jueves, 27 de febrero de 2014

Reseña: La furia del cursor

La furia del cursor.
Codex Alera, 3.

Jim Butcher.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

RBA libros. Barcelona, 2014. Título original: Cursor's Fury. traducción: Francisco García Lorenzana. 606 páginas.

Butcher lo consigue una vez más. Con La furia del cursor se alcanza la tercera entrega, de seis, de la serie Codex Alera dedicada a versar las andanzas de Tavi, convertido ahora en cursor del Primer Señor de Alera, y lo hace con una entrega que supera incluso en emoción y épica a las anteriores. Como aquellas, el libro presenta una aventura autoconclusiva, aunque es muy recomendable haberse leído las anteriores antes de hacer lo propio con ésta. Existe una trama subyacente que se continúa de una novela a otra, con carácter «acumulativo», con el trasfondo de la política general del reino, y una historia particular con principio y fin en cada una de ellas. En este caso no podía ser menos y el autor «sube las apuestas» para ponérselo cada vez más difícil a sus protagonistas. Conspiraciones en la sombra, peligrosos secretos, batallas desesperadas, arriesgadas estrategias, heroísmo más allá del deber, traiciones no demasiado inesperadas, enemigos formidables, amistades inquebrantables, furias de la naturaleza… Épica desatada en estado puro con una intrigante y potente historia detrás.

Dos años después de lo narrado en La furia del aprendiz, Tavi, convertido ya en cursor y para completar su formación, es destinado junto a su amigo Maximus Antillar a una legión de nueva creación en lo que no debería ser sino una misión rutinaria. Esta nueva legión, que no va a pertenecer a una ciudad y un señor en concreto, sino que va a estar compuesta por legionarios provenientes de todos los rincones de Alera, está destinada, al menos en sus inicios, más a ser un símbolo que una fuerza de combate mientras los mandos y soldados se integran y aprenden a trabajar juntos. El levantamiento del ambicioso lord Kalare, que augura una auténtica guerra civil, y el inesperado desembarco de una poderosa fuerza invasora canim en las costas occidentales del reino van a cambiar radicalmente la situación, colocando en peligro todo aquello por lo que han trabajado tan duramente. Así, las mayores amenazas conducen a las más inesperadas alianzas y enemigos irreconciliables tendrán que trabajar codo con codo para hacer frente a la traición de Kalare, mientras los canim se internan en territorio alerano, algo que podría cambiar radicalmente todo el equilibrio de poder.

Como en las entregas anteriores, respondiendo a una estructura «coral», el libro se divide en varias líneas que siguen las peripecias de los diversos personajes. La trama principal ―y el grueso del relato―, como no podía ser de otra manera, corresponde al seguimiento de Tavi en su nueva legión, la Primera Alerana. Incorporado de incógnito, con una falsa identidad para salvaguardar su tarea de espionaje, ejercerá de tercer tribuno logístico, donde su principal tarea será inspeccionar letrinas ―el porqué de ello deberá descubrirlo cada lector leyendo el libro―. Butcher aprovecha esta primera parte de la novela para presentar todo lo que rodea la vida de los legionarios, su jerarquía, organización, entrenamiento y formas de esparcimiento. Paralelamente, el autor intercala un par de líneas más, siguiendo a Amara, Bernard, lady Aquitania, Isana y el resto de personajes ya conocidos, mostrando otras parcelas del enfrentamiento que se está desarrollando más allá del campo de batalla para dar una versión más global del conflicto y aumentar, si cabe, la emoción con arriesgadas misiones de rescate o la tensa espera bajo un asedio cuando los que amas se encuentran en peligro de muerte.

El autor da una nueva vuelta de tuerca al tema de las conspiraciones, las alianzas contra natura y los extraños «compañeros de cama» que obliga la necesidad. Es esta una partida de ajedrez que se juega sobre el tablero de todo el reino y no con dos jugadores sino a varias bandas de intereses contrapuestos. Butcher presenta una perfecta red de interacciones, donde cada acto tiene sus consecuencias, y de complejas relaciones entre los protagonistas, todos muy bien caracterizados, coherentes en su forma de actuar con sus diversos intereses, con reacciones totalmente creíbles, dotados cada vez de mayor profundidad, con dilemas éticos fácilmente comprensibles cuando no se trata de elegir entre el bien y el mal, sino entre un mal y otro mayor. Son personajes que «crecen» de un libro a otro, que se ven moldeados por todo lo que les va sucediendo, con sentimientos, deseos, pasiones, ambiciones, amores y odios que los hacen profundamente humanos.

Haciendo desplazarse la acción hacia la zona occidental de Alera, el autor sigue ampliando el trasfondo de su mundo, mostrando nuevos e imaginativos modos de aplicar el uso de las furias, tantoa tareas de ingeniería como bélicas, y de enfrentarse a la inédita magia de los canim, que tantos problemas les va a causar. Como parte de los iniciales estudios de Tavi, se habla abiertamente de los «romanos» como antecesores de los actuales pobladores de Alera ―¿la famosa «legión perdida»?―. Unos lejanos antepasados que, como el nuevo cursor, carecían del uso de las furias y por tanto paliaban su falta con ingenio, trabajo duro y la construcción de maquinaria que les facilitase la tarea.

Y es que Tavi debe suplir con puro coraje, determinación e inteligencia su carencia en un mundo donde todos tienen alguno de estos apoyos sobrenaturales, convirtiéndolo a él en una especie de minusválido. Debe superar mayores dificultades que aquellos que le rodean y hacer de su «diferencia» una virtud que le empuje a dar lo mejor de sí mismo en todo momento. Para ganarse el respeto de los que le rodean no puede quedarse atrás. Debe, por necesidad y convencimiento, ponerse en primera fila de los combates y vencer a una amenaza que les supera a todos. Deberá echar mano de su conocimiento de los canim, obtenidos de su relación con el embajador Varg y las partidas que ambos comparten en torno al tablero de ludus, donde cada uno ha estudiado la psicología del otro, para enfrentarse a un ejército de fuerzas superiores en todos los órdenes ―¿o tal vez no?―. Tras una intensa preparación el culmen de la novela se alcanza con la defensa desesperada de una posición vital ante un enemigo inmensamente superior en número y recursos. La sangre correrá, literalmente, a raudales, y solo la suerte o el ingenio salvará el día.

Por otra parte, sin prisas pero sin pausa, el autor sigue trabajando en el arco argumental general de la serie, desvelando gota a gota y de forma bastante dramática ciertos misterios que envuelven, sobre todo, al personaje principal: la identidad de sus padres ―aunque era algo que ya había sugerido con anterioridad―, la revelación de su nombre completo del que deriva «diminutivo» Tavi, la razón de su falta de furias, la historia de Fade y su relación con Isana…

La furia del cursor avanza a un ritmo rápido gracias a una prosa tan sencilla como agradable y fluida ―una pena la aparición de algún que otro fallo tipográfico que lastra la lectura―, cargada de emoción y de sorpresas ingeniosamente trabajadas por el autor, sin sacarse en esta ocasión cartas de la manga ni abusar del deus ex machina, sino basando todos los giros en las pistas que ha ido sembrando anteriormente. Lejos, quizá, de la fantasía sucia y realista en boga, Butcher consigue una novela que atrapa y no se deja soltar, épica en su mejor definición, entretenimiento y diversión puros, un «pasapáginas» ―y son 600― que se lee en un suspiro, con una gran historia de superación, sacrificio y amistad. ¿Para cuándo los siguientes?

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