Charles Stross.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Grupo AJEC.
Col. Arrakis ficción # 10. Granada, 2012. Título original: Missile Gap /
A Colder War / Down on the Farm. Traducción: Raúl Gonzálvez del Águila,
por "Brecha nuclear" / Daniel Meléndez, por " Una guerra más fría" /
María Pilar San Román, por "En la loquería". 203 páginas.
AJEC ha facturado en esta ocasión un volumen que recopila para la ocasión ex profeso para el mercado español tres historias breves de Stross que navegan entre el relato largo y la novela corta —de hecho, la primera de ellas Brecha nuclear, por la que el autor recibió el premio Locus 2007,
ocupa la mitad del libro, siendo sensiblemente más larga que las otras
dos—. Tres obras que genéricamente se sitúan entre la ucronía, la ciencia
ficción hard,
la fantasía sobrenatural —o mitológico, según se mire— y un humor más que socarrón. Tres propuestas
ciertamente interesantes de un autor puntero que permiten hacerse buena idea de algunos de los derroteros en que se mueve su producción y que de no haber sido
recogidas en este formato difícilmente hubieran podido ser disfrutadas
en nuestro idioma.
La recopilación se inicia con Brecha nuclear. Es 1976. La Guerra Fría
se encuentra en todo su apogeo en una Tierra que justo cuando estaba a
punto de estallar la crisis de los misiles de Cuba despertó con una
serie de constelaciones extrañas en su cielo y con toda su superficie
«transplantada» a un disco plano de inmenso tamaño. Navegando por
remotos océanos aparecen nuevos continentes, que pronto serán abiertos a
la colonización. El espacio se ha visto vetado debido al cambio de
condiciones físicas del «planeta», donde la atracción gravitatoria crece
conforme se aleja del disco, haciendo que aumente la necesaria
velocidad de escape e impidiendo la salida de los cohetes con
combustibles químicos debido al enorme consumo necesario. Una
circunstancia que, unida a la «desaparición» de los polos,
ha hecho que los misiles balísticos hayan perdido gran parte de su
amenaza por un lado, y por otro ha motivado que el héroe espacial de la Unión Soviética, el cosmonauta Yuri Gagarin, sea reconvertido por sus superiores en un explorador de las nuevas y lejanas tierras allá donde el Nuevo Hombre Soviético nunca ha llegado.
Stross
ofrece una sorprendente ucronía que cambia drásticamente la Historia
para presentar una intrigante ambientación donde la Guerra Fría
permanece pero el escenario geopolítico ha cambiado de forma radical.
Precisamente la búsqueda de una explicación para el fenómeno, sus causas
y motivaciones, y la identidad de quienes lo han llevado a cabo, va a
ser una constante del relato. ¿Se trata de un fenómeno natural¿ ¿Un
accidente? ¿Un experimento sociológico? ¿Quiénes pueden ser tan
poderosos como para llevarlo a cabo? ¿Qué es exactamente el lugar donde
ahora se encuentra la superficie de la Tierra?
Con
varias historias paralelas para ofrecer distintos ángulos de la nueva
situación, además de la misión de Gagarin, el lector se va a encontrar
con la historia de Gregor Samsa, una especie de agente secreto con evidentes conexiones con los mandatarios de EE.UU. y con ciertos asesores como el doctor Carl Sagan; y con la de Maddy Holbright y su marido Bob,
unos colonos en dirección a uno de los nuevos continentes donde van a
establecerse en busca de una nueva vida, aunque tal vez esta no sea la
que esperan. A través de las acciones de todos ellos el lector se va a
poder hacer una idea de todo lo que supone tener que lidiar con las
nuevas condiciones, tanto socio-políticas como ambientales y ecológicas
ante una flora y fauna que quizá sean más adversas de lo que aparentan.
Con una mezcla de especulación científica, política y social, Stross
parece querer advertir que el Ser Humano haría bien en dejar de mirarse
tanto su propio ombligo y dejar de considerarse el centro del Universo.
En Una guerra más fría el autor sitúa la acción en medio de las tensiones entre la U.R.S.S. y los EE.UU. en los tiempos del presidente Reagan, cuando se inmiscuye en las relaciones bilaterales un elemento tan sorprendente como desequilibrador: los mitos de Cthulhu utiilizados como posible arma. Los shoggoths del panteón creado por H.P. Lovecraft se han demostraado relaes, algo que llevó en 1931 a la firma del Tratado de Dresde por el que todas las potencias se comprometían a no usarlos en modo alguno. Sin embargo en Washington
existen fundadas sospechas de que los soviéticos los están utilizando
como armas en Afganistan, algo que no pueden permitir ni dejar sin
respuesta.
Con
numerosas referencias a los seres sobrenaturales creados por de
Lovecraft aunque manteniéndolos siempre bastante en las sombras, Stross
introduce a los mitos de forma perfecta en medio de las tensiones de la
Guerra Fría. Un mundo de espías, tráfico de drogas como medio de
financiar la guerra sucia, instalaciones secretas, puertas estelares que
llevan a otros planetas o dimensiones, objetos extraños, tensiones
políticas...
En
el que es quizá el más desasosegante, pero también más flojo —dentro
del alto nivel—, relato del volumen, el autor ofrece un nuevo ejercicio
de política ficción a través de la ucronía fantástica, colgando sobre la Tierra la amenaza disuasoria tanto de la utilización de los mitos
como de la energía atómica para fines bélicos dentro de la carrera
armamentística de las dos superpotencias. El dramático final invitaa a
recordar que siempre se ha dicho que cuando se saca al genio de la
botella luego es muy difícil volver a meterlo dentro.
Cierra la recopilación En la loquería, un relato que se sitúa dentro del corpus de las obras de Stross, The Atrocity Archives y The Jennifer Morgue. Allí la Lavandería
es, dentro de los servicios secretos británicos, el equivalente al MI-6
pero dedicado a la investigación de fenómenos sobrenaturales. Bob Howard,
un agente de bajo nivel administrativo, deberá enfrentar una peliaguda
misión, dar con el origen de una imposible filtración desde la Loquería, el Asilo de Sta. Hilda de Grantham para descontentos sin hogar,
un «hospital - residencia» para aquellos agentes que se han enfrentado a
lo extraño y no han podido asimilarlo o han sido poseídos o dañados por
sus emanaciones. En un entorno inquietante, Howard deberá dar respuesta
a sucesos que no deberían estar sucediendo al tiempo que evita
convertirse él mismo en un residente del lugar. Se trata de una
propuesta tan llena de tensión como retorcidamente humorística sobre las
agencias de inteligencia secretas y el eterno exceso de burocracia en
todos los niveles de la vida y de los gobiernos.
Tres
propuestas muy diferentes entres sí a pesar de lo que su ambientación
ucrónica pudiera dar a entender. Tres historias totalmente
independientes, tan entretenidas como atractivas, y que navegan entre la
ciencia ficción hard y la fantasía sobrenatural. Debido a la brevedad de las tres obras Brecha nuclear
es un volumen que se lee en un suspiro, invita a la reflexión y se
cierra con una agradecida sonrisa. Al final deja con ganas, además, de
que alguna editorial publique en español las novelas de la Lavandería.
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