Matt Groening / Josh Weinstein.
Reseña de: Alb OLiver.
Netflix / The Curiosity Company / The ULULU Company. 2018. Estados Unidos.
Finalmente llega la nueva serie de Matt Groening.
Tras las notas de publicidad que se han recibido, obviamente se generaron unas expectativas. Se nos presentaba una princesa rebelde que rechaza el matrimonio, acompañada de un demonio y un elfo, por lo que se hicieron suposiciones de que iba a ser una oda al feminismo.
Tras las notas de publicidad que se han recibido, obviamente se generaron unas expectativas. Se nos presentaba una princesa rebelde que rechaza el matrimonio, acompañada de un demonio y un elfo, por lo que se hicieron suposiciones de que iba a ser una oda al feminismo.
Pues si esa es la mentalidad con la que esperáis verla, o el motivo por el que penséis que es una obra para un determinado público, estáis más que equivocados.
La protagonista es la princesa Tiabeanie (Bean), que cierto, es una joven inconformista que rechaza el matrimonio impuesto para generar alianzas para el reino, pero nada más lejos de eso, más que un ideal feminista de elegir su pareja, o encontrar el amor, conforme avanza la historia, lo veo más como rechazo a su propia vida, el no haber encontrado su lugar y en parte respuesta a la relación familiar con su padre.
Entrando en su personalidad, a ratos parece la simple adolescente que quiere vivir, disfrutar y emborracharse en el pub local.
El segundo personaje principal es Elfo, que además... es un elfo. Elfo se marcha de su aldea desencantado con la rutina, deseando encontrar algo más, y sintiendo que no encaja en esa sociedad. Ya en el mundo de los humanos, lo vemos como un personaje sensible, iluso, y en ocasiones tremendamente inocente, cosa que no encaja con la presentación del primer capítulo.
Y nos queda Luci, que es un demonio. Poco se sabe de su historia, salvo que es entregado a la princesa como regalo – maldición de bodas. A día de hoy, me ha resultado un personaje que no aporta, no sé si intencionadamente o no, porque ni participa como esperaríamos del rol de un demonio, ni es el personaje sarcástico que se espera en estos casos.
Por momentos podríamos pensar que Elfo y Luci van a ser el angelito y el demonio en el hombro de Bean, pero no se da el caso. La personalidad de ambos no queda definida como nada influyente, en muchas ocasiones podríamos decir que simplemente están ahí.
En parte decepciona, por poner un ejemplo, Bender de la serie Futurama era un personaje con corazoncito, pero capaz de grandes maldades, al ser egoísta. En esta serie creo que es lo que falta, un punto de maldad o mejor definición de los personajes, porque por el motivo que sea no te hacen elegir un favorito, simplemente te familiarizas con ellos y esperas a ver qué les pasa.
Conforme avanzan los capítulos, vemos una trama principal, que es la búsqueda para conseguir el elixir de la vida, cuyo principal elemento es la sangre de elfo (bueno, no está mal, ya tenemos uno...). Ésto toma protagonismo en unos cuantos episodios, pero mientras tanto nos van presentando historias pseudo-relacionadas, que en algún momento tendrán un punto que las mezcle con la principal.
Entonces, ¿qué es lo que se debería esperar de la serie? Tendrá que ser el humor. En ocasiones se juega con el humor negro, algo que en una historia de temática medieval o de cuento de hadas, puede resultar fácil, pues tampoco. Quitando unos cuantos gags, no se hace un uso abusivo, quizás al estar ya acostumbrado a otros programas como Padre de Familia, he encontrado esta serie descafeinada, pero incluso Futurama, la otra serie llamémosla de carácter adulto de Groening podría crear más efecto.
A pesar de tener situaciones de humor absurdo, me resultan escasas, sinceramente, si fueran a más, apuesto a que tendríamos entre manos otro éxito del creador de Los Simpson.
Conforme vayáis leyendo, me vais a decir, pero bueno, ¿tiene algo positivo? Pues... claro, no desesperéis. Lo que me ha resultado interesante es que se han ido dejando hilos que en la siguiente o siguientes temporadas van a ir atando, pequeñas sub-tramas que pueden pasar desapercibidas pero que generan una base para dar juego. Aparte de ello, los últimos capítulos presentan giros argumentales, tampoco muy complejos, pero que abren la puerta a que la curiosidad empiece a hacer que se quiera más.
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