Antología de ciencia
ficción contemporánea.
VV.AA. Sel. Mariano Villarreal y Luis Pestarini.
VV.AA. Sel. Mariano Villarreal y Luis Pestarini.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Fantascy.
Barcelona, 2013. Cuentos en inglés traducidos por: Raúl García
Campos / Manuel de los Reyes / Juan Carlos Pavón / Mª Pilar San
Román. 494 páginas.
En 2012 dos
reputados expertos en ficción especulativa, Mariano Villarreal
y Luis Pestarini, unieron fuerzas para ofrecer una «antología
de ciencia ficción contemporánea» que fuese un reflejo de
los mejores relatos del género, más o menos recientes, a nivel
internacional, ya fuese en español o en lengua extranjera. Con el
apoyo de la editorial Sportula, el resultado fue Terra Nova
vol. 1, una antología que recibió unas críticas
mayoritariamente positivas y que dejaba abierta la puerta a una
posible segunda entrega. Una posibilidad que a lo largo de 2013
cobró realidad, amparada ahora bajo el ala de Fantascy, sello
editorial de Penguin Random House centrado en la Literatura
Fantástica. En esta ocasión la balanza se ha decantado muy
levemente en favor de las voces extranjeras ―seis relatos
traducidos por cinco escritos originalmente escritos en español de
ambos lados del charco― con una selección realmente heterogénea y
representativa de los derroteros actuales de la ciencia ficción.
Abre el volumen ―y
sirve de inspiración para su portada― La textura de las
palabras, de Felicidad Martínez, un relato cuya
acción se sitúa en el universo de Akasa-Puspa ―aunque no
hace falta saber nada de la recomendable saga para disfrutar del
relato― y que hace hincapié en la situación de las mujeres
ksatryas, parte de una hermética sociedad donde la separación
de los sexos sigue unas rígidas pautas bajo la dominación
masculina. La autora sigue la infancia y juventud de Charni,
en una historia un tanto innecesariamente estirada y un poquito
maniquea, pero muy interesante e introspectiva, profundizando en la
existencia cotidiana de aquellas mujeres que encuentran su propio
camino a pesar de las adversas circunstancias. La existencia de una
línea narrativa que no llega a adquirir una resolución causa la
impresión de encontrarse ante una obra inconclusa, a la que falte o
sobre algo; aunque el resultado final sea más que satisfactorio.
El segundo relato,
Separados por las aguas del Río Celeste, de Aliette
de Bodard, se encuentra ambientado ―como gran parte de sus
obras― en el muy amplio universo de Xuya, una línea
temporal paralela donde la colonización de Ámerica tuvo lugar desde
la vertiente asiática y, por tanto, el desarrollo de la Historia
posterior fue significativamente distinto de lo acaecido en nuestra
«realidad». En este caso, la acción se sitúa en un futuro
distante. Xu Wen vuelve desde la estación orbital de Felicity
Station a San-Tay Prime, un lugar que no pisa desde su
infancia, para asistir al funeral de su abuela, Xu Anshi. A
través de su mirada extrañada y sorprendida ante costumbres
abandonadas tiempo ha en Felicity, el lector asiste a cuatro momentos
significativos de la vida de la mujer que dominó los bots y lideró
una sangrienta revolución mheng contra el régimen opresor,
cercano al apartheid, de los san-tay. El choque
generacional y cultural, la incomprensión ante los hechos de sus
mayores, los aciertos y errores de una revolución, las ambiciones
personales, la capacidad de perdón… son estudiadas en un relato
tan intenso y agradable como en momentos puntuales algo
desconcertante ante cierta falta de referentes del lector hispano del
universo en que se desarrolla la acción ―con tan sólo otro par de
cuentos traducidos al español―.
El volumen continúa con
Las manos de su marido, de Adam-Troy Castro, un
alegato antibelicista a la par que una historia de amor ciertamente
«diferente». El marido de Rebecca, con quien llevaba poco
tiempo casada, ha sido desintegrado en acción bélica. Lo único que
ha quedado de él son sus manos y su memoria, preservada en formato
electrónico e implantada posteriormente en aquellas. Rebecca deberá
acostumbrarse a sus nuevas circunstancias, y ambos descubrir la
manera de hacer frente a su nueva «vida» en común. El lector,
salvada la inicial incredulidad que pudiera causar de entrada tal
planteamiento, se va a encontrar con un gran cuento, entretenido y
reflexivo, tratando con gran humanidad, bastante crudeza y unas
gotitas de terror temas como la convivencia en pareja, el amor y la
confianza entre los cónyuges más allá del mero contacto físico,
la estupidez de la guerra y la difícil adaptación de los veteranos.
Enorme.
Sin embargo, a
continuación surge el escollo del volumen con ¿Pueden llorar ojos no
humamos?, de Germán Amatto. Un decepcionante cuento
cuya inclusión lleva a hacerse la pregunta de si se encontrará aquí
para cubrir un supuesto «cupo» de autores sudamericanos. Una plaga
ha hecho abandonar a la humanidad el camino de la ciencia y abrazar
la fe cristiana como única solución. La Santa Inquisición se
dedica a capturar a los enfermos y a los científicos que se
encargaron de buscar una cura, sometiéndolos al «juicio de Dios»
en busca de su purificación de una forma absolutamente
fundamentalista. Un infectado, antes muy creyente, se cuestiona la
razón de haberse contagiado y de tanto sufrimiento. El relato
presenta por instantes una adecuada atmósfera tenebrosa, pero no remonta desde el
absurdo de su planteamiento ―¿todo el mundo se olvida de la
ciencia y cae en manos de un bárbaro oscurantismo?― ni de su posterior desarrollo.
Mariano Villarreal. (Foto: scifiportal.eu) |
Menos mal que enseguida
viene Juicio final, de Carlos Gardini. Una
distopía de corte orwelliano, con un músico que, tras la
muerte de su esposa, ha renunciado a seguir componiendo, pero que de
forma inopinada es obligado a colaborar con el mediocre régimen
autoritario que oprime a los argentinos del futuro ―y que tantos
ecos trae del pasado―. Con una estructura casi surrealista, con
líneas que se superponen y alternan, plantea la posibilidad de la
huida de la propia vida sin caer en la muerte, un viaje en el tiempo,
una serie de casualidades que no lo son tanto, una visión del
Apocalipsis, la posibilidad de contacto con otra inteligencia...
Una novela corta, de gran perfección estilística y narrativa, tan
sugerente y fascinante como extraña, que solo al final, mirando
hacia atrás, adquiere toda su auténtica dimensión ―y es mucha―.
Y para seguir con el buen
tono la inclusión de Araña, la artista, de la autora
de ascendencia nigeriana Nnedi Okorafor es otro de los grandes
aciertos de la antología. Con formato de distopía
―recordando lejanamente alguna de las propuestas de Paolo
Bacigalupi―, la narración se sitúa en una porción del África
esquilmado por la avaricia de las potencias occidentales. Allí, para
evitar los ataques a los grandes oleoductos que cruzan el país sin
dejar ningún beneficio en los territorios que atraviesan, las
compañías han creado un ejército de robots arácnidos dotados de
una limitada Inteligencia Artificial con facilidad para usar la
fuerza represiva con la mayor dureza. El relato, dotado de un tono
lírico a pesar de las brutalidades que se están narrando, muestra
la historia de una mujer, casada con un hombre frustrado y
maltratador, que solo encuentra solaz y consuelo en tocar la guitarra
que es el único recuerdo que le queda de su padre. La música unirá
dos «mentes» dispares, venciendo el odio y la violencia que debería
enfrentarlas; pero no logrará acabar con el sufrimiento. Una triste
y melancólica denuncia del expolio a que es sometido el continente
africano, de la destrucción de sus recursos naturales, de la
problemática en que viven sus mujeres, de la discriminación e
injusticias con que son vejadas incluso entre su propia gente, de la
pobreza de los que ven como las riquezas de sus tierras son
explotadas por los extranjeros con la aquiescencia de sus
gobernantes. Un relato de gran belleza y nostalgia, con un final
ambiguo que, según interprete el lector, puede ser tan esperanzador
como oscuro.
A continuación La
djin, de Pedro Andreu, es un breve y poético relato
hermanado en la distancia con las Crónicas marcianas
de Bradbury. En un planeta colonizado por los humanos, un
granjero descubre con sorpresa una djinn, una hembra de la
raza alienígena autóctona del lugar que los colonos creían haber
exterminado hace tiempo. Su decisión de acogerla en su casa le va a
traer una buena serie de problemas con sus vecinos, quienes desean
«eliminarla». Poco a poco la incipiente historia de amor intra
especies va virando de lo
bucólico a lo terrorífico con un final quizá no sorprendente, pero
sí apasionado y trágico. Un relato bello y evocativo que hace de su
brevedad una de sus virtudes.
Y de lo poético a una propuesta
un tanto más prosaica. Noches de cristal, de Greg
Egan, como suele ser habital en el autor, es una muestra de
grandes ideas con una plasmación narrativa un tanto desangelada. Un
multimillonario, por motivaciones bastante personales y un tanto
egoístas, inicia la carrera para el desarrollo de una Inteligencia
Artificial consciente de nivel humano. Para ello compra la patente de
un nuevo material, un cristal fotónico tridimensional, cuyas
propiedades le permitirán conseguir la potencia de computación
necesaria para emular un mini universo virtual en cuyo desarrollo, y
en la evolución acelerada de sus «habitantes», cree que encontrará
la llave hacia la aparición de esa inteligencia. Brillante en los
postulados, no sólo en lo tecnológico sino también en el «juego»
ético que el millonario se trae entre manos, el tono un tanto frío
de su plasmación, el distanciamiento narrativo, no termina de
implicar al lector en un, por otra parte, sugestivo relato. Eso sí,
es de destacar que, para pertenecer a la vertiente hard del
género, no es ni demasiado hermético ni complejo, sino
bastante accesible a todo el que se adentre en él.
Cambiando bastante de
registro, En el filo, de Ramón Muñoz,
vuelve a lo distópico. Tras una Gran Guerra, de la que
se ofrecen más bien pocos detalles, en las aguas del mar de China se
ha formado una heterogénea ciudad flotante compuesta por un buen
número barcos herrumbrosos de todo tamaño. El inspector Yang,
caído en desgracia ante sus superiores, es enviado al lugar para
investigar unas sospechosas muertes que en realidad a nadie
interesan. Contra viento y marea, el inspector intentará resolver el
caso para congraciarse con las altas esferas y poder regresar a
tierra firme. Pero su determinación,de forma aparentemente
inevitable, hará que de pronto se vea en medio de una guerra mafiosa
mientras diferentes facciones buscan ciertos objetos de descripción,
características y procedencia desconocida. Haciendo gala de una
excelente prosa y un magnífico y logrado escenario, la trama peca de
apresurada en ciertos pasajes, con situaciones más esbozadas que
realmente plasmadas, lo que no impide que el lector se encuentre ante
una intrigante novela corta que navega entre el noir y el
thriller ecológico bajo el ropaje especulativo de un futuro
cercano.
En El último Osama
Lavie Tidhar ofrece un relato en clave de western con
una singular variación de la temática utilizada en su novela Osama.
El protagonista, Mike Longshott ―un nombre que supongo les
sonará de algo a quienes hayan disfrutado de la citada novela― es
un cazarrecompensas especializado en la captura de Osamas,
réplicas del terrorista Bin Laden que fueron diseminadas de
forma incontable e incontenible como medio de defensa ante ataques
contra su persona. El futuro es un erial desolado, los Osamas
degenerados campan a sus anchas, y Longshott recibe el encargo de
internarse en un territorio inhóspito en su particular viaje
al corazón de las tinieblas conradiano, teniendo que hacer
frente a las consecuencias a las que ha llevado el intento de acabar
con un símbolo o, peor, con sus ideas. La narración se ve salpicada
con reveladoras reflexiones del propio autor en torno a la génesis
de su novela Osama y sus experiencias con el terrorismo
de Al-Qaeda y las reacciones de los países occidentales. Un
relato muy intenso que, sin duda, invita a la reflexión.
Y la antología se cierra de forma magnífica
con El hombre que puso fin a la Historia: documental,
de Ken Liu. Sobre la base del estudio de las atrocidades
cometidas por el Escuadrón 731 del ejército japonés antes y
durante la II Guerra Mundial, el autor plantea cómo la
manipulación del pasado puede influir en las relaciones
geo-políticas del presente ―o del futuro―. El descubrimiento de
unas partículas cuánticas que hacen posible «observar» una sola
vez momentos del pasado permitirían confirmar o negar ciertos hechos
atroces nunca reconocidos por los sucesivos gobiernos japoneses. La
utilización interesada y partidista de los datos recabados levantará
una gran controversia, llegando a plantearse la cuestión de a quién,
en el presente, pertenece el «pasado», pero sobre todo induce a
cuestionarse sobre la insoportable barbarie de unos seres humanos
sobre sus congéneres, sobre la atrocidad de los crímenes de guerra,
la manipulación o el intento de refutación de la verdad histórica,
la negación de consuelo a las víctimas… La estructura del relato
responde muy acertadamente a la de un documental televisivo, con
entrevistas, supuestas escenas y voces narrativas superpuestas a las
imágenes. De apariencia formal y sencilla, consigue que la voz del
escritor no ahogue el mensaje sobre un tema a priori tan doloroso y
controvertido.
Terra Nova vol. 2
contiene, salvo excepción, una notable selección de textos,
convirtiéndose en un más que interesante, y recomendable, compendio
de relatos de buena y reciente ciencia ficción internacional.
Destaca además la cuidada traducción de aquellos relatos escritos
originalmente en lengua extranjera. Unas traducciones que hacen muy
agradable su lectura, consiguiendo adaptar y mantener el estilo de
cada autor particular ―y en ese sentido la elección de varios
profesionales, en vez de uno solo para todo el volumen, se muestra
como todo un acierto al no producirse un efecto «unificador» entre
ellos―. Y es que el lector se va a encontrar en sus páginas con
una antología de gran variedad temática y estilística, que incluye
desde distopías a propuestas de contenido hard, pasando por
brillantes fábulas políticas y cuentos apocalípticos. Los diversos
autores ofrecen miradas que proyectan nuestra propia realidad hacia
el futuro con un afán de entretenimiento y una profundidad social, ecológica, política,
económica, religiosa… transmitida a través de un ropaje adecuadamente
literario. Una lectura imprescindible para cualquier amante del
género de la ficción más especulativa y prospectiva. Además, se
ha anunciado ya que la tercera entrega está confirmada, ¿se puede
pedir más?
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