Anima Mundi 2.
Elia Barceló.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Destino. Barcelona, 2013. 551 páginas.
Esta segunda parte de Anima Mundi es continuación directa de la anterior, Hijos del Clan Rojo, pues, como ya comentaba en la reseña de este, no se trata estrictamente de una trilogía, sino de un extenso libro dividido en tres volúmenes. Así, la acción del que nos ocupa se retoma dos días después del cierre del anterior. Y aunque voy a intentar no desvelar demasiado de la trama del presente, sí es muy posible que tenga que echar mano de algún detalle relevante del anterior, así que avisados quedan quienes sigan adelante. Barceló abandona prácticamente el tono de romántica paranormal ―aunque algo de romance adolescente permanezca, pero como un elemento de apoyo dramático y no como centro de la narración―, para dar paso decidido a la intriga, la aventura, la conspiración y las grandes revelaciones. Sigue manteniendo, eso sí, ese decidido toque juvenil con ramalazos adultos apto para, casi, cualquier lector que disfrute del género.
Ahora Lena debe asimilar lo más rápido posible todos los traumáticos sucesos del libro anterior y rehacer su vida, si es que puede, a la luz de todos los nuevos conocimientos que ha adquirido. Descubrir en quien puede confiar y decidir qué quiere hacer con su futuro. Mientras tanto, los miembros de los diferentes clanes van a ir moviendo sus piezas para estar preparados para la aparición del pretendido «nexo». Unos y otros viajarán por medio mundo buscando sus propios objetivos, satisfaciendo sus propósitos particulares, siguiendo pistas, desvelando misterios y secretos, poniendo punto final a ciertos errores, conspirando y atando cabos sueltos de su pasado... Hijos de Atlantis es todo lo que un libro central o de «en medio» de una serie debiera ser, yendo mucho más allá de un mero mover las fichas sobre el tablero para dejarlo todo preparado para el final. Aquí Barceló apuesta por dar a sus lectores un libro plenamente satisfactorio con tantas respuestas como nuevas preguntas, mucha acción, quizá no trepidante, pero sí muy intensa, mucha implicación emocional, y un buen y decidido avance de la trama.
Si el libro anterior era ya bastante «coral», en este nuevos y abundantes personajes se suman a la trama, tanto haito como karah. Además, la longevidad de alguno de ellos, que les ha llevado a adquirir diferentes identidades a lo largo del tiempo, y la recepción por parte de Lena del legado de su madre, con ciertos documentos que le explican las razones que tuvo para ctuar como lo hizo, permiten a la autora profundizar en la historia anterior de los clanes y de todas las vueltas que han llevado a la situación actual, con el nuevo intento de conseguir un nexo que abra el paso hacia esa otra realidad de la que, supuestamente, proviene karah.
Como ya sucediera en la
anterior, pero potenciado aquí si cabe, sirviéndose del narrador omnisciente en tercera persona y de una estructura de «capítulos»
generalmente bastante cortos, la acción va a ir saltando de un
personaje a otro y de una localización a otra, garantizando así que
en todo momento esté sucediendo «algo» en alguna de las diferentes
líneas que se desarrollan en paralelo, sin dar descanso a la trama e
imprimiendo gran velocidad, ritmo e interés al relato. Algo que le
permite a la autora, por otra parte, dar una imagen lo más amplia
posible del «conflicto» que se está desarrollando de forma
soterrada y secreta, y de las maniobras particulares que los
diferentes actores están realizando para posicionarse de cara a los
sucesos que se avecinan. Los cambios de escenario son constantes, y
mientras los personajes se mueven de un lugar a otro y viajan en pos
de sus objetivos, la trama también va avanzando, desenrredándose,
desvelando algunos de los secretos y misterios planteados en la
anterior entrega, y sacando a la luz las verdaderas intenciones de
muchos de los protagonistas principales del drama. La habilidad
narrativa de Barceló consigue que, aún con el gran número
de personajes y líneas que tiene abiertos, el lector no se pierda en
momento alguno y sepa dónde se encuentra la trama en todo instante.
Es muy interesante asistir a cómo la autora va desarrollando las intrincadas, complicadas y enrevesadas relaciones que se establecen entre los conclánidas, dentro y fuera de sus propios clanes. Las alianzas y traiciones, los intereses cruzados, las peleas, los «amores» y odios a través del tiempo de karah quedan desvelados de cara al lector. Personajes tan intrigantes y fascinantes como el Shane, Él o las «nuevas» incorporaciones de los clanes toman la escena cada vez que aparecen, apropiándose del escenario en detrimento del resto. Asimismo, la resolución del triángulo amoroso planteado en la anterior entrega entre Lena, Lenny y Dani sirve para mostrar el estado de ánimo de la protagonista, sus dudas y resoluciones, al tiempo que simboliza con eficacia la dicotomía karah-haito.
Lena, en el centro de todo el meollo, ve cómo su vida ha dado un cambio radical y evoluciona en consecuencia. Lo que no impide que, saliendo de la adolescencia como se encuentra, alguna de sus reacciones sean precipitadas, egoístas o poco meditadas. Le han dado la vuelta a todo su mundo, ha descubierto que había vivido una «mentira», que mucho, sino todo, lo que daba por seguro no lo es tanto, y que no solo posee unos poderes especiales sino que su papel en todo lo que se está desarrollando es vital e indispensable. Madura a marchas forzadas, pero sigue siendo una joven de 18 años que nunca hubiera deseado verse envuelta a todos estos sucesos. Una joven que tan sólo quiere que la dejen en paz, pero que va a ser capaz de sobreponerse a todo lo que le ha sucedido y empezar a pensar en el conjunto de la situación, colocando el bien de otros por encima de su propio bienestar. Pasa de estar a la defensiva, llena de dudas, a ir tomando paulatinamente la iniciativa, y eso es algo que no va a gustar a todos los implicados precisamente.
Como personajes totalmente nuevos, choca un tanto la presencia de un grupo de yamakasi, traceurs practicantes de parkour y similares «disciplinas», que se hacen rápidamente amigos de la protagonista ―o al menos, buena parte de ellos― y van a apoyarla incondicionalmente en situaciones conflictivas. Hay momentos en que el lector se pregunta qué están haciendo realmente ahí, cuál es su función y su destino dentro de la trama. Sin embargo, hay que reconocerles, literaria y narrativamente, varias utilidades. Por un lado, visto que la mayoría de los personajes se han revelado como seres de centenares de años, los yamakasi sirven al propósito de no alejar demasiado el relato de ese público de adultos jóvenes al que de inicio la novela va destinada. La mera presencia de Lena, en proceso de convertirse en «algo» más, no es suficiente para mantener la empatía de un lector adolescente, así que la autora inteligentemente les da nuevos personajes con los que identificarse ―además tan molones como resultan estos―. Por otro lado, la protagonista se encuentra en plena aceptación de su nueva naturaleza, su pertenencia a karah, y la presencia de los traceurs le sirve de ancla para mantener su faceta humana en un momento muy complicado. Y aún existe un tercer aspecto muy a tener en cuenta, y es que sus particulares habilidades le permiten a la autora llevarlos a realizar ciertas tareas que para otros menos «dotados» serían poco menos que imposibles ―y si alguien se cuestiona cierta escalada no tiene más que buscar vídeos en internet con hazañas muy similares―
Hijos de Atlantis se lee con adicción, gracias a una prosa enormemente fluida y agradable, a una trama compleja pero fácil de seguir, a una narración inteligente, impredecible y muy imaginativa, dotada de gran implicación emocional, a unos personajes llenos de fuerza, de carisma y profundidad, y a una acción continua que no da descanso ―salvo, quizá, en una primera parte más pausada al servir de presentación a lo que ah de venir a continuación―. Una historia, juvenil para cualquier público, que destila pasión, fantasía e intriga. Y un final tan sorprendente, intenso, explosivo, bello y lleno de respuestas de esas que a la vez no traen sino nuevas preguntas como, en cierta manera, frustrante por el inevitable cliffhnanger que hace desear la pronta publicación del cierre de la trilogía.
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Reseña de otras obras de la autora:
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