Guión: Alan Moore.
Dibujo: Kevin O’Neill.
Reseña de: Alb
Oliver.
Planeta de Agostini
Cómics. Barcelona, 2014. Título original: The League of
Extraordinary Gentlemen. Nemo Heart of Ice. Traducción: Diego de los
Santos. Libro cartoné, color. 64 págs.
Cuando me enteré de la
existencia de este cómic, me encantó la idea, una aventura en
solitario del Capitán Nemo, de La Liga de los
Caballeros Extraordinarios. Luego descubrí que en efecto,
así era, pero no el Nemo que yo esperaba. Alan Moore decidió que
fuera Janni Dakkar, la hija del capitán que apareció en “The
League of the Extraordinary Gentlemen 1910”.
Para no desentonar con la
tónica de estas sagas, volvemos a encontrar infinidad de referencias
a grandes obras literarias, (aunque al estilo de Smax The
Barbarian he visto una que me ha dejado descolocado, en una
viñeta aparece un perro homínido similar a Dartacán, sí,
el de los Mosqueperros).
La historia viene a ser
la siguiente, la tripulación del Nautilus se encuentra
saqueando a cierta deidad derrocada bastante conocida, lo que lleva a
la Capitana Nemo a encontrar nuevos retos, pues se encuentra
hastiada de la rutina pirata. En un afán de superar la leyenda de su
padre, decide embarcarse en una expedición que el propio Capitán
Nemo dejó inconclusa, tal cual puede leer en sus diarios.
El viaje de Nemo no fue
otro más que a la Antártida, y parece que allí se encontró
con dificultades extremas, por lo que parece ser un viaje idóneo
para que Janni pueda lograr su deseo de superar la sombra de su padre
para crear su propia leyenda (y la carga psicológica que supone,
pudiendo interpretarse como un Edipo femenino).
A las dificultades que
supone un viaje a la Antártida (más en 1925, y más en un
mundo literario en el que lo extraño es el vivir diario) hemos de
sumar la persecución de varios científicos que contratados por
cierto magnate americano (si digo “Rosebud”, ¿os dice algo?) que
tiene bajo su cuidado a la deidad a la que robaron al comienzo de la
historia, por lo que pretenden recuperar lo robado y vengarse de los
perpetradores.
Ya en el Polo Sur, los
tributos a la literatura fantástica se multiplican, encontrándose
con civilizaciones extrañas, escenarios conocidos, y alguna que otra
entidad bastante versionada en el ámbito cinematográfico.
A destacar como siempre
el dibujo de Kevin O’Neill, en ocasiones muy recargado, que
te obliga a examinar cada viñeta para ver si puedes reconocer la más
mínima referencia, que a pesar de poder resultar feo o simple, sigo
pensando que es el idóneo para estas sagas.
En cuanto a la historia,
el mayor defecto que le puedo encontrar viene a ser la progresión
temporal. Los eventos parecen acumularse uno tras otro, dándote la
sensación de que todo lo ocurrido pasa en una tarde en lugar de
varios días como supondría semejante expedición.
El resultado de la misma
presenta un avance en el desarrollo de Janni, se podría decir
que madura o aprende en lo referido a la carga que le supone ser
quien es, tanto por su apellido como por su cargo.
Por lo demás, se
disfruta completamente de la historia, y si se desconoce algún
personaje o referencia, aún le dedicas más tiempo intentando
localizarlas en la web.
Como viene siendo
habitual, el tomo se acompaña con una narración inspirada en los
personajes, (también cargada de referencias) en la que podremos
conocer el punto de vista de una periodista invitada al matrimonio de
la hija de la capitana, que sirve para ambientar Isla Lincoln, lugar
donde la Capitana tiene su base. Por ello, podemos ver la idílica
visión pseudo-anárquica que Moore tendría de una sociedad de
maleantes.
Quizás para recomendarla
a un nuevo lector pueda parecer una obra densa, pero sabiendo lo que
hay en cuanto al estilo de Alan Moore, no supone ningún reto,
Obviamente, para quienes ya conoce las entregas anteriores, se
presenta como un antojo que pueda saciar el querer leer más
historias de una colección más que interesante.
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