier cosa, afrontando los mayores peligros para mantenerla a salvo de un mundo hostil.
No aparecen más seres paranormales que los que ofrece el título en español (pues en el original no se los menciona en absoluto), e incluso estos quedan un tanto indefinidos, jugando con las reminiscencias bíblicas para ofrecer una historia muy lejos de connotaciones religiosas, sin profundizar realmente en el mito de los ángeles caídos, pero dando un buen uso de cierta cita del Génesis.
El estilo es sencillo y agradable, suave, sin estridencias (incluso cuando la autora describe la víctima de un asesinato lo hace sin truculencia alguna), muy adecuado para el tipo de historia que se está contando, sin presentar dificultad alguna para seguir la lectura, con una prosa directa que va desgranando los sentimientos de Sophie mientras avanza su historia consiguiendo así que el lector se introduzca en su cabeza y pensamientos haciéndola muy cercana. Esta circunstancia, sin embargo, tiene el problema de distanciarlo del resto de protagonistas, dejándolos muy desdibujados y haciendo que sus acciones a veces no sean todo lo comprensibles o coherentes como deberían, como es el caso de Nele, la mejor amiga y compañera de piso de Sophie, o incluso de Nathanael, en el que la autora no profundiza en absoluto a pesar de ser uno de los principales implicados en toda la trama.
Es cierto que realmente no hay mucha acción en el libro, no hay grandes enfrentamientos ni combates (y cuando los hay ya se ocupa la autora de sacar del foco a Sophie para no tener que reflejarlos más que como fondo), poco más que algún duelo a espada o el asalto a una vivienda. Es así un libro sencillo, ameno, pero no “trepidante”, aunque sí sabe mantener la tensión y el interés por conocer el destino de Aurora. La trama quizá sea demasiado lineal y simple, pero eso hace que las sorpresas cuando llegan sean mayores. Todo el relato se sustenta tan solo sobre seis o siete personajes, con lo que no hay lugar para dispersar la atención, centrando todo el foco en lo que realmente le interesa mostrar a la autora. No hay demasiados requiebros ni revueltas en la narración, no hay distracciones. Todo es directo y fácil de seguir.
Y a pesar de que la autora, según se nos dice en la solapa, ya se encuentre trabajando en una continuación, cabe decir que el libro es totalmente autoconclusivo. Es cierto que deja en el aire un epílogo que permite retomar la historia, pero Nefilim termina de una forma totalmente satisfactoria, sin dejar nada especialmente “colgado” para lo que haya de venir.
2 comentarios:
Pues no esperaba yo gran cosa de este libro pero me ha sorprendido bastante tu reseña y por lo que cuentas creo que me va a entusiasmar. Tal vez sea algo lineal pero a veces tampoco busco demasiadas complicaciones :P
Lo cierto es que la trama es bastante simple, pero, como dices, de vez en cuando se agradece leer algo sin complicaciones y sencillo de seguir.
Y con protagonistas con los que el lector puede empatizar sin problemas, ya que en este caso los seres paranormales tienen un papel bastante secundario y es Sophie, una mujer "normal" quien lleva prácticamente el peso de toda la acción.
Otra cosa es que te identifiques con ella o no, pero por lo menos es un libro nada enrevesado para pasar un rato agradable y relajado.
Igual no pasa a los anales de la Literatura, pero cumple sobradamente con la tarea de entretener con algo un tanto "diferente" de lo habitual en este género que nos ocupa.
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