lunes, 20 de febrero de 2012

Reseña: El imperio de marfil

El Imperio de Marfil.
Temerario 4.

Naomi Novik.

Reseña de: Jamie M.

Alfaguara. Madrid, 2011. Título original: Empire of Evory. Traducción: José Miguel Pallarés. 485 páginas.

Cuarta entrega de las aventuras de Temerario, el dragón imperial, y su capitán William Laurence y si bien no es estrictamente imprescindible sí es muy recomendable haberse leído los anteriores para saber cómo se ha llegado hasta aquí y comprender la peculiar relación que une a montura y “jinete”. La acción se inicia en medio del fragor de un combate, poco, muy poco tiempo después, de donde se cerrará la anterior entrega, La guerra de la pólvora. En el escenario de las guerras napoleónicas, Temerario y su dotación regresan a casa desde los asolados campos de Europa portando una carga de soldados prusianos rescatados in extremis y una insólita compañía de dragones montaraces bastante indisciplinados. Vuelven después de un largo periplo esperando encontrar cierto reconocimiento, deseando implantar las nuevas ideas sobre el cuidado de los dragones aprendidas en China y, sobre todo, con un enorme deseo de reencontrarse con los viejos amigos y lograr un merecido descanso. Pero poco, o nada, de ello va a tener lugar y al brusco recibimiento por parte de una patrulla francesa, se va a unir pronto una tibia bienvenida por parte británica y la constatación de que las cosas han cambiado mucho, para mal, en su patria durante el tiempo en que han estado fuera. Y cuando apenas están adaptándose a la nueva situación los protagonistas deberán embarcarse en un nuevo viaje hacia el continente africano, donde descubrirán un mundo inesperado, peligroso y sorprendente, con nuevos retos que pondrán en grave riesgo su misión y sus vidas.

Pasado ese primer momento de agitado combate, el relato se ralentiza, tomándose su tiempo, más ocupado en cuestiones morales y costumbristas, planteando de nuevo la situación de los dragones en Gran Bretaña y retratando la sociedad en que de nuevo se encuentran antes que entrar directamente en el desarrollo del conflicto que tiene lugar al otro lado del Canal de la Mancha. Pero a pesar de cierta morosidad, es un tiempo necesario para establecer firmemente los parámetros en que se ha de desarrollar posteriormente la acción, para establecer las bases y el marco en que Laurence ha de tomar sus decisiones. Y una vez iniciado el urgente viaje la acción empieza a tomar velocidad, desatando la aventura y las sorpresas, y llevando frenéticamente a los protagonistas de un lado para otro.

La amenaza que pesa sobre las islas, con Napoleón llamando a sus costas después de haberse apoderado prácticamente de todo el continente, llena la narración de una premura nerviosa, de una tensión anticipatoria que convierte en vital el éxito de la misión en que han de embarcarse Temerario y acompañantes.

Si en los libros anteriores la autora ya había introducido en la trama sin tapujos un firma alegato contra la esclavitud y el racismo, en este volumen entra a fondo contra la misma, contra las injusticias sociales y contra toda forma de explotación, permitiéndose ciertas dosis de sátira política mientras los protagonistas permanecen en suelo británico, y una firme condena cuando expone sus trágicos efectos en suelo africano. Aprovecha también para denunciar la violación sistemática de los derechos civiles en tiempos de guerra y la intolerancia de cualquier tipo.

Una vez más Novik hace virtud del choque entre el idealismo de Temerario frente al pragmatismo (o realismo fruto de la experiencia) de Laurence. Y no es sino en el diálogo entre ambos donde se establece ese final consenso para hacer lo “correcto”, un consenso donde tanto la razón como el corazón deben ceder en parte para alcanzar lo más justo.

En el centro de la narración, mientras los protagonistas se alejan de las costas esclavistas y se internan en el inexplorado continente africano, Novik hermana el relato con aquellas suntuosas sociedades ignotas de las antiguas novelas de Edgar Rice Burroughs o H. Rider Haggard, de expediciones a las desconocidas y casi inaccesibles selvas, de Tarzan y otros héroes pulp. La autora se reserva grandes descubrimientos, lugares de fabulosa riqueza y unos habitantes (menos primitivos de lo sospechado) con enigmáticos planes en mente. Y en ese contexto, los británicos puede que empiecen a pagar muy cara su soberbia y su autoimpuesta superioridad. La justificada respuesta violenta de los pueblos africanos conlleva una demoledora crítica a la hipocresía de las sociedades “civilizadas”.

Conforme avanza la narración cobran también especial importancia los temas del deber y la obediencia ciega, y su contrapartida de la rebelión ante las órdenes injustas y la guerra sucia. Se crítica la lealtad a cualquier precio que conlleva la renuncia a los principios que se han jurado defender. Se pone sobre la mesa el comportamiento entre caballeros, el honor, la integridad, los principios morales universales, la confianza implícita entre los gobernantes y sus gobernados, entre los mandos y los soldados, entre los políticos y los ciudadanos, que una vez traicionada es casi imposible de restituir, cuestionando el “todo vale” para ganar la guerra, sean cuales sean las terribles consecuencias. E importante es a su vez el planteamiento de la maternidad en soltería, de la integración de la mujer en el cuerpo dragontino y el retrato en una sociedad que desde nuestra óptica actual calificaríamos de enormemente retrógrada que arrincona a las féminas en papeles francamente minúsculos.

El imperio de marfil da cabida a todas estas cuestiones a través de un ropaje de pura aventura, de acción y misterio, y de ciertas charlas casi filosóficas entre los protagonistas que no entorpecen ni el ritmo ni el interés. Es cierto que en algún momento puntual se nota demasiado la orientación juvenil de la obra, con escenas resueltas de forma algo simple o rápida, sin buscarse complicaciones; pero también lo es que la autora plantea cuestiones de cierto calado que nunca están de más para hacer reflexionar un poco a los adolescentes.

Como punto final cabe decir que, aunque la trama particular de la novela se cierra totalmente, la situación en que quedan Temerario y, muy especialmente, Laurence, con un cliffhanger que deja en el aire el destino de los protagonistas, consigue mantener la expectación para leer La vicxtoria de las águilas, siguiente entrega de la saga, y ver cómo la autora saca del entuerto a sus protagonistas.

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Reseña de otras obras de la autora:


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